Nicolás Santacatalina nació el 10 de agosto de 1918 en el Puerto de Sagunto. Su apellido se lo debía a su padre, Eustaquio de Santacatalina, que había sido depositado de niño en el vestíbulo de la Iglesia de Santa Catalina, de Alzira, donde fue acogido y criado. Las miserias de la Guerra Civil azotaron sin misericordia a una familia de siete hermanos que tuvieron que trasladarse a Grao de Castellón para ganarse la vida en el mar. Allí creció Nicolás, aficionado al fútbol junto a su hermano Manuel, que en el futuro también terminaría vistiendo la camiseta del Valencia.

Comenzó a jugar en el campo del Sequiol con el Castellón en 1939, y a los pocos días marchó con el equipo a jugar contra el Sabadell un partido amistoso. Allí estaban varios ojeadores del Barcelona que, sin dudarlo, le ficharon allí mismo. Le dieron de ficha en el acto 1.500 pesetas, y su familia salió de apuros con aquel dinero. Debutó en Les Corts contra la Real Sociedad y jugó aquella temporada 18 partidos, pero a sus 20 años, no logró encontrar su sitio entre tantas figuras y volvió al Castellón en 1941. En el equipo de La Plana permaneció tres temporadas en Primera, Castellón siendo probablemente el mejor Castellón de la historia que, en la temporada 1942-1943 quedó en el cuarto puesto de la Liga. Disputó un total de 79 partidos con los albinegros y, al terminar la temporada 1942-1943 y ya casado, Nicolás, con varios equipos pretendiendo sus servicios, fichó por el Sabadell para tres años, con buen contrato y un talón de 105.000 pesetas, y terminó jugando un total de 64 partidos, con descenso a Segunda y ascenso a Primera incluidos.

En 1947, fichó por el Valencia, un club en el que viviría la gran aventura de luchar por conseguir campeonatos, formando con Antonio Puchades la mejor pareja de medios del fútbol español. Cuando llegó a Mestalla, Nicolás acumulaba una experiencia muy importante. Se trataba de un medio ala alto y fuerte, un luchador sobre el terreno de juego que parecía no estar afectado nunca por el cansancio. Comenzó infrautilizado, y no fue hasta la tercera temporada cuando consiguió asentarse en el primer equipo, disputando la cantidad de 77 partidos oficiales consecutivos, lo que constituyó un récord para el club en aquella época. Junto a Tonico, redujo su brusquedad y ganó en precisión, y sus marcajes fueron legendarios durante varias décadas en Mestalla.

La llegada de Pasieguito al Valencia fue relegando a Nicolás a un segundo plano, pero él aceptó las suplencias siempre con una profesionalidad intachable. Volvió al Castellón con 34 años cumplidos para ayudar a los albinegros a salvar la categoría. Después, se concentró en la empresa familiar pescadera. En la capital de La Plana vivió sus últimos años hasta que falleció el 22 de julio de 2004, a los 84 años de edad.