José Llago era el extremo izquierdo del equipo reserva de mitad de la década de los años 20. Su buen rendimiento hizo que Anton Fibver contara con su participación en una buena cantidad de partidos amistosos hasta que en un encuentro contra el Nacional de Montevideo, disputado en Mestalla el 19 de abril de 1925, sorprendió a propios y extraños por su valocidad, capacidad de desborde y un remate demoledor. Suyo fue uno de los dos goles que el conjunto valencianista le marcó a los uruguayos. Pese a ello, la alta exigencia y la competencia en el primer equipo no le dieron excesiva continuidad. Sólo jugó un partido oficial, en la Copa contra el Iberia, donde un magistral centro suyo le permitió marcar a Cubells el octavo gol en la contundente goleada contra el equipo aragonés. Seguramente, Llago habría merecido más oportunidades, pero por alguna razón no las tuvo y en 1928 decidió retirarse del fútbol en activo para dedicarse a sus actividades profesionales.