Alfredo Martínez Ibarra era el portero del segundo equipo del Valencia CF cuando las inesperadas bajas de Pascual Gascó y José Marco le convirtieron en el guardameta titular del equipo para el Campeonato Regional de 1921. Ya había jugado partidos amistosos con el primer equipo, pero la responsabilidad ahora era mucho mayor, ya que aquella era la competición más importante de la época y el equipo de Algirós afrontaba con muchas esperanzas su segunda participación. «Sanguitas», que así era como se le conocía futbolísticamente, participó en cinco partidos en los que encajó 12 goles, siendo este un buen ratio por aquel entonces. Gracias a sus buenas actuaciones, el Valencia finalizó la fase regular empatado a puntos con el Gimnástico, por lo que se tuvo que disputar un partido de desempate en el Camp de La Soledad para decidir el campeón. Martínez Ibarra fue titular en un partido que concluyó con derrota por 3-1.

Pese a es complicado obtener datos de los jugadores que formaron parte del equipo fundacional, sí sabemos que Martínez Ibarra era un portero menudo, como la mayotía de los que defendieron la portería del club en los primeros años. Compensaba su corta estatura con una gran elasticidad y unos reflejos sobresalientes, y fue pionero en el arte escénico de posar bajo los palos, generalmente con una gorra blanquinegra con la que suele aparecer en casi todas las fotografías. La llegada de Juan Llago y el buen estado de forma de Mariano Ibáñez le hicieron tomar la decisión de marchar al Levante en el verano de 1922. Sin mucha continuidad en el club vecino, abandonó el mundo del fútbol pocos meses después.