Nacido en Vilatenim, provincia de Girona, Pedro Vilarrodá llegó al Valencia CF en 1978, procedente de la UE Figueres, como una apuesta de futuro para la delantera. Se trataba de un extremo derecho joven, de 24 años, veloz y con buen regate. Tenía una prometedora carrera por delante, pero en Mestalla se encontró con la complicada competencia de Enrique Saura. A pesar de ello, los tres entrenadores que tuvo (Marcel Domingo, Pasieguito y Di Stéfano) le dieron minutos que supo aprovechar, y en los que aportó frescura al juego del equipo.

Permaneció tres temporadas en el club che, en los que jugó 28 partidos oficiales y marcó dos goles. Especialmente recordado es el que le marcó al Real Madrid en Mestalla, el 27 de enero de 1980, con el que batió a García Remón de un espectacular disparo desde fuera del área. Marchó al Castellón, como cedido, en la temporada 1980-1981, logrando el ascenso a Primera División con el conjunto de La Plana. Al finalizar su contrato con el Valencia, decidió regresar a Girona, compaginando el fútbol con la explotación ganadera familiar.