Ficha de partido
Athletic Club
1 - 2
Valencia CF
Equipos titulares
2
7
11
Sustituciones
Ninguno
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Vicente Jara
44'
Descanso
45'
Paquito GarcíaAsist: Vicente Guillot
55'
Uriarte
63'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Athletic Club
Records vs Athletic Club
Máximo goleador: Mundo Suárez (19 goles)
Goleador rival: Zarra (20 goles)
Más partidos: Vicente Asensi (30 partidos)
Mayor victoria: 5 - 0 (03.04.1949)
Mayor derrota: 0 - 7 (10.10.1954)
Más repetido: 1-1 (23 veces)
Crónica
El día 2 de Julio de 1967 se enfrentaron en el estadio Santiago Bernabéu el Valencia CF y el Athletic de Bilbao, que había eliminado al Córdoba CF en las semifinales, en la final de la 66 edición de la Copa. El colegiado señor Oliva (catalán) dirigió el encuentro.
El partido se desarrolló de una forma tan clara para el Valencia, que si no hubiera estado en la meta el gran Iríbar, seguro que ahora estaríamos hablando de una gran goleada. Todo el primer tiempo fue de auténtico dominio del Valencia. Bien es cierto que si el equipo che pudo resolver el partido en el primer tiempo, a partir del 2-0 el Athletic presionó más y, a última hora, estuvo a punto de empatar el marcador.
El defecto de los vascos fue salir con demasiadas precauciones defensivas, lo que favoreció la presión que ejercía el Valencia CF. El centro del campo fue la causa del triunfo valencianista. Estaban Poli, Claramunt y Paquito, que neutralizaban todo el juego que intentaba crear el Athletic.
El primer tanto llegó a los 44 minutos del primer tiempo. Un gran remate de Waldo lo rechazó Iríbar, pero no pudo evitar que la pelota saliese rebotada de sus manos, diera en el larguero y ahí estaba, oportuno, el ex-cordobesista Jara, que, con gran visión de la jugada, remachó el primer gol. A los diez minutos del segundo periodo, un tiro de Guillot, desviado con el tacón por Paquito, significaba el 2-0. Un gol antológico.
Reaccionó el Athletic, y a los 18 minutos Arieta se internó por la banda, centró, y Uriarte remataba el que suponía el 2-1 definitivo.
El estadio Bernabéu albergaba a unos 30.000 vascos y muchos menos miles valencianos (unos 17.000), pero al final salieron las tracas, las banderas y la gran hinchada valenciana se desbordó. El entusiasmo, cuando al final del encuentro Roberto recibía la Copa, fue indescriptible.
Valencia recibió a los campeones triunfalmente, en loor de multitudes. El júbilo del pueblo valenciano fue indescriptible, tanto a las puertas de la Basílica de la Virgen de los Desamparados como en el Ayuntamiento o en el Campo de Mestalla, donde Roberto, capitán valencianista, y Don Julio de Miguel, presidente, alzaban la Copa del Generalísimo en medio del delirio general.
El partido se desarrolló de una forma tan clara para el Valencia, que si no hubiera estado en la meta el gran Iríbar, seguro que ahora estaríamos hablando de una gran goleada. Todo el primer tiempo fue de auténtico dominio del Valencia. Bien es cierto que si el equipo che pudo resolver el partido en el primer tiempo, a partir del 2-0 el Athletic presionó más y, a última hora, estuvo a punto de empatar el marcador.
El defecto de los vascos fue salir con demasiadas precauciones defensivas, lo que favoreció la presión que ejercía el Valencia CF. El centro del campo fue la causa del triunfo valencianista. Estaban Poli, Claramunt y Paquito, que neutralizaban todo el juego que intentaba crear el Athletic.
El primer tanto llegó a los 44 minutos del primer tiempo. Un gran remate de Waldo lo rechazó Iríbar, pero no pudo evitar que la pelota saliese rebotada de sus manos, diera en el larguero y ahí estaba, oportuno, el ex-cordobesista Jara, que, con gran visión de la jugada, remachó el primer gol. A los diez minutos del segundo periodo, un tiro de Guillot, desviado con el tacón por Paquito, significaba el 2-0. Un gol antológico.
Reaccionó el Athletic, y a los 18 minutos Arieta se internó por la banda, centró, y Uriarte remataba el que suponía el 2-1 definitivo.
El estadio Bernabéu albergaba a unos 30.000 vascos y muchos menos miles valencianos (unos 17.000), pero al final salieron las tracas, las banderas y la gran hinchada valenciana se desbordó. El entusiasmo, cuando al final del encuentro Roberto recibía la Copa, fue indescriptible.
Valencia recibió a los campeones triunfalmente, en loor de multitudes. El júbilo del pueblo valenciano fue indescriptible, tanto a las puertas de la Basílica de la Virgen de los Desamparados como en el Ayuntamiento o en el Campo de Mestalla, donde Roberto, capitán valencianista, y Don Julio de Miguel, presidente, alzaban la Copa del Generalísimo en medio del delirio general.