La década de los 50

El final de una época
La década de los 50 comenzó con la ampliación del estadio de Mestalla. Los éxitos alcanzados por el equipo en la década anterior hicieron que el campo se quedara pequeño, por lo que el 7 de Julio de 1950 se tomó el acuerdo de comenzar las obras de ampliación, bajo la dirección del arquitecto Don Salvador Pascual y la realización del constructor Don Jose Tormo de Valero.

Durante las dos primeras temporadas de los años 50 abandonaron el club jugadores importantísimos que fueron muy dificiles, y en algunos casos, imposibles de suplir. Esto supuso el final de una época dorada del Valencia, tras una década en la que el club había conseguido 3 Ligas y 2 Copas de España.

Aún así, el Valencia lograría llegar a su séptima final de Copa en 1952, en la que se proclamaría campeón el FC Barcelona. El tiempo reglamentario terminó con empate a 2 y por lo tanto se tuvo que jugar la prórroga, donde el conjunto azulgrana superó al che 4-2 después de lesionarse el guardameta blanquinegro, Quique, y uno de sus delanteros, Asensi. En 1954, el conjunto valencianista volvió a ganar la Copa, también frente al Barcelona, tomando la revancha de la Copa del 52. Éste sería el último título ganado bajo la presidencia de Luis Casanova.

Tras tres temporadas muy irregulares, la Liga de 1957 se vio marcada por la riada que sufrió la ciudad de Valencia, que dejó el campo de Mestalla totalmente anegado. Durante algunas semanas el campo estuvo impracticable y el Valencia no podía ni entrenar, ni jugar partidos. El Valencia llegó a jugar hasta cinco partido seguidos fuera del Mestalla, al no poder utilizar sus instalaciones. A pesar de tal desastre consiguió quedar cuarto, por detrás de Real Madrid, Atlético de Madrid y FC Barcelona.

En Enero de 1959, Luis Casanova presentó su dimisión irrevocable tras 18 años como presidente del Valencia CF. El 25 de Enero se convocó una junta general extraordinaria donde se aceptó la dimisión de Don Luis y se nombró a Don Vicente Iborra Gil, nuevo presidente del club. Fue el final de una época dorada, en la que Luis Casanova se convirtió en uno de los mejores presidentes del Valencia CF, pasando a escribir en letras de oro su nombre en la historia del club.