Ficha de partido
Valencia CF
1 - 2
Real Madrid
Equipos titulares
Sustituciones
Ninguno
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Descanso
45'
Grosso
48'
Antón MartínezAsist: Quino Sierra
68'
Aguilar
80'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Real Madrid
Records vs Real Madrid
Máximo goleador: Mundo Suárez (13 goles)
Goleador rival: Raúl (17 goles)
Más partidos: Vicente Asensi (28 partidos)
Mayor victoria: 6 - 0 (09.06.1999)
Mayor derrota: 1 - 7 (23.08.1990)
Más repetido: 1-2 (27 veces)
Crónica
El partido de la jornada ha terminado de forma poco grata; mejor dicho, no ha llegado a ver su final reglamentario, puesto que dos mnutos, aproximadamente, antes del final, tuvo que suspenderlo el árbitro extremeño, Sanchez Ibáñez, por la insistencia del publico de arrojar almohadillas al terreno de juego, impidiendo que pudiera éste reanudarse. Estuvo paralizado, antes de tomar tal decisión, unos cinco o seis minutos, mientras los empleados del campo separaban las almohadillas a la banda. Pero al darse cuenta que esta labor estaba muy adelantada, el arrojo de almohdillas se hizo mucho más masivo, vistO lo cual, tras consultar al delegado de campo y a los capitanes de los dos equipos, el árbitro dio por finalizado el encuentro a falta, como decimos, de unos dos minutos aproximadamente para el final.
Este partido se temía mucho por los dos bandos, pero especialmente por el Valencia, para el cual el hecho de jugar en su campo y necesitar mucho más que el Madrid los dos puntos para seguir aspirando a renovar el título, ya constituía una gran responsabilidad que le hacia salir con los nervios menos templados que el Madrid, que tenía bastante menos por perder, aunque no ganara. De esta forma, y con un árbitro que fue a la deriva desde el primer momento hasta el final, queriendo imponer su autoridad de una manera bastante parcial, el partido se jugó en medio de un ambiente poco grato, con protestas de jugadores, con protestas del público, con exhibiciones de tarjetas, con advertencias a otros y tuvo este final, que fue realmente lamentable.
El Madrid vino a Valencia decidido a no perder; a arroparse de la forma que fuera, incluso en muchas ocasiones con alguna violencia y sin el menor reparo ni respeto para el contrario, a fin de conseguir lo que se había propuesto. Esto dio lugar que las protestas menudearan desde el primer instante y que el público, que llenaba totalemnte el terreno de juego en "Día del Club", con una recaudación muy superior a los diez millones de pesetas, y tras de un recibimiento triunfal al Valencia y algunas protestas para el Madrid, protestara con frecuencia contra el arbitraje que consideraba perjudicial para al equipo de casa en una serie de decisiones.
Asi transcurrió la primera parte, que fue de ligero dominio del Valencia, porque el Madrid, que nunca se encerró a la defensiva, supo contraatacar con mucha facilidad y los sufIcientes hombres como para crear situaciones de peligro en la puerta vaenciana. La fuerza principal del Madrid estuvo en el acierto de Velázquez, verdadero motor de equipo, y de Grosso, y también Grande que, en una táctica de 4-3-3 se adueñaron del centro del terreno, sin que Paquito y Lico pudieran contrarrestarle. De esta forma, con un juego más veloz que el del Valencia, con frecuentes aperturas a las alas, llevaron avances fáciles, pero se llegó al descanso sin que ninquno de los dos equipos pudiera marcar. Y el Valencia tuvo también algunas ocasiones favorables para lograrlo.
Se llegó al segundo tiempo y a los cuatro minutos tan sólo, marca un gol el Madrid, en un córner que ejecuta Aguilar creando un gran peligro pare el Valencia. La pelota pasa al lado izquierdo y un rebote de un defensa es aprovechado por Grosso para batir por primera vez a Meléndez, entre manifestaciones de protesta de los jugadores valencianos y la consiguiente alegría de los madrileños. En el minuto siete, o sea, tres más tarde, se produce un avance del Valencia, muy bonito, en el que se vio obligado Garcia Ramón a abondonar la puerta; pero Forment, precipitado y nervioso, a puerta vacía, defraudo al público echando fuera el balón. El árbitro advierte a Touriño y muestra torjete blanca a Sol, y poco después a Lico por protestarle.
Al cuarto de hora hay un avance entre Antón, Valdez y Forment, en el que éste remata muy bien, paro la pelota sale junto al palo, perdiendo el Valencia otra gran ocasión. Y persistiendo el Valencia en sus ataques, en el minuto 23 hay una apertura de Quino desde el centro del campo que va a parar a Antón que llega corriento y, sin parar, empalma con la izquierda un cañonazo imponente que entra por junto al palo. El público aplaude mucho la jugada y el empate, animando al Valencia. Pero el Madrid no pierde la serenidad y los defensas, aprovechando las condescendencias que el árbitro tiene con ellos, rechazan las pelotas sin la menor preocupación de incurrir en falta. En el minuto 35 se produce une falta muy discutible contra el Valencia, fuera del área. Es ejecutada por Verdugo, que cruza pelota al lado izquierdo, desde donde Grande la centra, y Aguilar, completamente desmarcado, fusila el segundo gol del Madrid que llena de decepción a los espectadores.
Los últimos diez minutos son desagradables, con constantes protestas, con juego muy sereno del Madrid, ya convencido de la victoria, y con frecuentes interrupciones por las almohadillas que son arrojadas por parte del público. Hasta que, por fin, faltando unos dos minutos para el final, el árbitro ha de suspender el partido en vista de que no hay forma de desalojar el terreno de juego.
Ha sido un partido de juego nulo, de muy poca calidad por los dos bandos, en el que el Madrid vino a Valencia a sacar, cuando menos, un punto al precio que fuera. Y lo ha conseguido, puesto que ello significa su casi seguro triunfo en el actual Campeoneto de Liga, De todas formas, hay que recenocer que el Madrid impuso una mayor velocidad, tuvo un ajuste de líneas bastante acertado (sobre todo dirigido el equipo por Velázquez con une magnífica colaboración de Grosso y de Grande). Ademas, la delantera jugó prodigando las aperturas a los extremos, que fueron siempre los hombres más peligrosos con sus centros e internadas. Los defensas abusaron de las marrullerías y del juego duro.
Por lo que se refiere al Valencia, la ausencia de Claramunt pecó una vez mas de forma decisiva, porque ni Lico ni Paquito pudieron hacernoslo olvidar. Esta vez la defensa, con un ataque mucho más peligroso que el del Bilbao, ha mostrado ciertas grietas, de las que se aprovecho el Madrid. Lo peor ha sido que a la delantera no le ha acompapañado la suerte, pese e intentar muchas veces la obtención del gol. Y, además, Valdez tuvo una labor completamente negativa. Quino, por su parte, hizo muy poco bueno.
Este partido se temía mucho por los dos bandos, pero especialmente por el Valencia, para el cual el hecho de jugar en su campo y necesitar mucho más que el Madrid los dos puntos para seguir aspirando a renovar el título, ya constituía una gran responsabilidad que le hacia salir con los nervios menos templados que el Madrid, que tenía bastante menos por perder, aunque no ganara. De esta forma, y con un árbitro que fue a la deriva desde el primer momento hasta el final, queriendo imponer su autoridad de una manera bastante parcial, el partido se jugó en medio de un ambiente poco grato, con protestas de jugadores, con protestas del público, con exhibiciones de tarjetas, con advertencias a otros y tuvo este final, que fue realmente lamentable.
El Madrid vino a Valencia decidido a no perder; a arroparse de la forma que fuera, incluso en muchas ocasiones con alguna violencia y sin el menor reparo ni respeto para el contrario, a fin de conseguir lo que se había propuesto. Esto dio lugar que las protestas menudearan desde el primer instante y que el público, que llenaba totalemnte el terreno de juego en "Día del Club", con una recaudación muy superior a los diez millones de pesetas, y tras de un recibimiento triunfal al Valencia y algunas protestas para el Madrid, protestara con frecuencia contra el arbitraje que consideraba perjudicial para al equipo de casa en una serie de decisiones.
Asi transcurrió la primera parte, que fue de ligero dominio del Valencia, porque el Madrid, que nunca se encerró a la defensiva, supo contraatacar con mucha facilidad y los sufIcientes hombres como para crear situaciones de peligro en la puerta vaenciana. La fuerza principal del Madrid estuvo en el acierto de Velázquez, verdadero motor de equipo, y de Grosso, y también Grande que, en una táctica de 4-3-3 se adueñaron del centro del terreno, sin que Paquito y Lico pudieran contrarrestarle. De esta forma, con un juego más veloz que el del Valencia, con frecuentes aperturas a las alas, llevaron avances fáciles, pero se llegó al descanso sin que ninquno de los dos equipos pudiera marcar. Y el Valencia tuvo también algunas ocasiones favorables para lograrlo.
Se llegó al segundo tiempo y a los cuatro minutos tan sólo, marca un gol el Madrid, en un córner que ejecuta Aguilar creando un gran peligro pare el Valencia. La pelota pasa al lado izquierdo y un rebote de un defensa es aprovechado por Grosso para batir por primera vez a Meléndez, entre manifestaciones de protesta de los jugadores valencianos y la consiguiente alegría de los madrileños. En el minuto siete, o sea, tres más tarde, se produce un avance del Valencia, muy bonito, en el que se vio obligado Garcia Ramón a abondonar la puerta; pero Forment, precipitado y nervioso, a puerta vacía, defraudo al público echando fuera el balón. El árbitro advierte a Touriño y muestra torjete blanca a Sol, y poco después a Lico por protestarle.
Al cuarto de hora hay un avance entre Antón, Valdez y Forment, en el que éste remata muy bien, paro la pelota sale junto al palo, perdiendo el Valencia otra gran ocasión. Y persistiendo el Valencia en sus ataques, en el minuto 23 hay una apertura de Quino desde el centro del campo que va a parar a Antón que llega corriento y, sin parar, empalma con la izquierda un cañonazo imponente que entra por junto al palo. El público aplaude mucho la jugada y el empate, animando al Valencia. Pero el Madrid no pierde la serenidad y los defensas, aprovechando las condescendencias que el árbitro tiene con ellos, rechazan las pelotas sin la menor preocupación de incurrir en falta. En el minuto 35 se produce une falta muy discutible contra el Valencia, fuera del área. Es ejecutada por Verdugo, que cruza pelota al lado izquierdo, desde donde Grande la centra, y Aguilar, completamente desmarcado, fusila el segundo gol del Madrid que llena de decepción a los espectadores.
Los últimos diez minutos son desagradables, con constantes protestas, con juego muy sereno del Madrid, ya convencido de la victoria, y con frecuentes interrupciones por las almohadillas que son arrojadas por parte del público. Hasta que, por fin, faltando unos dos minutos para el final, el árbitro ha de suspender el partido en vista de que no hay forma de desalojar el terreno de juego.
Ha sido un partido de juego nulo, de muy poca calidad por los dos bandos, en el que el Madrid vino a Valencia a sacar, cuando menos, un punto al precio que fuera. Y lo ha conseguido, puesto que ello significa su casi seguro triunfo en el actual Campeoneto de Liga, De todas formas, hay que recenocer que el Madrid impuso una mayor velocidad, tuvo un ajuste de líneas bastante acertado (sobre todo dirigido el equipo por Velázquez con une magnífica colaboración de Grosso y de Grande). Ademas, la delantera jugó prodigando las aperturas a los extremos, que fueron siempre los hombres más peligrosos con sus centros e internadas. Los defensas abusaron de las marrullerías y del juego duro.
Por lo que se refiere al Valencia, la ausencia de Claramunt pecó una vez mas de forma decisiva, porque ni Lico ni Paquito pudieron hacernoslo olvidar. Esta vez la defensa, con un ataque mucho más peligroso que el del Bilbao, ha mostrado ciertas grietas, de las que se aprovecho el Madrid. Lo peor ha sido que a la delantera no le ha acompapañado la suerte, pese e intentar muchas veces la obtención del gol. Y, además, Valdez tuvo una labor completamente negativa. Quino, por su parte, hizo muy poco bueno.