Antonio Fuertes es uno de los más claros exponentes de hombre de club y jugador de la casa, valenciano y de sentimiento valencianista, cuya vida estuvo siempre vinculada al Valencia CF. Nacido en la pedanía valenciana de Benimamet, ingresó en el Valencia CF cuando sólo tenía 15 años gracias a la insistencia de Rino, que viajó hasta su pueblo para tratar de convencer a su familia, cosa que afortunadamente logró. Pasó por todas las categorías inferiores con excelencia, proclamándose campeón nacional de aficionados y campeón de Tercera y Segunda División con el Mestalla, mostrando una capacidad goleadora sobresaliente.

Tras seis temporadas en el equipo filial, Jacinto Quincoces le hizo debutar en el Trofeo Ciudad de la Línea, el 15 de junio de 1949, cuando aún tenía 19 años, y lo hizo marcando un gol contra el FC Sochaux. Tal fue la impresión que causó el delantero a técnicos y críticos, que se quedó en el primer equipo para el comienzo del siguiente curso. Hizo dos temporadas brillantes, marcando 11 goles en 45 partidos, y no tuvo ningún problema en volver al Mestalla para ayudar al filial en la temporada 1951-1952 en vista de que sus opciones de jugar con el primer equipo se habían reducido, logrando un histórico ascenso que la Federación Española no permitió.

Volvió finalizado el curso y ya no abandonaría la plantilla valencianista hasta 1959. Completó siete campañas a un ritmo sensacional. Llegó a ocupar todas las posiciones de ataque, aunque jugaba preferiblemente de interior derecho asociándose con Daniel Mañó. Era un jugador desinhibido, con un regate endiablado y una técnica envidiable. Llevaba el balón pegado a la bota y su visión de juego era sólo comparable a su llegada y facilidad goleadora. Fue el héroe de la final de Copa de 1954, en la que él solito se merendó al FC Barcelona con dos goles y una asistencia.

Antonio Fuertes era, además, un jugador de carácter, de los que gustan a la grada. Nunca daba un balón por perdido y no permitía que los rivales hicieran afrenta alguna al escudo que orgullosamente defendía. Sabía que éste era su sitio y amaba al club por encima de todas las cosas. Entre 1954 y 1956 protagonizó una rivalidad goleadora y técnica con Faas Wilkes, con quien le unía una gran amistad, que benefició al espectáculo y al Valencia. En sus últimos años perdió algo de fuelle realizador, pero nunca dejó de ser vital para las alineaciones de Iturraspe, Miró y Quincoces. Fue internacional con la selección española en un partido amistoso, el 7 de diciembre de 1952, contra Argentina en Madrid (0-1).

En 1959, con la treintena, marchó al Elche recién ascendido. Dejaba el Valencia un delantero de leyenda que había marcado 89 goles en 273 partidos, tras doce años en el primer equipo y casi toda una vida en el club. En Altabix aún dio buena cuenta de su alto nivel durante dos cursos, marcando 14 goles en 62 partidos. Vivió su epílogo en el fútbol regional, jugando con el Gandía, el Atlético Saguntino y el Bunyol.

Antonio Fuertes nos dejó el 5 de enero de 2015, a los 85 años de edad. El Valencia CF le tributó un entrañable homenaje y guardó un minuto de silencio en su memoria en el partido de Copa contra el RCD Espanyol, disputado en Mestalla dos días después.