Nicolás Menchaca llegó al Valencia CF en el verano de 1933 tras haber rendido a un máximo nivel durante cinco temporadas como interior en el histórico equipo de su pueblo, el Arenas de Guetxo. Había marcado dos golazos en su última visita a Mestalla, y esa gran actuación llamó la atención de los técnicos valencianistas, que lo trajeron al equipo como titular indiscutible.

Jugó parte del Regional y varios partidos de la primera vuelta de la Liga. Marcó en ambas competiciones, pero no pudo mantener el promedio goleador que le había servido para llegar a Valencia, por lo que pronto la grada comenzó a exigirle algo más. Poco a poco fue mostrándose lento e indeciso, y fue perdiendo la confianza de Greenwell y saliendo de las alineaciones, dejando la sensación de que no se había acertado totalmente con su fichaje.

La temporada siguiente desapareció de Valencia sin dejar ni rastro. Recibió un año de suspensión, pero no volvió a pisar de nuevo Mestalla.