Ficha de partido
At. Madrid
5 - 1
Valencia CF
Equipos titulares
11
Sustituciones
Ninguno
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Joaquín Peiró
12'
Jones
27'
Descanso
45'
Joaquín Peiró
56'
Jones
63'
José Sastre
83'
Mendoça
85'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: At. Madrid
Records vs At. Madrid
Máximo goleador: Mundo Suárez (16 goles)
Goleador rival: Luis Aragonés (12 goles)
Más partidos: Manolo Mestre (32 partidos)
Mayor victoria: 9 - 1 (13.09.1936)
Mayor derrota: 0 - 5 (10.11.1985)
Más repetido: 1-1 (22 veces)
Crónica
El partido de los campeones de Europa, se ha venido en llamar a este encuentro jugado en el Metropolitano, totalmente repleto de aficionados, que han tenido para el Atlético de Madrid una ovación extraordinaria, cuando su presentación en el terreno de juego, premiando así la victoria de Stuttgart, y al finalizar el partido, agradeciendo de esta forma la mnagnmfica exhibición de juego llevada a cabo por sus jugadores frente a los valencianistas, a los que recién ganadores del Barcelona de forma realmente espectacular, ha batido hoy de manera no menos rotunda.
El encuentro ha sido de una superioridad absoluta para el bando blanquirrojo, que puede decir que no ha tenido enemigo en el once de Mestalla. En todas las lineas, el Atlético mejoró a su rival, pero especialmente en la media y vanguardia. Esta mejora fue tan decisiva que contento puede estar el club mediterráneo de haber llegado al final del juego con ese gol que a pesar de lo rotundo que supone, no es fiel reflejo de lo que se ha visto en el campo. Esta superioridad, que nos ha sorprendido en el Atlético, nos ha dejado un tanto perplejos en cuanto al Valencia se refiere. Porque, por lo visto, esta tarde y noche en el Metropolitano, el grupo que prepara Scopelli nos ha decepcionado totalmente. El Valencia ha tenido fallos fuudamentales y de principio, que lógicamence tenían para terminar en un resultado totalmente desfavorable para sus colores.
Sin medios durante todo el encuentro, cosi una delantera sin profundizar nunca y, en consecuencia, de escaso y mal remate, todo el peso del juego blanquirrojo, libre de obstáculos atrás, ha recaído en la defensa, y ha tenido que emplearse a fondo para contener cuando ha podido y como ha podido, al quinteto de ataque más extraordinario que posiblemente cuente hoy el fútbol español. En última instancia, Zamora, aunque ha trabajado a destajo, ha tenido que inclinarse en algunas ocasiones, incluso con su colaboración, ante la delantera madrileña.
El Atlético ha jugado un gran encuentro, un magnífico partido, demostrando de manera rotunda el gran momento en que se encuentran muchos de sus jugadores, y el conjunto, como comsecuencia de ello, pero especialmente su delantera y aún más especialmente dentro de ella, el ala izquierda Peiró-Collar, cuya velocidad, concepción de juego y remate, la hacen más peligrosa del actual fútbol nacional. Un Mendonça, prodigioso de ciencia y serenidad, un Adelardo extraordinario por su trabajo continuado, y un Jones modelo de voluntad y colocación, completan la vanguardia más extraordinaria que pisa actualmente campo de juego. Ramiro y Glaria, detrás, complementan un medio tipo en el que si las fuerzas les ayudan, y nos referimos aqui al importante capítulo de lesiones, puede estar el secreto del éxito del Campeonato de Liga recién iniciado. La defensa no nos ha gustado hoy, especialmente los laterales, a los que unos extremos más contundentes que los valencianistas hubieran puesto más al descubierto; en cuanto al meta, señalemosle como el más flojo elemento del grupo, en la irregularidad de sus actuaciones.
Insistamos en que el Valencia nos ha decepcionado. No hemos visto en el equipo de esta tarde, en el Metropolitano, el formidable conjunto que hubo de ser en Mestalla, en la primera de las finales de la Copa de Ferias, y tampoco siquiera el difícil reducto de vencer en la segunda de tales finales. Hoy, el Valencia ha flotado sobre el verde césped blanquirrojo de manera incomprensible. Muy pocas veces ha demostrado ser el grave equipo de que se nos ha hablado. Cierto que sin linea medular, es difícil combatir, que tal línea es motor de ataque y contención defensiva, y no existiendo ataque ni defensa, poco puede hacerse. Pero de todas maneras, en los momentos en que uno y otro han podido lucirse, no lo han hecho, poniendo de manifiesto fallos que estamos seguros hoy habrá podido advertir el mister de Mestalla. De cuanto hoy ha mostrado el Valencia, una consecuencia ha podido sacar la afición madrileña: que el Barcelona atraviesa un grave momento de juego.
Pocos son los que pueden salvarse de este juicio general sobre el equipo valenciano, en el capitulo individual. Zamora no ha estado al nivel de su categoría; Piquer, no ha podido en ningún momento con Collar, salvándose más Quincoces que Mestres, flojos ambos medios, Sastre, poco menos que desapercibido y demostrando Chicao la flojera habitual en los brasileños, y ninguno de ellos han apoyado en momento alguno a su delantera, en la que sólo los interiores han podido dejar muestra de la valia real del ataque valenciano, Waldo ha fallado, salvo en contados momentos del segundo tiempo, y los extremos no han estado tampoco muy afortunados, desaprovechando, especialmente Yosu, una no muy feliz, ciertamente, actuación de Rivilla frente a él. En suma, un equipo sin alma, entregado a partir del primer cuarto de hora, en ocasiones nervioso y nunca en ningún momento demostrando que es un grupo puntero de la Liga en quien confiábamos para dar vida a un torneo que precisa de varios equipos de parejo valor para dar interés a lo largo de su treintena de jornadas.
Naturalmente que un partido no puede servir ni para sentar opinión general, lo mismo en los elogios que hacemos a uno de los acontecimientos de hoy, que sobre las censuras que presentamos en la actuación del otro... Pero sinceramente creemos que no tendremos ocasión de rectificar en los juicios anteriormente expuestos o habrá cambiado mucho uno y otro entre los dos bandos que se han enfrentado esta tarde en Madrid.
El arbitraje de Gareazábal, francamente bueno, aunque temimos en un momento, en los minutos finales del primer tiempo, que se le fuera el partido de la mano al dejar hacer a unos y a otros algunas jugadas punibles sin sanción. El descanso permitió, sin embargo, al colegiado, volver a coger las riendas del partido. A la media hora de la segunda mitad señaló un fuera de juego a Guillot, en jugada que el interior valenciano, de cabezazo, terminó en el fondo de la red, naturalmente no dado por válido.
Dos a cero en la primera parte. A los 15 minutos, una falta sacada por Ramiro, lanzando el balón a la izquierca, la recoge Mendoça, que pasa al centro, y Peiró, a la media vuelta, marca el primer tanto. A los 12 minutos de la segunda mitad, una magnífica combinación del ala izquierda atlética, la termina Peiró por bajo, batiendo a Ricardo Zamora, marcando el tercer tanto de la tarde; a los 20 minutos, un córner que saca Mendonça, en corto, a Adelardo, lo envía éste por alto centro, y el remate de cabeza de Ramíro se estrella en el larguero, pero en el rechace lo vuelve a rematar de cabeza Jones, al fondo de la red; a los 36 minutos, el Valencia ataca y Ribelles, desde fuera del área, dispara, marcando el que sería único tanto de su equipo, y tres minutos más tarde, el Atlético realiza otra de sus clásicas escapadas, pasando el balón a la derecha, en donde se encuentra Mendonça, quien solo, se interna para rematar un tiro cruzado, el quinto tanto.
El encuentro ha sido de una superioridad absoluta para el bando blanquirrojo, que puede decir que no ha tenido enemigo en el once de Mestalla. En todas las lineas, el Atlético mejoró a su rival, pero especialmente en la media y vanguardia. Esta mejora fue tan decisiva que contento puede estar el club mediterráneo de haber llegado al final del juego con ese gol que a pesar de lo rotundo que supone, no es fiel reflejo de lo que se ha visto en el campo. Esta superioridad, que nos ha sorprendido en el Atlético, nos ha dejado un tanto perplejos en cuanto al Valencia se refiere. Porque, por lo visto, esta tarde y noche en el Metropolitano, el grupo que prepara Scopelli nos ha decepcionado totalmente. El Valencia ha tenido fallos fuudamentales y de principio, que lógicamence tenían para terminar en un resultado totalmente desfavorable para sus colores.
Sin medios durante todo el encuentro, cosi una delantera sin profundizar nunca y, en consecuencia, de escaso y mal remate, todo el peso del juego blanquirrojo, libre de obstáculos atrás, ha recaído en la defensa, y ha tenido que emplearse a fondo para contener cuando ha podido y como ha podido, al quinteto de ataque más extraordinario que posiblemente cuente hoy el fútbol español. En última instancia, Zamora, aunque ha trabajado a destajo, ha tenido que inclinarse en algunas ocasiones, incluso con su colaboración, ante la delantera madrileña.
El Atlético ha jugado un gran encuentro, un magnífico partido, demostrando de manera rotunda el gran momento en que se encuentran muchos de sus jugadores, y el conjunto, como comsecuencia de ello, pero especialmente su delantera y aún más especialmente dentro de ella, el ala izquierda Peiró-Collar, cuya velocidad, concepción de juego y remate, la hacen más peligrosa del actual fútbol nacional. Un Mendonça, prodigioso de ciencia y serenidad, un Adelardo extraordinario por su trabajo continuado, y un Jones modelo de voluntad y colocación, completan la vanguardia más extraordinaria que pisa actualmente campo de juego. Ramiro y Glaria, detrás, complementan un medio tipo en el que si las fuerzas les ayudan, y nos referimos aqui al importante capítulo de lesiones, puede estar el secreto del éxito del Campeonato de Liga recién iniciado. La defensa no nos ha gustado hoy, especialmente los laterales, a los que unos extremos más contundentes que los valencianistas hubieran puesto más al descubierto; en cuanto al meta, señalemosle como el más flojo elemento del grupo, en la irregularidad de sus actuaciones.
Insistamos en que el Valencia nos ha decepcionado. No hemos visto en el equipo de esta tarde, en el Metropolitano, el formidable conjunto que hubo de ser en Mestalla, en la primera de las finales de la Copa de Ferias, y tampoco siquiera el difícil reducto de vencer en la segunda de tales finales. Hoy, el Valencia ha flotado sobre el verde césped blanquirrojo de manera incomprensible. Muy pocas veces ha demostrado ser el grave equipo de que se nos ha hablado. Cierto que sin linea medular, es difícil combatir, que tal línea es motor de ataque y contención defensiva, y no existiendo ataque ni defensa, poco puede hacerse. Pero de todas maneras, en los momentos en que uno y otro han podido lucirse, no lo han hecho, poniendo de manifiesto fallos que estamos seguros hoy habrá podido advertir el mister de Mestalla. De cuanto hoy ha mostrado el Valencia, una consecuencia ha podido sacar la afición madrileña: que el Barcelona atraviesa un grave momento de juego.
Pocos son los que pueden salvarse de este juicio general sobre el equipo valenciano, en el capitulo individual. Zamora no ha estado al nivel de su categoría; Piquer, no ha podido en ningún momento con Collar, salvándose más Quincoces que Mestres, flojos ambos medios, Sastre, poco menos que desapercibido y demostrando Chicao la flojera habitual en los brasileños, y ninguno de ellos han apoyado en momento alguno a su delantera, en la que sólo los interiores han podido dejar muestra de la valia real del ataque valenciano, Waldo ha fallado, salvo en contados momentos del segundo tiempo, y los extremos no han estado tampoco muy afortunados, desaprovechando, especialmente Yosu, una no muy feliz, ciertamente, actuación de Rivilla frente a él. En suma, un equipo sin alma, entregado a partir del primer cuarto de hora, en ocasiones nervioso y nunca en ningún momento demostrando que es un grupo puntero de la Liga en quien confiábamos para dar vida a un torneo que precisa de varios equipos de parejo valor para dar interés a lo largo de su treintena de jornadas.
Naturalmente que un partido no puede servir ni para sentar opinión general, lo mismo en los elogios que hacemos a uno de los acontecimientos de hoy, que sobre las censuras que presentamos en la actuación del otro... Pero sinceramente creemos que no tendremos ocasión de rectificar en los juicios anteriormente expuestos o habrá cambiado mucho uno y otro entre los dos bandos que se han enfrentado esta tarde en Madrid.
El arbitraje de Gareazábal, francamente bueno, aunque temimos en un momento, en los minutos finales del primer tiempo, que se le fuera el partido de la mano al dejar hacer a unos y a otros algunas jugadas punibles sin sanción. El descanso permitió, sin embargo, al colegiado, volver a coger las riendas del partido. A la media hora de la segunda mitad señaló un fuera de juego a Guillot, en jugada que el interior valenciano, de cabezazo, terminó en el fondo de la red, naturalmente no dado por válido.
Dos a cero en la primera parte. A los 15 minutos, una falta sacada por Ramiro, lanzando el balón a la izquierca, la recoge Mendoça, que pasa al centro, y Peiró, a la media vuelta, marca el primer tanto. A los 12 minutos de la segunda mitad, una magnífica combinación del ala izquierda atlética, la termina Peiró por bajo, batiendo a Ricardo Zamora, marcando el tercer tanto de la tarde; a los 20 minutos, un córner que saca Mendonça, en corto, a Adelardo, lo envía éste por alto centro, y el remate de cabeza de Ramíro se estrella en el larguero, pero en el rechace lo vuelve a rematar de cabeza Jones, al fondo de la red; a los 36 minutos, el Valencia ataca y Ribelles, desde fuera del área, dispara, marcando el que sería único tanto de su equipo, y tres minutos más tarde, el Atlético realiza otra de sus clásicas escapadas, pasando el balón a la derecha, en donde se encuentra Mendonça, quien solo, se interna para rematar un tiro cruzado, el quinto tanto.