Salmantino de nacimiento, Francisco López, conocido futbolísticamente como «Paquito», se crio en la cantera de la Unión Deportiva Salamanca. Allí se convirtió en un inexpugnable defensa central durante tres temporadas en Segunda División, antes de que el Valencia lo trajera para reforzar su plantilla en 1952 y competir por el puesto con Monzó. Una lesión del valenciano le permitió debutar en Mestalla ante el Valladolid, pero Monzó tenía cuerda para rato y Paquito quedó relegado al banquillo y a esporádicas apariciones como lateral.

Su mayor virtud era la potencia en el juego aéreo. Pero, precisamente, un choque por alto con su compañero Quique, durante un amistoso en Burriana, le provocó una importante lesión en el maxilar que le supuso una larga hospitalización. A su vuelta, sufrió otra lesión de rodilla, y ya nunca volvió a ser el aguerrido central de Salamanca. La temporada 1953-1954 bajó a ayudar al Mestalla en Segunda División, y luego pasó dos años en blanco con el primer equipo. Intentó firmar por el Levante en unas eternas negociaciones, pero finalmente decidió su retirada en 1956 y se concentró en su profesión de protésico dental.