Nacido en Buenos Aires, Valdez comenzó su carrera jugando en Almirante Brown, equipo de su ciudad natal, hasta 1968. En 1969 marchó al Platense, manteniéndose allí hasta 1970. En 1970 se convirtió en el principal refuerzo del Valencia de Di Stéfano. Tardó en llegar, y de hecho no debutó hasta el 17 de octubre, contra el Sporting de Gijón, y pese a que sus números en la primera temporada no fueron altos (5 goles en 18 partido, acordes con el volumen anotador del equipo en general), ayudó a conquistar aquella ansiada Liga. En la penúltima jornada consiguió dos importantes goles ante el Elche en Mestalla, pero un tirón muscular le dejó fuera del decisivo partido contra el Espanyol en Sarriá.

Finalizada la triunfal temporada de debut, Valdez permaneció en el Valencia otras siete temporadas, convirtiéndose en un hombre de club. Jugó regularmente con todos los entrenadores, y se convirtió en un jugador querido por el exigente público de Mestalla. Se trataba de un jugador con técnica, que llevaba el balón pegado a su zurda. Rápido en las arrancadas, tenía facilidad para batir al portero rival en el uno contra uno. Marcó goles importantes, como los de las semifinales de Copa contra el Madrid, y en las finales de 1971, de un cabezazo a la media vuelta, y de 1972, de un gran zurdazo. En 1973 le marcó al Castellón cuatro tantos seguidos.

Fue internacional con la selección española en nueve ocasiones, y formó parte del equipo que logró la clasificación para el Mundial de Argentina en 1978. El Barcelona le tentó, ofreciendo grandes cantidades e incluyendo a Marcial en una operación que nunca se produjo. La llegada de Kurt Jara en 1973 le supuso una gran competencia en su puesto, y Valdez redujo sus apariciones en el once inicial. En 1979, tras 166 partidos de Liga y 42 goles, puso fin a su etapa en el Valencia y marchó al CD Castellón, donde disputó siete partidos en Segunda División antes de volver a Argentina para formar jugar con el Kimberley de Mar del Plata.

Retirado joven, pasó a los servicios técnicos. En la desastrosa campaña del 86 se hizo cargo del primer equipo en una situación dramática. Con el club arruinado, hizo lo posible para evitar el desastre y, pese a su poca experiencia en los banquillos, dejó con tres negativos a un equipo que terminó descendiendo con -11. Posteriormente continuó en el club, aclimatado a Valencia y dedicado al cuidado de la cantera.