Ficha de partido
Valencia CF
2 - 1
Real Madrid
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Hagi
4'
Butragueño
5'
Lubo Penev
27'
Miguel Ángel Bossio
29'
Roberto FernándezAsist: Quique Flores
41'
AldanaMaqueda
45'
Descanso
45'
VillarroyaSolana
58'
Paco CamarasaTomás González
62'
Hugo Sánchez (Pen.)
73'
Eloy Olaya
74'
Hugo Sánchez
74'
Míchel
85'
Roberto Fernández
85'
Carlos ArroyoLubo Penev
89'
Buyo
90'
Final del partido
91'
Estadio
Rival: Real Madrid
Records vs Real Madrid
Máximo goleador: Mundo Suárez (13 goles)
Goleador rival: Raúl (17 goles)
Más partidos: Vicente Asensi (28 partidos)
Mayor victoria: 6 - 0 (09.06.1999)
Mayor derrota: 1 - 7 (23.08.1990)
Más repetido: 1-2 (27 veces)
Crónica
Casi lleno en el Luis Casanova, en noche apacible y con terreno dejuego en buenas condiciones. La recaudación total ascendió a 17.630.000 pesetas, sobre los 31 kilos del cargo de taquilla. El público pitó a Penev cuando salió al terreno de juegos por los incidentes de la semana, que se volvieron aplausos al final. Quique y Chendo actuaron como capitanes. Tras el descanso tanto Chendo como Sanchís salieron luciendo el dorsal número 5, al instante, el colegiado obligó a Chendo a cambiar.
Dirigió el encuentro el colegiado asturiano Manuel Díaz Vega. Se complicó muchísimo la vida porque estuvo muy indeciso con las tarjetas. En términos generales no tuvo grandes errores durante el encuentro, aunque la pifió a la hora de enseñar las cartulinas. Perdonó la expulsión a Michel y Hagi, con una cartulina amarilla, y a Hierro, que frenó en falta a Penev cuando se plantaba solo ante Buyo. A pesar de todo eso, tuvo que mostrar seis tarjetas amarillas: a Hagi en el minuto 4 por tocar el balón con las manos; a Butragueño en el minuto 5 por hacerle una observación; a Bossio en el 29, por zancadillear a Michel en la pugna por el esférico; a Roberto y Michel, en el 85, por una absurda pugna entre ellos, y a Buyo por protestar en el 90. Expulsó, con roja directa, a Eloy y Hugo por una posible agresión mutua, justo después de que el mexicano marcara de penalty. Seguramente, en esta ocasión, el delantero madridista no fue tan merecedor de esta sanción porque en apariencia únicamente se zafa del acoso del extremo asturiano.
Goles: 1-0, minuto 27. Penev y Spasic pelean por un balón en la frontal del área, al final el balón se lo lleva el delantero búlgaro que bate de tiro cruzado a Buyo en su salida. 2-0, minuto 41. Jugada de Quique que se interna en el área y cede hacia atrás, Roberto desde el área pequeña, tan sólo tiene que empujar al fondo de la red. 2-1, minuto 74. Probable empujón de Camarasa a Butragueño dentro del área. El penalty lo transforma Hugo Sánchez de fuerte tiro raso.
Después de una semana de controversias y amenazas de sanción, Lubo Penev volvió a ocupar el eje de la delantera valencianista, marcó un gol y se fue como un torero, envuelto en ovaciones. Con el búlgaro recuperado, el equipo motivado y un Madrid en franca crisis, el Valencia alejó el fantasma de los cinco negativos y se hizo acreedor de un triunfo no sólo justo, sino también mucho más amplio.
Un penalty discutido y un evidente desfondamiento físico en la recta final del choque lo impidió. Pero esta vez, en el Luis Casanova, en un auténtico partido de la jornada adelantado al sábado, no hubo ni más equipo ni más vencedor que el conjunto de Espárrago, que se reconcilió con la afición y mostró fases de juegó mucho más acordes con la temporada pasada que con los resultados de la actual. Auténtica paradoja de la temporada, el Valencia fue a superar al Madrid y a remontar el vuelo en esta Liga tras haber encajado una goleada de escándalo en la pretemporada frente al equipo madrileño. Claro que, en aquella ocasión, Toshack se olvidó de los monstruos sagrados y sacó al segundo equipo.
Seguro que en las últimas horas reflexionará sobre el particular. Butragueño sólo apareció en el lance del penalty, cayendo aparatosamente en el área. Y Hugo Sánchez no fue mucho más allá. Dos o tres remates de su marca, la transformación de la pena máxima y una tarjeta roja, a renglón seguido, que vino a confirmar su sangre caliente y su falta de colaboración en el actual Madrid.
En efecto, el cuadro del Bernabéu jugó siempre a remolque, con poquísimas ideas ofensivas y desarbolado en las fases de juego en que el Valencia apretó el acelerador: Eso sucedió tras el gol inicial de Penev, que algunos discutieron por entender falta previa del búlgaro sobre Spasic. La zona ancha valencianista y los contragolpes porla banda de Eloy llevaron de cabeza a la retaguardia madridista. Llegó un remate de Cuxart, que acarició el poste, y luego el 2-0 de Roberto, antes del descanso, que pareció dejar decidido el encuentro.
Desde el primer momento quedó claro que el cuadro valencianista apostaba por la victoria. La presencia de Penev y Cuxart en punta de ataque junto a Eloy, mas las subidas por su banda de Quique Flores conformaban un esquema mucho más ofensivo que el de un Madrid con cinco defensas en línea, un desdibujado Hagi como único arquitecto con ideas y el citado tándem de vanguardia, tan mal apoyado esta temporada. La espoleta del primer gol iba a dar la medida del espíritu de ambos cuadros. Y pronto quedó claro: el Valencia hizo entonces su mejor fútbol y el Madrid no dio una a derechas.
En la segunda parte, la incógnita era saber si el Madrid tendría suficiente poder de reacción o si el Valencia lo apuntillaría con un resultado escandaloso. No sucedió ni lo uno ni lo otro. Toshack adoptó un talante algo más valiente reemplazando a Maqueda por Aldana y, posteriormente, lo acentuaría con el relevo del lateral Solana por Villarroya, pero la única realidad era que el Madrid sólo adelantaba peones sin ejercer ningún peligro y dejando todos los espacios libres para el contragolpe valencianista. En esa fase del encuentro, la madera devolvió otro par de remates con sello de gol a tiro de Penev y cabezazo de Quique Flores mientras que Spasic atajó dos balones cruciales, especialmente el segundo de Roberto a Penev. Así las cosas y con el Luis Casanova saboreando el triunfo y la superioridad manifiesta de su equipo, sólo truncada por dos remates aislados de Hugo Sánchez, surgió el lance del penalty en una acción sin aparente peligro.
Hugo hizo el 2-1, pero no tuvo tiempo de saborearlo porque se fue a la caseta, junto a Eloy, antes de que el balón fuera puesto en juego. Sin él y con un Buitre que parecía un espectador de privilegio, el Madrid no tuvo punch para remontar aunque en las botas de Aldana estuvo la amenaza evidente del empate en una gran jugada personal que culminó con un remate demasiado alto.
El Valencia acabó nervioso y en baja condición física. Los últimos minutos se limitó a defender y no pasó excesivos apuros en medio de un arbitraje deficiente, exceso de brusquedades y tensión a flor de piel por aquello de que una victoria amplia se había complicado. Pero fue, al fin y al cabo, victoria y se la llevó el que más méritos hizo para ello.
Dirigió el encuentro el colegiado asturiano Manuel Díaz Vega. Se complicó muchísimo la vida porque estuvo muy indeciso con las tarjetas. En términos generales no tuvo grandes errores durante el encuentro, aunque la pifió a la hora de enseñar las cartulinas. Perdonó la expulsión a Michel y Hagi, con una cartulina amarilla, y a Hierro, que frenó en falta a Penev cuando se plantaba solo ante Buyo. A pesar de todo eso, tuvo que mostrar seis tarjetas amarillas: a Hagi en el minuto 4 por tocar el balón con las manos; a Butragueño en el minuto 5 por hacerle una observación; a Bossio en el 29, por zancadillear a Michel en la pugna por el esférico; a Roberto y Michel, en el 85, por una absurda pugna entre ellos, y a Buyo por protestar en el 90. Expulsó, con roja directa, a Eloy y Hugo por una posible agresión mutua, justo después de que el mexicano marcara de penalty. Seguramente, en esta ocasión, el delantero madridista no fue tan merecedor de esta sanción porque en apariencia únicamente se zafa del acoso del extremo asturiano.
Goles: 1-0, minuto 27. Penev y Spasic pelean por un balón en la frontal del área, al final el balón se lo lleva el delantero búlgaro que bate de tiro cruzado a Buyo en su salida. 2-0, minuto 41. Jugada de Quique que se interna en el área y cede hacia atrás, Roberto desde el área pequeña, tan sólo tiene que empujar al fondo de la red. 2-1, minuto 74. Probable empujón de Camarasa a Butragueño dentro del área. El penalty lo transforma Hugo Sánchez de fuerte tiro raso.
Después de una semana de controversias y amenazas de sanción, Lubo Penev volvió a ocupar el eje de la delantera valencianista, marcó un gol y se fue como un torero, envuelto en ovaciones. Con el búlgaro recuperado, el equipo motivado y un Madrid en franca crisis, el Valencia alejó el fantasma de los cinco negativos y se hizo acreedor de un triunfo no sólo justo, sino también mucho más amplio.
Un penalty discutido y un evidente desfondamiento físico en la recta final del choque lo impidió. Pero esta vez, en el Luis Casanova, en un auténtico partido de la jornada adelantado al sábado, no hubo ni más equipo ni más vencedor que el conjunto de Espárrago, que se reconcilió con la afición y mostró fases de juegó mucho más acordes con la temporada pasada que con los resultados de la actual. Auténtica paradoja de la temporada, el Valencia fue a superar al Madrid y a remontar el vuelo en esta Liga tras haber encajado una goleada de escándalo en la pretemporada frente al equipo madrileño. Claro que, en aquella ocasión, Toshack se olvidó de los monstruos sagrados y sacó al segundo equipo.
Seguro que en las últimas horas reflexionará sobre el particular. Butragueño sólo apareció en el lance del penalty, cayendo aparatosamente en el área. Y Hugo Sánchez no fue mucho más allá. Dos o tres remates de su marca, la transformación de la pena máxima y una tarjeta roja, a renglón seguido, que vino a confirmar su sangre caliente y su falta de colaboración en el actual Madrid.
En efecto, el cuadro del Bernabéu jugó siempre a remolque, con poquísimas ideas ofensivas y desarbolado en las fases de juego en que el Valencia apretó el acelerador: Eso sucedió tras el gol inicial de Penev, que algunos discutieron por entender falta previa del búlgaro sobre Spasic. La zona ancha valencianista y los contragolpes porla banda de Eloy llevaron de cabeza a la retaguardia madridista. Llegó un remate de Cuxart, que acarició el poste, y luego el 2-0 de Roberto, antes del descanso, que pareció dejar decidido el encuentro.
Desde el primer momento quedó claro que el cuadro valencianista apostaba por la victoria. La presencia de Penev y Cuxart en punta de ataque junto a Eloy, mas las subidas por su banda de Quique Flores conformaban un esquema mucho más ofensivo que el de un Madrid con cinco defensas en línea, un desdibujado Hagi como único arquitecto con ideas y el citado tándem de vanguardia, tan mal apoyado esta temporada. La espoleta del primer gol iba a dar la medida del espíritu de ambos cuadros. Y pronto quedó claro: el Valencia hizo entonces su mejor fútbol y el Madrid no dio una a derechas.
En la segunda parte, la incógnita era saber si el Madrid tendría suficiente poder de reacción o si el Valencia lo apuntillaría con un resultado escandaloso. No sucedió ni lo uno ni lo otro. Toshack adoptó un talante algo más valiente reemplazando a Maqueda por Aldana y, posteriormente, lo acentuaría con el relevo del lateral Solana por Villarroya, pero la única realidad era que el Madrid sólo adelantaba peones sin ejercer ningún peligro y dejando todos los espacios libres para el contragolpe valencianista. En esa fase del encuentro, la madera devolvió otro par de remates con sello de gol a tiro de Penev y cabezazo de Quique Flores mientras que Spasic atajó dos balones cruciales, especialmente el segundo de Roberto a Penev. Así las cosas y con el Luis Casanova saboreando el triunfo y la superioridad manifiesta de su equipo, sólo truncada por dos remates aislados de Hugo Sánchez, surgió el lance del penalty en una acción sin aparente peligro.
Hugo hizo el 2-1, pero no tuvo tiempo de saborearlo porque se fue a la caseta, junto a Eloy, antes de que el balón fuera puesto en juego. Sin él y con un Buitre que parecía un espectador de privilegio, el Madrid no tuvo punch para remontar aunque en las botas de Aldana estuvo la amenaza evidente del empate en una gran jugada personal que culminó con un remate demasiado alto.
El Valencia acabó nervioso y en baja condición física. Los últimos minutos se limitó a defender y no pasó excesivos apuros en medio de un arbitraje deficiente, exceso de brusquedades y tensión a flor de piel por aquello de que una victoria amplia se había complicado. Pero fue, al fin y al cabo, victoria y se la llevó el que más méritos hizo para ello.