José Luis Botana nació en La Coruña en 1919, y desde muy pequeño se interesó por el fútbol. Ingresó siendo muy joven en el Rápido de Rutis, jugando posteriormente en el Arsenal de Santa Lucía, antes de fichar en 1935 por el Deportivo de La Coruña, donde pronto llegaría a jugar en el equipo titular. Su progresión balompédica se vio truncada con el estallido de la Guerra Civil, que le trajo a tierras valencianas. Su afición por el balón, le permitió unirse al equipo militar del «Recuperación de Levante», donde adquirió el sobrenombre de «Wladimiro», y que en los años 40 cambió por «Waldo», políticamente más correcto en la época.

En 1939, Wladimiro se incorporó al Valencia junto a un nutrido bloque de jugadores procedentes del Recuperación. Se presentó en Mestalla como medio ala, en cuyo puesto se mantuvo durante casi toda su carrera. Durante la primera temporada, 1939-1940, fue el interior izquierdo titular, jugando 16 partidos de Liga en Primera División, en los que aportó 5 goles. Era un jugador de mucha voluntad, pegajoso en la marca y de duro disparo. La explosión de la «delantera eléctrica» fue relegándole a un segundo plano, y poco a poco fue desapareciendo de las alineaciones, de modo que en los dos siguientes cursos apenas aportó seis apariciones en Liga.

Ante tales circunstancias, Botana decidió que lo mejor era buscar mejor suerte en otros lares. Fichó por el Alcoyano, donde se mantuvo como titular indiscutible durante seis temporadas, siendo una de las piezas claves en los dos ascensos a Primera del conjunto alicantino, en 1945 y 1947. En 1949 regresó a su tierra para jugar de nuevo con el Deportivo, entrenado por Alejandro Scopelli. En su primera campaña, formó parte del centro del campo titular, participando en 26 encuentros, en una temporada histórica para los gallegos, que fueron subcampeones de Liga, a un sólo punto del campeón, el Atlético de Madrid, y un punto por encima del Valencia, que fue tercero.

En su segunda temporada con los gallegos, jugó sólo 12 encuentros, principalmente debido a la grave lesión que sufrió el 27 de noviembre de 1950 en Riazor, donde se fracturó la tibia y el peroné jugando contra el Sevilla. Tras una larga y tediosa recuperación, Botana se dio cuenta de que sus facultades habían mermado en exceso, por lo que decidió adelantar su retirada a los 31 años. En 1954 volvería para jugar algunos partidos en Segunda con el Juvenil, equipo filial del Deportivo. Una vez retirado de la actividad futbolística, perteneció al cuadro técnico del club coruñés y fue propietario de un establecimiento de venta de material deportivo, que atendía personalmente. José Luis Botana falleció en Coruña en el año 1998.