Ficha de partido
CD Logroñés
2 - 0
Valencia CF
Equipos titulares
11
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Eraña
34'
Miodrag Belodedici
35'
Quique Flores
37'
Poyatos
38'
Descanso
45'
Tomás GonzálezPep Serer
45'
Fernando Gómez
48'
Álvaro CerveraPedja Mijatovic
67'
Quique Flores
78'
MorenoIturrino
90'
Final del partido
91'
Estadio
Rival: CD Logroñés
Records vs CD Logroñés
Máximo goleador: Pedja Mijatovic (3 goles)
Goleador rival: Poyatos (3 goles)
Más partidos: Fernando Gómez (18 partidos)
Mayor victoria: 4 - 0 (06.05.1990)
Mayor derrota: 0 - 2 (14.12.1986)
Más repetido: 0-1 (5 veces)
Crónica
El Logroñés volvió a erigirse en el auténtico matagigantes del campeonato. Si en la última jornada liguera el conjunto riojano derrotó en Las Gauna al mismísimo Athletic de Bilbao, frustrando el asalto de los leones al liderato, ayer hizo lo propio con el Valencia, que tras el tropiezo azulgrana en La Coruña disponía de la posibilidad de quedarse solo al frente de la clasificación.
Una efectividad del cien por cien y una defensa tan ordenada como eficaz fueron las armas que los de Aimar hicieron valer para noquear a un Valencia decepcionante y vulgar. El castigado Penev no fue el único pupilo de Hiddink que practicó el absentismo laboral en Logroño. Otros se sumaron a su compañero, aunque no por decisión del técnico sino por omisión propia, lo que es mucho peor.
La lluvia fue otro elemento que jugó en favor de los intereses locales. El buen hacer de los riojanos contó con la ayuda del agua, que facilitó su juego, más físico que técnico, y dificultó todavía más las evoluciones de un Valencia que no dio señales de vida en ataque a lo largo de los noventa minutos. Los de Hiddink no entraron nunca en el área con el balón controlado, sólo un cabezazo de Pizzi y un derechazo lejano de Fernando aparecen en sus poderes atacantes.
Por su parte, el Logroñés aprovechó el desconcierto de los visitantes tras el 1-0, conseguido casi de carambola, para anotar el 2-0 apenas tres minutos después en una jugada que puso en evidencia la zaga de Sempere y que finalizó con un disparo de Poyatos que hará votos por ser nominado el gol de la jornada.
El segundo tiempo sobró. Y especialmente los últimos trece minutos, los que transcurrieron desde la expulsión de Quique por doble amonestación hasta el final. Aquel fue un tiempo interminable que Martín Navarrete se empeñó en alargar sin ningún motivo y que significó un calvario para el Valencia, cuyos jugadores pedían desesperadamente la hora para evitar un ridículo que el Logroñés, clemente y conservador de su ventaja, le perdonó. Fue un final indigno de un candidato a líder decepcionante.
Una efectividad del cien por cien y una defensa tan ordenada como eficaz fueron las armas que los de Aimar hicieron valer para noquear a un Valencia decepcionante y vulgar. El castigado Penev no fue el único pupilo de Hiddink que practicó el absentismo laboral en Logroño. Otros se sumaron a su compañero, aunque no por decisión del técnico sino por omisión propia, lo que es mucho peor.
La lluvia fue otro elemento que jugó en favor de los intereses locales. El buen hacer de los riojanos contó con la ayuda del agua, que facilitó su juego, más físico que técnico, y dificultó todavía más las evoluciones de un Valencia que no dio señales de vida en ataque a lo largo de los noventa minutos. Los de Hiddink no entraron nunca en el área con el balón controlado, sólo un cabezazo de Pizzi y un derechazo lejano de Fernando aparecen en sus poderes atacantes.
Por su parte, el Logroñés aprovechó el desconcierto de los visitantes tras el 1-0, conseguido casi de carambola, para anotar el 2-0 apenas tres minutos después en una jugada que puso en evidencia la zaga de Sempere y que finalizó con un disparo de Poyatos que hará votos por ser nominado el gol de la jornada.
El segundo tiempo sobró. Y especialmente los últimos trece minutos, los que transcurrieron desde la expulsión de Quique por doble amonestación hasta el final. Aquel fue un tiempo interminable que Martín Navarrete se empeñó en alargar sin ningún motivo y que significó un calvario para el Valencia, cuyos jugadores pedían desesperadamente la hora para evitar un ridículo que el Logroñés, clemente y conservador de su ventaja, le perdonó. Fue un final indigno de un candidato a líder decepcionante.