El Valencia se proclamó campeón de la Supercopa de Europa por segunda vez en su historia El Valencia CF pagó muy caros los múltiples errores cometidos al finalizar la temporada anterior. Errores que, además, de tener impacto en la trayectoria deportiva tuvieron también una importante repercusión en la parcela económica, puesto que las previsiones comerciales que se habían trazado tuvieron que ser modificadas notablemente. Rafa Benítez, que había escrito la temporada anterior una de las más bellas páginas en la historia del club, abandonó el Valencia CF negándose a extender su contrato debido a las continuas desavenencias con Manuel Llorente, consejero delegado del club, y se marchó al Liverpool, club con el que conseguiría durante esta temporada su mayor éxito al ganar la Champions League.

Claudio Ranieri vuelve al banquillo del Valencia
Una vez consolidada la marcha de Benítez al Liverpool, el consejo de administración del Valencia CF, aún regido por Ortí, reaccionó rápido y en una decisión más bien populista se hizo con los servicios del viejo conocido del club, el italiano Claudio Ranieri. Más tarde, Francisco Roig, máximo accionista del club, decide vender sus títulos a la familia Soler. Eso significa que la familia de constructores pasaba a ser la dueña absoluta de la entidad, en lo que parecía ser el comienzo de una esperada paz social en el club. Meses después, Jaime Ortí entiende la nueva situación y decide marcharse dejando el sillón del palco a Juan Bautista Soler.

Supercopas opuestas
Esta fue una temporada mala en lo deportivo y así lo dejó sentir la afición de Mestalla en diversos momentos en el transcurso de la misma. Y no empezó mal. Si bien se perdió la Supercopa de España frente al Real Zaragoza tras una irregular gira japonesa de pretemporada, el Valencia CF consiguió proclamarse campeón de la Supercopa de Europa por segunda vez en su historia en Mónaco, al derrotar al Oporto, campeón continental.

Sin embargo, ya en las primeras comparecencias ligueras se observó que Claudio Ranieri tomaba algunas decisiones sorprendentes en cuanto a sistema, alineaciones y los cambios en las mismas. Llegada la tercera jornada, Pablo Aimar se volvió a romper. La enésima rotura de fibras del futbolistas le dejó fuera de los terrenos de juego para algún tiempo. No obstante, una impresionante goleada en Riazor (1-5) permitió al Valencia colocarse como líder de la Liga española, posición de privilegio que sólo repetiría en todo el campeonato en la semana siguiente tras vencer al Racing en Mestalla. Para entonces había comenzado la andadura continental en la Champions League de forma aceptable.

Juan Soler toma la presidencia del Valencia
Pero la visita del Valencia a Bremen provocó una maniobra de una parte del consejo de administración en terreno alemán, donde estaba Jaime Ortí, para destituirle. El entonces presidente no esperó ni un minuto, antepuso su dignidad y presentó la dimisión de forma irrevocable. Este cambio en la estructura del club supuso un punto de inflexión en la trayectoria del equipo. Juan Bautista Soler tomó el mando de la nave. Lo hizo y pasó muchas jornadas sin ver ganar a su equipo.

Después de sufrir otra debacle en la Copa del Rey, esta vez a manos del Lleida, se produjo la renovación de Mista. Pero el equipo seguía sin conocer la victoria. A un desastre se unía otro y, tras perder en el campo del Getafe, explotó Soler, arremetiendo contra los futbolistas. Hasta diez partidos estuvo el Valencia sin conocer la victoria. Las lesiones continuaban persiguiendo a la plantilla. En noviembre, a otra reaparición de Aimar se unió el debut de Fabio Aurelio tras nueve meses de baja. Diciembre trajo cierta reacción en la Liga, pero rl equipo se despidió de la Liga de Campeones de la forma más lamentable posible. Con una impresentable tángana con los jugadores del Werder Bremen tras no saber encajar la derrota en casa. El Valencia tuvo que conformarse con disputar la Copa de la UEFA al finalizar tercero en su grupo.

Mejor equipo del mundo en 2004
Pese a las adversidades, los buenos resultados en liga del equipo en los últimos partidos del año, llevaron al Valencia CF a ser nombrado como mejor equipo del mundo en un prestigioso reconocimiento que otorga la Federación Internacional de Historia y Estadísticas del Fútbol (IFFHS). Gracias a los triunfos en la Liga, Copa de la UEFA y Supercopa de Europa, y a la magnífica racha en la recta final del año, el Valencia se impuso a Boca Juniors y Manchester United y recibió el prestigioso trofeo, sucediendo al AC Milan que lo había conseguido el año anterior.

La destitución de Ranieri
El inicio de 2005 llevó a Vicente al quirófano tras acudir a varias consultas que garantizasen la total recuperación de su tobillo. En la segunda categoría europea tampoco se dio la talla y un Steaua muy inferior también dejó en la cuneta en Rumanía a los de Ranieri en la tanda de penalties. Esta eliminación costó el puesto al entrenador italiano, al que Soler despidió de forma inexorable. La destitución de Ranieri estaba cantada desde hacía semanas. Sólo hacía falta encontrar el momento para liquidarlo. Los jugadores fueron los primeros en no creer en su trabajo. Luego, esa desconfianza se contagió a los consejeros y, por último, al presidente. Además, la sombra de Benítez, que estaba triunfando en Inglaterra, siempre planeó sobre el entrenador italiano.

En 34 partidos que dirigió al Valencia, Ranieri no repitió ni tan siquiera una sola vez una misma alineación. Además, los jugadores ya no sabían a qué jugaban ya que en cada partido había una variación táctica (jugando con defensa de cuatro y de cinco, con doble pivote y con rombo, con y sin bandas, con un delantero, con dos o con ninguno). La contratación de varios compatriotas le trajo muchos problemas a Ranieri. Se le ha criticado que colocara como titulares a jugadores italianos por encima de otros, que en años anteriores habían ofrecido un gran nivel. Increíblemente, Corradi había disputado más minutos que Mista, máximo goleador del Valencia la pasada temporada. La afición se cansó pronto de las gracias e ironías habituales de Ranieri, que en otro tiempo fueron tan aplaudidas. Su discurso repetitivo de "trabajo, lucha y esfuerzo" se quedó muy pronto sin el beneplácito de la grada. Esta vez, su carácter alegre y extrovertido de poco le valieron para calmar a una afición que se había acostumbrado al éxito.

Antonio López toma el relevo
Antonio López tomó el relevo en el banquillo, con el equipo en sexta posición a sólo tres puntos de los puestos de Liga de Campeones. Pero el esperanzador debut del nuevo técnico en el banquillo ante el Betis no tuvo continuidad y el Valencia, poco a poco, se fue desinflando. López se encontró además con problemas disciplinarios de algunos jugadores y echó mano de la cantera. Debutaron Santacruz, Pallardó y Ruz, pero no sirvió ni el asequible calendario que quedaba por delante. En la última jornada el Valencia ganó al Osasuna, pero la carambola necesaria para acceder a la Copa de la UEFA no se dio y el equipo che tuvo que conformarse con un puesto para la Intertoto al finalizar en séptima posición.

Al margen de lo deportivo, Juan Bautista Soler consiguió cerrar la polémica operación Porxinos para construir en Ribarroja la futura Ciudad Deportiva, y poco después contrataba a Javier Subirats como nuevo director deportivo, cargo en el que coincidió con el propio Antonio López.


Campeonato Nacional de Liga

La participación del Valencia CF en la Primera División española dejó mucho que desear. El séptimo puesto final no cumplió ni mucho menos con las expectativas de una afición que, la temporada anterior, había visto a su equipo coronarse como campeón de Liga y esta temporada veía como tenía que conformarse con un puesto para disputar la Intertoto y luchar en verano por una plaza en la Copa de la UEFA.

Pese a todo, las cosas no empezaron ni mucho menos mal, sino todo lo contrario. El equipo de Claudio Ranieri arrancó con una impresionante racha de cuatro victorias en cinco partidos, culminada con una espectacular goleada ante el Deportivo en Riazor por 1-5, que situó a los valencianistas como líderes en la clasificación. Un arranque espectacular que hacía presagiar una gran temporada. Hasta entonces, el equipo había jugado como un bloque compacto, conservando la filosofía de juego implantada por Rafa Benítez que tantos éxitos había dado: defender fuerte atrás y esperar agazapado al rival para morder y golpear a la contra.

Sin embargo, pronto llegaron los problemas tras una penosa derrota en la Liga de Campeones frente al Werder Bremen en Alemania. Un partido que se escapó de forma inexplicable, la grave lesión de Vicente (el jugador más en forma del equipo) y los cambios en la directiva del club, sembraron las dudas en una plantilla que no acababa de asumir la llegada de tantos jugadores italianos ni la filosofía de juego de Claudio Ranieri, que no había repetido alineación en ningún encuentro y no terminaba de definir la personalidad de un equipo incapaz de abandonar un estilo que le había llevado a lo más alto la temporada anterior. El Valencia encadenó seis partidos consecutivos sin conocer la victoria, cayendo hasta la séptima posición en la jornada 11. Durante esta racha se produjo una derrota especialmente dolorosa en la que el Valencia cayó derrotado en el Santiago Bernabéu con un planteamiento táctico ultradefensivo de Ranieri muy criticado por los medios de comunicación y por la afición valencianista.

El equipo che mostró cierta mejoría en la recta final del año, con las victorias frente a Málaga, Mallorca, Albacete, Numancia y Espanyol. En los últimos seis partidos de 2004 el Valencia únicamente cedió un polémico empate en el Camp Nou frente al FC Barcelona, en un partido en el que los culés únicamente pudieron empatar gracias a un inexistente penalty sobre Ronaldinho. Parecía que el equipo se había recuperado de los golpes sufridos en la Copa y en la Champions, y volvía a ser el bloque campeón de la temporada anterior. El 2005 arrancó con una titubeante derrota ante el Levante y, de nuevo, volvieron las dudas. Una nefasta racha de tres empates y tres derrotas, la última especialmente dolorosa ante el Racing de Santander en El Sardinero, acompañada de la penosa eliminación de la Copa de la UEFA, sentenció definitivamente a Claudio Ranieri, que fue despedido de forma fulminante por el presidente, Juan Soler.

La llegada del nuevo entrenador, Antonio López, fue recibida con esperanza por la afición valencianista. Un hombre de la casa, cercano a Rafa Benítez, que conocía a los jugadores, podría ser la solución para llevar al equipo de nuevo a los puestos de Champions League. Su inicio no pudo ser mejor, con una sufrida victoria ante el Betis en casa que volvía a poner al equipo en la cuarta plaza. A partir de ahí, volvieron las dudas y el hastío en el juego del equipo. Una sola victoria ante el Getafe en los siguientes site partidos volvían a hundir al Valencia en la séptima plaza a falta de seis partidos para el final. El presidente trató de incentivar a entrenador y jugadores ofreciendo la renovación al mister con la condición de entrar en los cuatro primeros puestos, pero nada de eso se produjo. El Valencia venció al Albacete y empató con el Numancia en Soria, se colocó quinto en la tabla, pero la derrota ante el Barcelona en casa por 0-2 fue un golpe demasiado duro de superar. El Valencia no pudo vencer a Espanyol ni Levante, y llegó a la última jornada con algunas opciones de lograr la clasificación para la Copa de la UEFA. La victoria ante Osasuna en el último partido no sirvió de nada, y el Valencia se tuvo que conformar con la séptima plaza y un puesto para la Intertoto. Fue la culminación de una campaña muy mediocre.

Los goleadores del Valencia esta temporada fueron: Di Vaio (11 goles), Mista (8 goles), Baraja (7 goles), Aimar (4 goles), Angulo, Corradi, Xisco, Vicente y Rufete (3 goles), Fiore y Marchena (2 goles) y Caneira, Moretti y David Navarro (1 gol).


Copa del Rey

El Valencia no conseguía levantar cabeza en Liga cuando llegó la Copa del Rey. El equipo de Claudio Ranieri alimentó la crisis de juego y resultados con una inesperada derrota en Lleida. El viejo fantasma de la Copa del Rey, aquel que se le venía apareciendo en la primera ronda de la competición desde que el técnico italiano ganara el trofeo en el año 99 (Osasuna, Guadix, Novelda, Alicante), llegó en el momento más delicado de la temporada. Lejos de que el partido fuera punto de inflexión para reconducir la situación tras cuatro derrotas consecutivas, la eliminación copera fue un golpe demasiado duro.

La marcha del Valencia era muy preocupante. Ante un recién ascendido a Segunda división, no sólo fue incapaz de lograr la victoria sino que tampoco evidenció síntomas de ser un equipo superior. Ni mandó en el campo ni sumó ocasiones de gol. El equipo, que llegaba dolido a Lleida y con futbolistas obligados a demostrar que son válidos para este proyecto (Fiore, Caneira, Xisco, Mista, Moretti, Corradi), nunca transmitió buenas sensaciones. El Lleida fue el equipo que más y mejor se metió en el partido. Conscientes de que tenían muy poco que perder, fueron a lo suyo. Trataron de jugar un buen fútbol y se permitieron el lujo de tutear al Valencia en cuanto a posesión y circulación del balón.

En la segunda parte, y cuando el Valencia sacaba algo de pecho pero sin rematar la situación, supieron aprovechar un contragolpe para asestar una única puñalada definitiva. Crusat, un futbolista con una velocidad endiablada, vio espacio para meterse hasta la portería de Palop. Su gol era definitivo. Porque el Valencia, aunque se fue con todo hacia arriba, ya estaba muerto mucho antes.

Champions League

La trayectoria del Valencia CF en la Liga de Campeones de esta temporada fue decepcionante, ya que cayó eliminado en la primera fase de grupos pese a haberse clasificado de forma directa como cabeza de serie y a que los rivales, Anderlecht, Werder Bremen e Inter de Milán permitían albergar la esperanza de lograr la clasificación, al menos, como segundos de grupo. El equipo che, sin embargo, finalizó tercero, por detrás de los italianos y los alemanes, y tuvo que conformarse con disputar la Copa de la UEFA.

Pese a todo, el retorno del Valencia a la máxima competición continental fue muy esperanzador con una victoria cómoda por 2-0 (goles de Vicente y Baraja) ante el Anderlecht en Mestalla. En este partido Claudio Ranieri, apostó por el bloque de la temporada pasada, sin ningún fichaje en el once inicial.

Pero cuando todo parecía ser un camino de rosas para el Valencia, lider en la Liga Española tras derrotar 1-5 al Deportivo en Riazor y 2-0 al Racing en Mestalla, llegó el partido en el Weserstadion ante el Werder Bremen que supuso el punto de inflexión en la temporada. El Valencia cosechó su primera derrota en la Champions por 2-1, pese a adelantarse, nada más empezar el partido, con un gol de Vicente. El conjunto de Ranieri fue víctima de sus propios errores, la falta de ambición se llevó la palma de la mano, y acabó perdiendo un partido que tuvo controlado hasta la expulsión de Marchena en el minuto 53. Para colmo, a falta de 15 minutos para el final del encuentro, Vicente sufrió una grave lesión que le mantuvo varios meses fuera de los terrenos de juego.

El siguiente partido fue una auténtica pesadilla. La derrota en Bremen había dejado tocado al equipo que fue incapaz de ganar sus dos siguientes partidos de Liga ante Betis y Sevilla. El Inter de Milán llegó a Mestalla en un momento crítico y vapuleó al Valencia con una dolorosa goleada (1-5) que complicaba mucho la clasificación. Tras este varapalo, llegaron más desgracias, como la eliminación de la Copa del Rey días después ante el Lleida o la incapacidad de ganar un sólo partido de Liga. La visita a San Siro no podía llegar en un peor momento, más aún teniendo en cuenta que el Valencia necesitaba una victoria para continuar vivo en la Champions. Pese a ello, el equipo che no chutó ni una vez a la portería del Inter y acabó celebrando un empate (0-0) que, gracias al resto de resultados, le mantenía con opciones de clasificación.

En el siguiente partido, el Valencia tuvo que sufrir muchísimo para derrotar al Anderlecht en casa por 1-2. Fue necesario tirar de garra y casta para aguantar la mínima renta, conseguida con los goles de Corradi y Di Vaio, y mantenerse vivos en la Champions. El empate del Inter en Bremen permitía a los de Ranieri jugárselo todo en la última jornada, en Mestalla. Una victoria por 1-0 o por dos o más goles de diferencia sobre los alemanes daba la clasificación para los octavos de final.

Pero el destino deparaba otro guión bien distinto. El Valencia, que en las últimas temporadas se había ganado por méritos propios un sitio entre la aristocracia futbolística europea, se despidió de la Liga de Campeones de la forma más baja posible. Con una impresentable tángana con los jugadores del Werder Bremen tras no saber encajar una dura derrota por 0-2. Entre la impotencia y la rabia, porque la Champions se había escapado, los jugadores del Valencia perdieron los papeles.

Copa de la UEFA

El Valencia tocó fondo en la copa de la UEFA al caer eliminado de forma lamentable ante el Steaua de Bucarest en los diesiseisavos de final. Pese a haber vencido en el partido de ida por 2-0, con goles de Marco Di Vaio y Pablo Aimar, el equipo rumano remontó el marcador en el partido de vuelta disputado bajo una intensa lluvia en el estadio Ghencea y logró la clasificación en la tanda de penalties en un auténtico barrizal.

Tras esta humillante eliminación, el equipo se hundió ante la ineficacia de su entrenador y la pasividad de un consejo de administración incapaz de tomar medidas y aportar soluciones. Los jugadores, por su parte, no quedaron exentos de responsabilidad. La imagen, resultado al margen, fue lamentable. Eliminados en los penaltis, el ridículo ante un rival que murió en el partido fue de los que hacen época. El Valencia se limitó a salir al campo de fútbol a pasearse, a mirar como jugaba el rival, sin obstáculo ni oposición alguna, mientras los jugadores del Steaua reventaron sobre el maltrecho césped, dando una lección de humildad y profesionalidad.

En la tanda de penalties final, marcaron Aimar, Mista y Rufete por parte del Valencia, mientras que Baraja y Di Vaio fallaron los últimos lanzamientos. Palop detuvo el penalty lanzado por Munteanu, pero el resto de jugadores rumanos no fallaron, llegandose al resultado final de 4-3 para el Steaua.

Supercopa de Europa

El Valencia conquistó la Supercopa de Europa la única alegría de la temporada, tras derrotar en la final disputada en Mónaco, el 27 de Agosto de 2004, al Oporto por 2-1, en un encuentro en el que el equipo che supo manejar mejor el juego y estuvo más certero que su rival. Pese al reciente cambio de entrenador, el Valencia mantuvo casi intacta la personalidad futbolística de sus anterior técnico, Rafa Benítez, lo que deparó un encuentro de choque físico y muy táctico, que dificultó las llegadas a una y otra área.

El nuevo técnico del Valencia, Claudio Ranieri, apostó por una dupla ofensiva italiana formada por los recientes fichajes Marco Di Vaio y Bernardo Corradi. El partido se puso como le gustaba al Valencia. Bien pertrechado atrás dio la posesión al rival y buscó rápidas salidas al contragolpe. Sobrepasada la media hora de juego, Rubén Baraja convirtió en oro un centro desde la derecha de Curro Torres y con un espectacular cabezazo colocó el balón en la escuadra de Vitor Baía y situaba en ventaja al campeón de la UEFA.

En la reanudación el Valencia salió mucho más centrado que su rival y ofreció su mejor juego durante el primer cuarto de hora, con una buena circulación de balón, buenas aperturas a banda, aunque falló en el último pase lo que le impidió sacar provecho de su mejor juego. El segundo gol lo marcó Di Vaio en el ecuador del segundo periodo al cabecear en el segundo palo un certero centro de Vicente. Con el 2-0, el equipo español jugó a placer. aunque Ricardo Quaresma, nada más salir al campo, volvió a dar emoción al encuentro al recortar diferencias con un espectacular disparo desde 25 metros que batió a Cañizares.

A pesar de todo, los de Ranieri no acusaron el golpe y supieron escribir perfectamente el guión más adecuado en el final del encuentro para sumar su segunda Supercopa de Europa.

Plantilla de la temporada 2004-2005

Presidente Jaime Ortí Ruiz, Juan Bautista Soler
Entrenador Claudio Ranieri, Antonio López
Porteros Butelle, Cañizares, Palop
Defensas Ayala, Caneira, Carboni, Curro Torres, David NavarroFabio Aurelio, Marchena, Moretti, Pellegrino
Medios Aimar, Albelda, Angulo, Baraja, Fiore, Rufete, Sissoko, Vicente
Delanteros Corradi, Di Vaio, Mista, Xisco