Nacido en Burgos en 1956, José Luis Fernández Manzanedo llegó al Real Burgos en 1973, y con tan sólo 17 años se hizo con la titularidad de la portería en Segunda División durante cuatro años. En 1977 era ya, con diferencia, el mejor portero de la segunda categoría y pedía a gritos una oportunidad en Primera. Fue entonces cuando Marcel Domingo se lo trajo al Valencia, junto a Palmer y Cabral. En Mestalla completó la mayor parte de su carrera deportiva, ya que permaneció aquí durante siete temporadas.

Su inicio en el conjunto che fue prometedor. Durante las tres primeras temporadas su puesto en el once inicial apenas merecía discusión. Rápido de reflejos y muy valiente en las salidas, sus paradas eran preciosas para los virtuosos de la fotografía. La temporada 1978-1979 fue la de su consagración, ya que se proclamó campeón de Copa, siendo titular en la mítica final de la señera contra el Real Madrid, y además conquistó el Trofeo Zamora, como portero menos goleado de la Liga.

Pero, inexplicablemente, la temporada siguiente comenzó su declive. Encajó goles inexplicables que fueron minando poco a poco su moral, y la competencia con Pereira no le benefició. Volvió a aparecer en los onces iniciales en 1983, pero entonces fue Sempere quien le envió a un papel secundario. En la temporada 1985-1986 jugó en el Real Valladolid, para recalar luego en el Sabadell antes de retirarse en la Cultural Leonesa en 1988.

Pese a que la trayectoria de Manzanedo en el Valencia CF fue de más a menos, es importante poner en valor la importancia de este guardameta en la historia del club valencianista, ya que fue protagonista principal en la portería en los grandes éxitos de finales de los años 70.