Ficha de partido: 10.10.1954: Athletic de Bilbao 7 - 0 Valencia CF

Ficha de partido

Athletic Club
Athletic Club
7 - 0
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Gaínza
19'
Arteche
41'
Descanso
45'
Areta
47'
Azcárate
59'
Arieta
65'
Manolín
81'
Azcárate
87'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: San Mamés
Aforo: 40.000 espectadores
Ubicación: Bilbao (Vizcaya) 
Inauguración: 21/08/1913

Rival: Athletic Club

Records vs Athletic Club

Máximo goleador: Mundo Suárez (19 goles)
Goleador rival: Zarra (20 goles)
Mayor victoria: 5 - 0 (03.04.1949)
Mayor derrota: 0 - 7 (10.10.1954)
Más repetido: 1-1 (23 veces)

Crónica

Verdaderamente lo que ha sucedido esta tarde en San Mamés ha sido tan inaudito e inesperado que, con toda probabilidad, habrá sonado a sorpresa en el ámbito futbolístico nacional. Y conste que no lo decimos porque el Atlético se haya apuntado la victoria para la que sin duda tenía tanta o más opcion que su rival, sino por la dimensión de dicha victoria y especialmente por la forma que se ha producido la misma, la cual ha puesto de manifiesto una posibilidad en el cuadro blaquirrojo de lo más esperanzador.

Y es que lo de hoy les ha salido a los atléticos redondo del todo. De tal forma que si repiten y prodigan actuaciones tan completas y magníficas como la de esta tarde se puede asegurar que ellos y nada más que ellos serán los campeones del actual torneo de Liga.

Claro que no cometeremos la ingenuidad de asegurarlo totalmente, porque si actividades hay en la vida veleidosas y tornadizas acaso, sea la del fútbol la más distinguida, y lo que si se puede decir es que el once bilbaíno se ha manifestado de una forma tan decididamente arrolladora y que si no le ha podido contener el Valencia, el equipo sin duda más calificado para hacerlo, tampoco lo hubiese realizado ninguno de los otros integrantes del grupo de honor de la Liga. Pero no se vaya a creer que los siete goles de diferencia con que ha terminado el partido significa que el Atlético no ha tenido enemigo y que tanto ha podido desenvolverse a sus anchas sobre la espléndida alfombra de San Mamés. Ni eso, ni muchísimo menos, ya que el Valencia ha sido, en todo momento, un porfiadísimo rival que no ha dado una sola concesión a su adversario, ni aun en los momentos finales de la contienda, cuando ya el marcador señalaba un tanteo abrumador para el equipo forastero.

Lo que ha sucedido ha sido que al Atlético le ha salido un partido extraordinario de juego, más que rápido, fulgurante, con una prodigalidad de tiro a puerta y un acierto general en los jugadores bilbainos de ir, como se dice, a todo, y así, aunque el Valencia ha respondido bien en el primer tiempo, hasta tener igualada la situación en bastantes momentos del mismo, sino también, en el segundo periodo, se ha ido ligando poco a poco esa cadena de goles con que ha finalizado la lucha y que, a buen seguro, habrá dejado perplejos a muchos aficionados. El partido ha sido francamente bueno de punta a punta del mismo, pero, sobre todo, en el primer tiempo, que ha sido en el que las situaciones han estado más igualadas y cuando los dos equipos han respondido mejor por su fondo y por su juego. Y en dicho primer tiempo, que ha terminado con 2 a 0 favorable al Bilbao, éste ha impuesto un fortísimo tren y ha jugado, además, mejor conjuntado y decidido que su rival, mostrándose por consecuencia más incisivo que él, por lo que ha dado mucho trabajo a la defensa valenciana y a Quique, que ha tenido que emplearse a fondo para evitar la vulnerabilidad de su marco.

Mas no ha podido evitar que en un ataque a fondo del Atlético Gainza lanzara un potente chut sobre puerta para estrellar el balón sobre el larguero. El rebote lo ha recogido el mismo Gainza que ha vuelto a tirar con más fuerza logrando el primer tanto el Atlético. En este gol ha habido protestas por parte de los jugadores valencianos, al entender que Maguregui había ayudado a entrar el balón con la mano, pero el director de la contienda ha hecho caso omiso. El segundo tanto lo ha marcado Manolín a los 40 minutos de juego al rematar, de cerca, un servicio de Gainza, y sin otra novedad se ha llegado al descanso.

Iniciada la segunda parte al minuto y medio exactamente de la misma, Areta se ha hecho con el balón en su puesto de defensa central, ha avanzado con el mismo sorteando a varios jugadores y ha tirado desde lejos con tanta eficacia que ha enviado la pelota a las mallas por uno de los ángulos interiores del marco. El Valencia no se ha entregado por ello y en plan de hacer un supremo esfuerzo ha atacado reiteradamente aunque con escasísima profundidad, acaso por la acertada actuación de la defensa blanquirroja. Por contra el Atlético, que atendía por igual la defensa y avanzaba en rápidas eacapadas que traían de cabeza a la defensa valenciana y en una de ellas Azcárate marca el cuarto gol a los 15 minutos. Luego Arieta logra el quinto y sexto a los 20 y 36 minutos. Y finalmente Azcárate el séptimo y último cuando faltaba un minuto para terminar. Y así se ha consumado el desastre valencianista por obra de un Atlético magnífico, que se ha retirado al vestuario en plena apoteosis de aplausos, agitar de pañuelos y todas cuantas exteriorizaciones de júbilo que se pueda imaginar. Todas bien merecidas, por cierto.

Después de esto poco queda por añadir, ha sido, como hemos dicho, al principio ya, un partido soberbio por la alta calidad de los contendientes y que ha sido muy bien ganado por el equipo bilbaíno que ha superado a su rival por velocidad, por rapidez de tiro y sobre todo en la búsqueda del balón en todos los terrenos. Desde luego, sería absurdo pensar que entre el Valencia y el Atlético existe la diferencia de clase que ha señalado el tanteador al terminar la contienda. Más, sin embargo, si podemos decir, porque es la pura verdad, que hoy, esta tarde concretamente, los de Mestalla han merecido ese resultado porque no han estado a la altura que se les suponía, siendo netamente inferiores a los blanquirrojos y estando a merced de ellos en gran parte del encuentro. Tan sólo destacaron algunas individualidades y entre ellas sobresalió el regate de Wilkes.