Ficha de partido
Valencia CF
2 - 0
Sporting Gijón
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Joaquín
31'
Descanso
45'
Carlos Arroyo
46'
ErañaLuis Sierra
63'
Lubo Penev
63'
ManjarínNarciso
66'
José Miguel TorresRicardo Arias
80'
Tati
80'
Javier SubiratsTomás González
85'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Sporting Gijón
Records vs Sporting Gijón
Máximo goleador: Vicente Seguí (7 goles)
Goleador rival: Quini (13 goles)
Más partidos: Fernando Gómez (25 partidos)
Mayor victoria: 8 - 0 (29.11.1953)
Mayor derrota: 1 - 6 (20.01.1982)
Más repetido: 1-1 (15 veces)
Crónica
Tarde con nubes que trajeron algunas gotas de lluvia al terreno de juego momentos antes de iniciarse el partido. El césped, no obstante, estuvo en perfectas condiciones y la temperatura rondó los 15 grados. El público llenó dos tercios del aforo del estadio. La recaudación en las taquillas ascendió a 8.660.000 pesetas. En el palco de tribuna estuvo el seleccionador nacional, Luis Suárez. Hubo que lamentar un incidente totalmente fortuito en el que resultó herido un reportero gráfico, al recibir en la cara la bota del búlgaro Penev, quien salió en tromba del terreno de juego con los pies en plancha por delante para ir a estrellarse contra el foso de los fotógrafos que no tienen ninguna barrera de protección. Actuaron de capitanes Fernando, por el Valencia, y Joaquín, por el Sporting. Los locales botaron nueve saques de esquina y los visitantes seis.
Arbitró el partido Marín López, del Colegio Riojano. Tuvo una noche tranquila y pasó por el feudo valencianista sin pena ni gloria. Empezó con un arbitraje muy meticuloso, midiendo distancias de barrera y haciéndolas respetar, con el consiguiente alargamiento del tiempo de juego, pero fue evolucionando a un arbitraje más cómodo para ambos rivales. Quedó en el aire un posible penalty de Arias a Villa y algunos fuera de juego del Sporting. Dos tarjetas amarillas se vieron en todo el partido, una para Joaquín, por entrada a Fenoll, en la primera parte, y la otra para el también esportinguista Tati, por protestar una decisión arbitral, ya en el segundo período de juego.
Goles: Minuto 47, 1-0. Arroyo marca colocando el esférico con destreza por la escuadra izquierda de Ablanedo al aprovechar un despeje de la defensa esportinguista. Minuto 64, 2-0. Penev, en jugada personal, se escapa de la defensa contraria consiguiendo entrar en el área y lanzar un tiro raso y cruzado que llevaría el balón a la red de la portería de Ablanedo.
El Valencia se quedó a fin de cuentas con los dos puntos en liza anoche en su propio feudo, consiguiendo subir al marcador dos goles contra ninguno de su rival sportinguista, que vino a tierras levantinas (se vio a las claras) acusando el cansancio y el agotamiento lógico del pasado jueves copero, con el K.O. en Cádiz con prórroga incluida. El encuentro no estuvo a la altura de los que desde hace algún tiempo viene realizando el conjunto valencianista, con un juego mediocre la mayoría del tiempo, al que el contrincante asturiano no supo o no pudo sacarle jugo.
Los primeros cuarenta y cinco minutos, mejor dicho, cuarenta y nueve exactamente por decisión arbitral, fueron de un ritmo lento, con un toma y daca asfixiante para los entendidos y aburridos, cuanto menos, para el público en general. Algunos lances a puerta dieron algo de alegría, pero todo quedó en buenas intenciones. Arroyo, quien marcaría el primer gol de la noche nada más ponerse el balón a rodar en el segundo periodo, hizo ver a las gradas (y posiblemente también al espectador más atractivo, Luis Suárez) que estaba en racha. Lanzó sonando el minuto cinco del partido un trallazo que hubiera podido ser el gol si el larguero de Ablanedo hubiera estado unos centímetros más alto.
El Sporting, por su parte, tardó en darse cuenta de que el rival, aun jugando en casa, no estaba dispuesto a lanzarse al ataque, pero cuando se percató que los che jugaban en horizontal sin la menor prisa, subieron con orden y a veces hasta con peligro hacia la meta contraria. Aun con todo, se tuvo que llegar al minuto 23 para que los sportinguistas lanzaran su primer tiro a balón parado, cerca de la portería de Ochotorena. El astuto Joaquín, anoche menos inspirado que de costumbre, fue quien sacó la falta para que rematara Abelardo, sin pericia ni suerte alguna.
El centrocampista Tomás volvió a ensayar tiros a puerta desde distancias fuera de lo común, los treinta o treinta y cinco metros de la portería, sin tener tampoco ayer los dioses de su parte. La ordenada formación del cuadro gijonés parecía destinada a agotar al rival, sin agotarse más de lo que estaban ellos mismos. Enfrente, el Valencia buscaba abrir huecos, aunque sin calentarse mucho la cabeza. En el segundo tiempo ocurrió el milagro, dando un giro dé 180 grados el desarrollo del encuentro. Tras el golazo de Arroyo, que no perdonó el balón del flojo despeje de la defensa sportinguista, el Valencia se puso en marcha y desplegó un juego al primer toque rápido y eficaz, que generaría suficiente fuerza como para que el búlgaro Lubo Penev se las compusiera, él solito, para llegar al frente del área de Ablanedo y sentenciar el partido.
Con dos goles en contra y una semana a rastras a muchas leguas de la patria querida, los asturianos no pudieron más que dedicarse a contener el acoso del adversario que fue "in crescendo", aunque no subieran más goles al electrónico hasta que se pitara el final del partido.
Arbitró el partido Marín López, del Colegio Riojano. Tuvo una noche tranquila y pasó por el feudo valencianista sin pena ni gloria. Empezó con un arbitraje muy meticuloso, midiendo distancias de barrera y haciéndolas respetar, con el consiguiente alargamiento del tiempo de juego, pero fue evolucionando a un arbitraje más cómodo para ambos rivales. Quedó en el aire un posible penalty de Arias a Villa y algunos fuera de juego del Sporting. Dos tarjetas amarillas se vieron en todo el partido, una para Joaquín, por entrada a Fenoll, en la primera parte, y la otra para el también esportinguista Tati, por protestar una decisión arbitral, ya en el segundo período de juego.
Goles: Minuto 47, 1-0. Arroyo marca colocando el esférico con destreza por la escuadra izquierda de Ablanedo al aprovechar un despeje de la defensa esportinguista. Minuto 64, 2-0. Penev, en jugada personal, se escapa de la defensa contraria consiguiendo entrar en el área y lanzar un tiro raso y cruzado que llevaría el balón a la red de la portería de Ablanedo.
El Valencia se quedó a fin de cuentas con los dos puntos en liza anoche en su propio feudo, consiguiendo subir al marcador dos goles contra ninguno de su rival sportinguista, que vino a tierras levantinas (se vio a las claras) acusando el cansancio y el agotamiento lógico del pasado jueves copero, con el K.O. en Cádiz con prórroga incluida. El encuentro no estuvo a la altura de los que desde hace algún tiempo viene realizando el conjunto valencianista, con un juego mediocre la mayoría del tiempo, al que el contrincante asturiano no supo o no pudo sacarle jugo.
Los primeros cuarenta y cinco minutos, mejor dicho, cuarenta y nueve exactamente por decisión arbitral, fueron de un ritmo lento, con un toma y daca asfixiante para los entendidos y aburridos, cuanto menos, para el público en general. Algunos lances a puerta dieron algo de alegría, pero todo quedó en buenas intenciones. Arroyo, quien marcaría el primer gol de la noche nada más ponerse el balón a rodar en el segundo periodo, hizo ver a las gradas (y posiblemente también al espectador más atractivo, Luis Suárez) que estaba en racha. Lanzó sonando el minuto cinco del partido un trallazo que hubiera podido ser el gol si el larguero de Ablanedo hubiera estado unos centímetros más alto.
El Sporting, por su parte, tardó en darse cuenta de que el rival, aun jugando en casa, no estaba dispuesto a lanzarse al ataque, pero cuando se percató que los che jugaban en horizontal sin la menor prisa, subieron con orden y a veces hasta con peligro hacia la meta contraria. Aun con todo, se tuvo que llegar al minuto 23 para que los sportinguistas lanzaran su primer tiro a balón parado, cerca de la portería de Ochotorena. El astuto Joaquín, anoche menos inspirado que de costumbre, fue quien sacó la falta para que rematara Abelardo, sin pericia ni suerte alguna.
El centrocampista Tomás volvió a ensayar tiros a puerta desde distancias fuera de lo común, los treinta o treinta y cinco metros de la portería, sin tener tampoco ayer los dioses de su parte. La ordenada formación del cuadro gijonés parecía destinada a agotar al rival, sin agotarse más de lo que estaban ellos mismos. Enfrente, el Valencia buscaba abrir huecos, aunque sin calentarse mucho la cabeza. En el segundo tiempo ocurrió el milagro, dando un giro dé 180 grados el desarrollo del encuentro. Tras el golazo de Arroyo, que no perdonó el balón del flojo despeje de la defensa sportinguista, el Valencia se puso en marcha y desplegó un juego al primer toque rápido y eficaz, que generaría suficiente fuerza como para que el búlgaro Lubo Penev se las compusiera, él solito, para llegar al frente del área de Ablanedo y sentenciar el partido.
Con dos goles en contra y una semana a rastras a muchas leguas de la patria querida, los asturianos no pudieron más que dedicarse a contener el acoso del adversario que fue "in crescendo", aunque no subieran más goles al electrónico hasta que se pitara el final del partido.