Jordi Alba comenzó a jugar al fútbol en el Atlético Hospitalente, club de su localidad natal, Hospitalet de Llobregat, en el que ingresó a los 7 años de edad. Dos años más tarde, fue fichado por los ojeadores del FC Barcelona, continuando su formación en La Masía durante 7 temporadas, hasta que en 2005 es descartado por los técnicos debido a su estatura y marcha a la Unió Esportiva Cordellat. Allí es descubierto dos años más tarde por uno de los ojeadores del Valencia CF, que se lo lleva a Paterna a cambio de apenas 6.000 euros. Sería en el club de Mestalla donde comenzaría la meteórica carrera del joven futbolista.

En sólo un año, Jordi pasó de jugar en el equipo juvenil a convertirse en titular indiscutible en el Mestalla, convirtiéndose en pieza clave en el ascenso a la Segunda División B, llegando a ser convocado por la selección española sub-19. Con el objetivo de no truncar su progresión, el club decide ceder al jugador al Gimnàstic de Tarragona, club de la Segunda División, con el que completa 36 partidos en la temporada 2008-2009 y marca cuatro goles, consiguiendo hacerse con la titularidad tras unos inicios dudosos, lo que le vale para debutar con la selección sub-21, consiguiendo la medalla de oro en los Juegos Mediterráneos de 2009.

Tras su gran campaña en Tarragona, regresa al Valencia para hacer la pretemporada con el primer equipo, convenciendo a Unai Emery para conviertirse en jugador de la primera plantilla de forma definitiva. Alba debuta oficialmente en Liga el 13 de septiembre de 2009 frente al Real Valladolid, y pese a que su posición natural era la de extremo izquierdo, Unai Emery lo reconvierte en lateral debido a la plaga de lesiones que había en la plantilla. Su reconversión no sólo es satisfactoria, sino que se convierte en un absoluto acierto. Su velocidad, su capacidad de esfuerzo y sacrificio, y su calidad como atacante, le convierten en uno de los mejores laterales de la Liga, y su evolución parece no tener límites.

En su pimera temporada juega 26 partidos oficiales y 34 en la segunda, alternando el puesto con Jeremy Mathieu. En la temporada 2011-2012, la de su explosión definitiva, se convierte en titular indiscutible, lo que le vale un puesto en la selección nacional absoluta. Su espectacular progresión llama la atención de los grandes clubes europeos, pero es el FC Barcelona el que más se fija en él y le convence para no renovar con el Valencia y firmar con el club culé. El acuerdo del traspaso, que ascendió a 14 millones de euros, se anució el 28 de junio de 2012, pocos días antes de la final de la Eurocopa de naciones, en la que España se proclamó campeona y en la que Jordi Alba logró marcar un gol en la final.