Andoni Zubizarreta es, sin lugar a dudas, el portero que ostenta todos los récords del fútbol español. 127 partidos con la selección nacional absoluta, 622 partidos en Primera División, campeón de Liga en seis ocaciones, tres veces de Copa y campeón de la Copa de Europa y de la Recopa. Criado en la cantera del Athletic, ayudó con ascendente trayectoria al conjunto bilbaíno a ganar sus dos últimas Ligas en 1983 y 1984. En 1985 fue traspasado al FC Barcelona por una importante cantidad para la época, más de 300 millones de pesetas. Allí, en el conjunto azulgrana, vivió sus mejores años.

Fue un portero completo. Liderazgo, mando, colocación, anticipación, serenidad y una experiencia que crecía por minutos. Sólo su prestigio hacía encoger la portería a los delanteros. Con el Barcelona su leyenda aumentó hasta lo más alto. Logró con los culés la ansiada Copa de Europa, pero poco a poco su agilidad y reflejos fueron disminuyendo, y en 1994 Cruyff le hizo responsable de la debacle en la final de la Copa de Europa ante el Milan en Atenas, donde encajó cuatro goles. Tampoco ayudó su participación en el mundial de Estados Unidos durante ese verano.

Y así llegó Zubizarreta al Valencia. Envuelto en un aura de leyenda, pero muy discutido por la prensa. El seleccionador, Javier Clemente, aun le mantuvo en las convocatorias otros cuatro años, hasta el mundial de Francia, donde una nefasta intervención ante Nigeria supuso su declive final. En el equipo che se mantuvo cuatro temporadas sin que nadie se atreviera a discutir su titularidad, que llegó a los 215 partidos. Tuvo rachas muy buenas. incluso le paró un penalty decisivo a Klinsmann en el Olímpico de Munich en una eliminatoria de la Copa de la UEFA, pero también las tuvo malas, como el cabezazo del pequeño Alfredo en la final de Copa de 1995.

Su influencia en el vestuario fue muy beneficiosa. Se ganó el aprecio de una afición que nunca le discutió, y vivió momentos de gloria durante la etapa de Luis Aragonés, pero poco a poco su leyenda fue menguando. Sus vuelos ya no eran tan grandes y en 1998 decició retirarse a tiempo. Zubizarreta se despidió entre ovaciones, sin marcando el récord de participaciones con la selección como jugador valencianista (35).