Ficha de partido: 21.08.2004: Real Zaragoza 0 - 1 Valencia CF

Ficha de partido

Real Zaragoza
Real Zaragoza
0 - 1
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Milito
17'
Curro Torres
24'
Javi Moreno
36'
Descanso
45'
Álvaro
50'
Vicente Rodríguez
61'
Vicente Rodríguez (Falta)
61'
DrulicJavi Moreno
66'
Miguel Ángel MistaMarco Di Vaio
68'
Drulic
75'
CaniGalletti
78'
GenereloMovilla
78'
Bernardo CorradiVicente Rodríguez
84'
Cuartero
85'
Stefano FioreFrancisco Rufete
87'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: La Romareda
Aforo: 34.596 espectadores
Ubicación: Zaragoza (Zaragoza) 
Inauguración: 08/09/1957

Rival: Real Zaragoza

Records vs Real Zaragoza

Máximo goleador: Manuel Badenes (9 goles)
Goleador rival: Duca (6 goles)
Mayor victoria: 7 - 0 (14.02.1943)
Mayor derrota: 1 - 6 (19.04.1959)
Más repetido: 1-0 (13 veces)

Crónica

Vicente celebró con un espléndido gol la ampliación de su contrato. El de Benicalap tiene una zurda de oro y sirvió para que se cumpliera la lógica en la Romareda. El primer round de la Supercopa lo salvó el Valencia con una victoria que, aunque corta, fue merecida y ofrece una imagen muy esperanzadora para que el equipo se adjudique el próximo martes en Mestalla el primer título del año. El Valencia ofreció dos caras. Una trabajadora pero decepcionante en ataque en la primera mitad y otra en la que tuvo un plus de motivación y, al mismo tiempo, se cerró muy bien en defensa, imprimió capacidad de sacrificio al juego ofensivo y desarmó repetidas veces a la defensa aragonesa.

Se dice que hasta el rabo todo es toro pero este Valencia, sin legar a ser desestabilizador, es un equipo incomodísimo para el contrario y, además, sabe aprovechar sus oportunidades. Huele a campeón de la Supercopa aunque, desde luego, en el plano del juego todavía Ranieri tiene que inyectar muchas ideas para ofrecer mejor criterio. De hecho, sólo hubo una clara opción en el primer tiempo. Angulo, en el minuto 38, llevó el balón al travesaño poniendo el alma de los espectadores en un puño. Unos respiraron tranquilos y los cientos de valencianistas que habían acudido a la Romareda lamentaron la falta de fortuna. Fue la mejor ocasión de este primer periodo en el que los dos equipos se dejaron el fútbol de creación en casa. El juego resultó muy espeso y utilizando el tópico basta decir que los defensas se impusieron a los atacantes. Mucho centrocampismo y pocas ideas en la creación.

La defensa adelantada del Zaragoza provocó que el Valencia hiciera uso del arma que más le gusta a Claudio Ranieri : la presión. Quizá por el estilo de juego del rival, el entrenador italiano colocó a Angulo en lugar de Mista como compañero de Di Vaio. La movilidad del asturiano podía se determinante y lo hubiera sido en el caso de que el Valencia hubiese encontrado un motor que galvanizara su juego, que se limitaba exclusivamente a abrir el balón hacia el ala izquierda en busca de Vicente o con pases largos desde la defensa. El campeón de la Liga española apareció en Zaragoza con una formación casi idéntica a la de la temporada pasada, con la sola incorporación de Di Vaio y, obviamente, con la ausencia de habituales como Ayala o Marchena. Lo mejor del Valencia es que se cerró muy bien, pero precisamente esa seguridad en la retaguardia restó vistosidad.

Movilla, en el Zaragoza, fue el pulmón para su equipo pero acabó apagándose por completo tras el descanso. Su labor fue lo que echó en falta el Valencia a pesar de que Baraja trató de llevar la batuta y mostró su calidad, como ocurrió precisamente en la jugada en la que Angulo estuvo cerca de marcar. Fue la única oportunidad en la que el Valencia tuvo una visión de conjunto. Albelda cortó un balón, combinó con Curro, éste se lo dio al Pipo que, sin pensárselo, abrió hacia Angulo que lo envió al palo. El rechace finalmente lo remató cruzado Vicente. “Hay que matar y hay que morder”. La frase la dijo Ranieri antes del partido y sus jugadores sólo la cumplieron en parte. Mordieron, presionaron, trataron de impedir que el rival pudiera pensar, pero les faltó remate. Tanto es así que el único disparo entre los tres palos fue el citado de Angulo, aunque previamente en los compases iniciales hubo buenas combinaciones de Vicente con el propio Angulo e incluso con Di Vaio.

En el descanso, Ranieri debió leer la cartilla a sus jugadores porque salieron más motivados si cabe. Pero lo más importante fue que el técnico ordenó que sus líneas trabajasen más juntas con lo que el Valencia puso mayor énfasis y tuvo mucho más peligrosidad que en el periodo anterior. El gol de Vicente ofreció el premio esperado y aunque es cierto que el Zaragoza nunca bajó la guardia, los valencianistas mantuvieron la iniciativa y disfrutaron de algunas otras ocasiones para sentenciar.