Ficha de partido: 20.11.2004: Málaga CF 0 - 2 Valencia CF

Ficha de partido

Málaga CF
Málaga CF
0 - 2
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Xisco Muñoz
28'
Descanso
45'
Gerardo
46'
Bernardo Corradi
47'
Xisco MuñozAsist: Miguel Ángel Angulo
50'
AlexisGerardo
54'
Francisco RufeteMiguel Ángel Angulo
54'
LekoJuan Rodríguez
61'
Alexis
64'
Miguel Ángel MistaBernardo Corradi
69'
Leko
71'
Amoroso
76'
EdgarManu
76'
Amedeo CarboniXisco Muñoz
82'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: La Rosaleda
Aforo: 28.963 espectadores
Ubicación: Málaga (Málaga) 
Inauguración: 13/04/1941 (Remodelado en 2006)

Rival: Málaga CF

Records vs Málaga CF

Máximo goleador: Waldo Machado (6 goles)
Goleador rival: Orozco (3 goles)
Mayor victoria: 6 - 1 (31.01.2004)
Mayor derrota: 0 - 4 (24.11.2012)
Más repetido: 1-0 (12 veces)

Crónica

Corradi puso la calma y Xisco la rubricó. Ranieri respiró hondo y Juan Soler volvió a sonreír. El nuevo presidente, por fin, ve ganar a su equipo. Casi dos meses después de su última victoria, el Valencia dominó donde solía, en el campo en el que hace tres temporadas sentenció el primero de sus dos últimos títulos. La Rosaleda, la tierra santa, volvió a ser talismán. Y el nuevo balón amarillo. Adiós a los gafes.

Sólo hubo que echar un vistazo al banquillo valencianista cuando Corradi abrió el marcador y, sobre todo, en el momento en el que Xisco sentenció el triunfo. Todos salieron con los brazos en alto. Eufóricos. Radiantes. Se abrazaron, incluso a lo mejor se deslizó alguna lágrima. No hubiera sido para menos porque el Valencia necesitaba la victoria desesperadamente. Era el campo propicio para no fallar. El Málaga está también herido y el Valencia supo aprovecharse. Fue un triunfo que, sin ser brillante, resultó redondo, claro y eficaz. Lo importante no era el juego. Había que ganar. Una victoria para volver a empezar, que marca el final de una racha negativa, que a la vez debe de ser el inicio de un futuro prometedor. Tiempo hay por delante, que sólo se han cumplido doce jornadas.

Las asusencias de Baraja y Mista en el once inicial del Valencia sorprendieron. Aunque el primero no pasa por su mejor momento de juego, es pieza eficaz en la media, y el segundo está con enormes ganas. Pero, además, Ranieri había dicho antes del partido que sólo pensaba en el compromiso con el Málaga. Sin embargo, las rotaciones que aplicó vinieron a confirmar que el técnico italiano miraba por el rabillo del ojo el encuentro del miércoles en Bruselas, con el Anderlecht, donde sólo le vale la victoria, aunque para seguir en la Champions dependa también de que el Inter no pierda en su visita a Bremen. Esta vez el dibujo de Ranieri volvió a ser el tradicional 4-4-2, con doble pivote, formado por Marchena y Sissoko. Prescindió del rombo de la anterior jornada. En las horas previas, el entrenador había recordado que cada partido es una historia y en La Rosaleda recuperó el sistema que mejor conoce su equipo. Por momentos ese estilo de juego le dio mejor rendimiento, pues aparte de la solidez defensiva hubo mayor iniciativa atacante.

En el primer tiempo se vio a un Valencia más decidido, que controló perfectamente las embestidas del rival, aunque le ofreció excesivas concesiones, ya que cuando tomaba la iniciativa llegaba al área opuesta con mayor sentido y peligro. Sin embargo, al Valencia le faltó continuidad para atemorizar al Málaga, que poco a poco fue desperezándose y adquirió mayor presencia atacante y, desde luego, dominio territorial. De esta manera, los de Ranieri se desenvolvieron a la contra. Solventaron bien los deberes en su parcela, con destacadas intervenciones de Cañizares, y procuraron llegar con fluidez a la opuesta, defendida por Calatayud, que en los últimos compases se desesperó con el afortunado gol de Corradi. La suerte, tantas veces esquiva, se alió con el Valencia, que afrontó el segundo periodo con la tranquilidad de la ventaja en el marcador.

Como se trataba del partido de las urgencias –que las eran para uno y para otro–, el segundo tanto, obra de Xisco apenas unos minutos después de la reanudación, fue decisivo para dar calma y confianza a los blanquinegros, y tensión y plomo en las botas de los malacitanos, pero aún así estuvieron unos minutos vivos, buscando el tanto que pudiera meterles el partido, y en el Valencia hubo, incluso, momentos de algún desconcierto defensivo. Y es que los antecedentes recientes pesan todavía. Sin embargo, el oficio de los valencianistas fue decisivo porque supieron enfriar el partido y se desenvolvieron con mejor disposición ante un león herido que daba coletazos. Quizá a los blanquinegros les faltó serenidad para machacar, porque pudieron hacerlo en sus contras. Hasta el último instante el Málaga mantuvo alta la guardia, arropado por un público chillón que trató de llevarlo en volandas.