Ficha de partido
At. Madrid
2 - 2
Valencia CF
Equipos titulares
2
10
11
Sustituciones
Ninguno
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Arencibia
5'
Mundo SuárezAsist: Epi Fernández
12'
Descanso
45'
Epi FernándezAsist: Mundo Suárez
70'
Arencibia
75'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: At. Madrid
Records vs At. Madrid
Máximo goleador: Mundo Suárez (16 goles)
Goleador rival: Luis Aragonés (12 goles)
Más partidos: Manolo Mestre (32 partidos)
Mayor victoria: 9 - 1 (13.09.1936)
Mayor derrota: 0 - 5 (10.11.1985)
Más repetido: 1-1 (22 veces)
Crónica
Hay un hecho comprobado y excepcional que queremos subrayar, por la importancia que tiene y el perjuicio que, reiteradamente, viene ocasionando a los, clubs de la capital. Me refiero al apasionamiento quisquilloso, pueblerino y receloso de gran número de los que se titulan partidarios del Atlético o el Madrid, los que han conseguido cercenar las iniciativas de uno y otro club, de tal modo, que al presente, las mejores exhibiciones de rojiblancos y merengues son, necesariamente, las que hacen lejos de "su" público. Pero es que "su" público ha dejado de serio para, resultar más bien el exigente contradictor al servicio del equipo forastero que llegue.
Y, por fuerza, ello influye en la moral y en el espíritu de los clubs locales, que se ven más que abandonados, rechazados por, los aficionados a... que ganen los equipos forasteros. Suceso tan pintoresco no es indicio de imparcialidad, que, en todo caso, exigiría una ponderación y una ecuanimidad que, en Vallecas y en Chamartín, brillan por su ausencia; pero es aspecto en el que ya se han fijado los directivos que aspiran a hacer deporte a un lado y otro y que, quizá, estudien actualmente la manera de evitar esa fobia estúpida, suprimiendo sencillamente el público. Para ello bastaría con multiplicar los servicios y celebrar los partidos para ellos solos. Lo que, económicamente, no sería ningún disparate. Algo, en fin, hay que hacer en honor de los jugadores del Atlético y el Madrid, que no siempre pueden parecerse a la selección británica.
Por fin ha podido reunir, el Valencia, el grupo de las grandes figuras que sumó en el papel. Sobre el terreno, los resultados son estimables; y más eficaces lo serían, si esta fusión hubiera podido cuajarse antes sin los estorbos de lesiones y enfermedades.
Característica temática del Valencia es la dureza en el juego. Un juego que no es violento, sino duro, fuerte, brusco, áspero; y que nos parece indispensable y hasta digno de elogio que vuelva a nuestros campos, porque así no surgirán sorpresas, como la reciente de Portugal, forjadas al calor de los olvidadizos. Se había olvidado este viril esfuerzo; había dejado tanto de contemplarse el choque de dos hombres que van én busca de la pelota, que en Vallecas el público (ese mismo público que luego tomó partido por el Valencia), se enfrentó con el Atlético, tan sólo porque no sabía responder a tales alardes. Y es que el Atlético-Aviación, conjunto plenamente logrado, donde las individualidades han cedido el puesto a la tarea reunida, cuenta con dos defensas capaces de fesponder al ímpetu físico. Pero no es exclusivamente el Valencia un equipo duro, sino bien dotado de juego de calidad, que resalta en la labor de los delanteros, y singularmente de Epi, en el que ya se acusa bien un jugador excepcional.
Tuvo el Atlético diez o doce minutos de profundidad magnífica, de alarde de orfebres. Hasta que llegó bordado el primer tanto y hasta que el Valencia se empleó con rigor físico que los rojiblancos acusaron. Pero es que, además está comprobado que el Atlético es un conjunto de ataque, de magnífica resolución ofensiva, con resortes de insuperable brillantez, mas de mucho menores posibilidades defensivas, porque la línea de medios carece de esa elasticidad y de esa rapidez para bajar a prestar todo el apoyo que se hace preciso cuando los momentos de presión contraria llegan impetuosos. Concretamente: Germán es un gran medio centro para el ataque y no lo es para las actuaciones defensivas; y lo mismo habría que decir de Machín. En, cambio, los dos defensas, cumplen prodigiosamente su cometido y aun llenan las lagunas que sus compañeros dejan a este respecto.
En aquel plazo brillante. Arencibia marcó el primer gol, rematado con la cabeza, y luego, Mundo consiguió el empate, de un buen tiro, que fue una torpe intervención de Benavent; y en la segunda, parte, otro remate de cabeza de Mundo fué detenido por Benavent, pero la pelota se le escapó de las manos, y Epi, oportunísimo y activísimo, concluyó el tanto. Por fin, el laborioso empate fue conseguido por Arencibia cuando faltaban diez minutos paira concluir.
Justa igualada; fuerte y empeñado partido; un Atlético desdibujado e impresionado y un Valencia que habría podido llegar mucho más lejos en la liza, si su actual equipo hubiera estado a punto dos meses antes.
Y, por fuerza, ello influye en la moral y en el espíritu de los clubs locales, que se ven más que abandonados, rechazados por, los aficionados a... que ganen los equipos forasteros. Suceso tan pintoresco no es indicio de imparcialidad, que, en todo caso, exigiría una ponderación y una ecuanimidad que, en Vallecas y en Chamartín, brillan por su ausencia; pero es aspecto en el que ya se han fijado los directivos que aspiran a hacer deporte a un lado y otro y que, quizá, estudien actualmente la manera de evitar esa fobia estúpida, suprimiendo sencillamente el público. Para ello bastaría con multiplicar los servicios y celebrar los partidos para ellos solos. Lo que, económicamente, no sería ningún disparate. Algo, en fin, hay que hacer en honor de los jugadores del Atlético y el Madrid, que no siempre pueden parecerse a la selección británica.
Por fin ha podido reunir, el Valencia, el grupo de las grandes figuras que sumó en el papel. Sobre el terreno, los resultados son estimables; y más eficaces lo serían, si esta fusión hubiera podido cuajarse antes sin los estorbos de lesiones y enfermedades.
Característica temática del Valencia es la dureza en el juego. Un juego que no es violento, sino duro, fuerte, brusco, áspero; y que nos parece indispensable y hasta digno de elogio que vuelva a nuestros campos, porque así no surgirán sorpresas, como la reciente de Portugal, forjadas al calor de los olvidadizos. Se había olvidado este viril esfuerzo; había dejado tanto de contemplarse el choque de dos hombres que van én busca de la pelota, que en Vallecas el público (ese mismo público que luego tomó partido por el Valencia), se enfrentó con el Atlético, tan sólo porque no sabía responder a tales alardes. Y es que el Atlético-Aviación, conjunto plenamente logrado, donde las individualidades han cedido el puesto a la tarea reunida, cuenta con dos defensas capaces de fesponder al ímpetu físico. Pero no es exclusivamente el Valencia un equipo duro, sino bien dotado de juego de calidad, que resalta en la labor de los delanteros, y singularmente de Epi, en el que ya se acusa bien un jugador excepcional.
Tuvo el Atlético diez o doce minutos de profundidad magnífica, de alarde de orfebres. Hasta que llegó bordado el primer tanto y hasta que el Valencia se empleó con rigor físico que los rojiblancos acusaron. Pero es que, además está comprobado que el Atlético es un conjunto de ataque, de magnífica resolución ofensiva, con resortes de insuperable brillantez, mas de mucho menores posibilidades defensivas, porque la línea de medios carece de esa elasticidad y de esa rapidez para bajar a prestar todo el apoyo que se hace preciso cuando los momentos de presión contraria llegan impetuosos. Concretamente: Germán es un gran medio centro para el ataque y no lo es para las actuaciones defensivas; y lo mismo habría que decir de Machín. En, cambio, los dos defensas, cumplen prodigiosamente su cometido y aun llenan las lagunas que sus compañeros dejan a este respecto.
En aquel plazo brillante. Arencibia marcó el primer gol, rematado con la cabeza, y luego, Mundo consiguió el empate, de un buen tiro, que fue una torpe intervención de Benavent; y en la segunda, parte, otro remate de cabeza de Mundo fué detenido por Benavent, pero la pelota se le escapó de las manos, y Epi, oportunísimo y activísimo, concluyó el tanto. Por fin, el laborioso empate fue conseguido por Arencibia cuando faltaban diez minutos paira concluir.
Justa igualada; fuerte y empeñado partido; un Atlético desdibujado e impresionado y un Valencia que habría podido llegar mucho más lejos en la liza, si su actual equipo hubiera estado a punto dos meses antes.