Inicio del partido

0'

ParlourVieira

37'

Descanso

45'

Francisco RufeteVicente Rodríguez

67'

Miguel Ángel Angulo

71'

WiltordLjungberg

77'

Carlos MarchenaPablo Aimar

79'

KanuPires

82'

Fabio AurelioAmedeo Carboni

86'

Final del partido

90'

Un Valencia tan rocoso como previsible ha sumado en Highbury un punto que sólo el tiempo medirá su importancia. El Arsenal pasa por ser un equipo demoledor en su estadio, pero el conjunto levantino ya ha demostrado que no se arruga por grande que sea el escenario.

Eso sí, Benítez tenía claro que salir al ataque era poco menos que un suicidio ante un rival que atesora uno de los mejores ataque del continente. La consigna, pues, era clara: defender y defender, y luego ya se vería. A todo ello se suma que los 'gunners' ya no son el equipo frágil en defensa de hace un par de temporadas. Han madurado y ahora priman el resultado por encima del juego preciosista. Por eso, mientras el cuerpo aguantó, el partido fue poco menos que un tostón. Vamos, casi una réplica del Europeo de cross del pasado domingo. Kilómetros y más kilómetros para el lucimiento de los futbolistas menos dotados técnicamente. Una lástima.

Casi no hubo ocasiones. Apenas un control errado de Ljunberg cuando encaraba a Palop y un mano a mano que el portero canterano le ganó al mismísimo Henry. Y el Valencia aún achuchaba menos. Aimar era un marciano en medio de las torres inglesas y jugadores llamados a cobrar protagonismo como Baraja tampoco aparecían. Lo único positivo para el Valencia fue la sustitución de Vieira, que se resintió de su lesión en un muslo cuando la primera parte agonizaba.

La segunda parte fue otra historia, al menos en sus primeros minutos. Carew, incansable todo el partido, era el único que ponía en apuros a la defensa inglesas, y aprovechaba cualquier pase en profundidad de los suyos para plantarse de dos zancadas ante el inédito Seaman. Pero el noruego tuvo toda la noche el punto de mira algo desviado. La reacción de los 'gunners' fue fulminante. Una gran jugada de Ljunberg acabó con un remate del sueco que Palop sacó de forma prodigiosa con su pie izquierdo. El Arsenal se animó y un cabezazo de Bergkamp a la misma escuadra lo atrapó el suplente de Cañizares con una plástica palomita. 'Match balls' salvados.

El partido se fue espesando y el Valencia daba señales de vida en ataque, pero una expulsión tan infantil como justa de Angulo -que dio un incomprensible codazo en el estómago a Cygan- puso en peligro todo el trabajo realizado. Por unos instantes, el Arsenal encerró al Valencia y bombardeó el área de Palop, pero sus fuerzas estaban demasiados mermadas para aprovechar la ventaja numérica. Pires, hasta entonces una pesadilla, pedía el cambio a cada paso.

El partido acababa y el empate era definitivo... ¿o no? En apenas un minuto ambos equipos estuvieron a punto de ganar la partida. Primero fue Kanu el que intentó una vez más en balde batir a Palop, aunque Gilberto Silva casi lo consigue si no llega a ser por el despeje bajo palos de Marchena. La respuesta valencianista fue contundente. Un centro de Rufete lo cazó Carew, que tocó con suavidad por encima de Seaman. El desastre se consumaba en Highbury, pero Campbell apareció por arte de magia y evitó la injusta victoria ché cuando la pelota se colaba.