Conocido futbolísticamente como «Goyo», Gregorio Vergel comenzó su carrera profesional en Osasuna, club con el que jugó cuatro temporadas en Segunda División y una en Primera, tras lograr el ascenso en 1954. Posteriormente, pasó por Atlético de Tetuán y Cádiz, también en Segunda, antes de que el Valencia llamara a su puerta para traérselo en 1955, para ocupar el puesto de Timor. Lo que parecía un acuerdo temporal, se convirtió en una larga relación, ya que hasta 1959, Goyo se hizo propietario de la meta che.

Entre 1959 y 1961, Goyo tuvo que cederle el puesto a Pesudo, para recuperarlo después cuando éste firmó por el Barcelona. Continuó en el Valencia hasta 1962, y se retiró como portero titular. Goyo era un portero experto que no necesitaba adornarse para ser efectivo. Valiente en las salidas y en los envites de los delanteros, su mayor defecto estaba en los blocajes. Mestalla llegó a ser injusto con él, como lo fue con la mayoría de porteros desde la marcha de Eizaguirre.

Dentro de su palmarés se encuentra la Copa de Ferias de 1962 y un Trofeo Zamora en la temporada 1957-1958, al ser el portero menos goleado de Primera División (encajó 28 goles en 28 partidos). Goyo sufrió varias lesiones durante su estancia en Mestalla, pero quizás la más curiosa fue la sufrida tras caer por las escaleras durante el descanso. La llegada de Ricardo Zamora le convenció para aceptar la retirada. Tras seis largas temporadas, el jugador había echado raíces en Valencia, y decidió establecer su residencia en la capital del Turia, hasta su prematuro fallecimiento, el 25 de octubre de 1987, cuando tan sólo contaba con 56 años de edad.