Gabriel Suñer se formó como futbolista en la Unión Deportiva Porreras, un modesto club de las Islas Baleares, donde jugó como lateral derecho hasta los 23 años. En 1947 fichó por el Mallorca, donde jugó durante cuatro temporadas, casi todas en Segunda División a excepción de la 1948-1949, en la que el equipo había descendido a Tercera. En el verano del 51, el Valencia lo fichó ya veterano, con 27 años, para suplir la más que segura baja de Asensi en el lateral de la zaga.

Bajo las órdenes de Quincoces, Suñer debutó en la máxima categoría en la séptima jornada de Liga, el 21 de octubre de 1951, en la goleada (7-2) al Celta de Vigo en Mestalla. Aquella temporada completó 24 partidos, siendo su mejor actuación la de la final de Copa perdida ante el FC Barcelona en Chamartín, en la que confirmó su magnífico final de campaña. Gabriel se mostró como un jugador de lucha y garra, cuyo pundonor parecía no conocer límites. Perseguía al rival hasta asfixiarle, y su recorrido en el campo no conocía fin. Fumador empedernido, Quincoces tuvo que tomar medidas en varias ocasiones confiscándole el tabaco en los viajes y, según cuentan las leyendas de la época, se solía ver a Gabriel recorriendo los vagones del tren junto a Seguí en busca de cigarrillos.

Suñer encontró alta competencia en los dos cursos siguientes con Mir, Ibáñez y, sobre todo, Paquito. Fue campeón de Copa en el 54, aunque no disputó la final, y la llegada de Quincoces II fue la que le animó a aceptar una oferta del Betis. El futbolista balear abandonaba el club de Mestalla tras tres buenas campañas en las que había disputado un total de 49 partidos oficiales. En el club andaluz, Suñer disputó 12 partidos en Segunda División, poniendo punto final a su carrera deportiva en 1956, a la edad de 31 años.

Gabriel Suñer falleció el 8 de noviembre de 2008, a los 84 años de edad.