Ficha de partido
Valencia CF
1 - 2
Real Madrid
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Lubo PenevAsist: Leonardo de Araujo
5'
Eloy OlayaTomás González
34'
Descanso
45'
Míchel
47'
Milla
55'
Sanchís
58'
Lubo Penev
62'
Sanchís
64'
RamisButragueño
65'
LlorenteProsinecki
76'
Zamorano
89'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Real Madrid
Records vs Real Madrid
Máximo goleador: Mundo Suárez (13 goles)
Goleador rival: Raúl (17 goles)
Más partidos: Vicente Asensi (28 partidos)
Mayor victoria: 6 - 0 (09.06.1999)
Mayor derrota: 1 - 7 (23.08.1990)
Más repetido: 1-2 (27 veces)
Crónica
La persistencia, la tenacidad y el no dar nunca un balón por perdido son valores ancestrales que se le atribuyen al Real Madrid. Javier Villarroya personificó esas virtudes ayer en el viejo Mestalla, dando una cesión en el último suspiro que permitió a su compañero Zamorano solventar un partido que se cerraba con empate y apuntillando, además, las posibilidades que los locales podían tener en esta Liga. El Madrid contestó en Valencia que está dispuesto, pese a las bajas y a su juego nada convincente, a mantener el codo a codo con el Barça.
La acción de Quique Sánchez Flores en el minuto 91 fue la de un principiante. Había tenido el lateral valencianista una notable actuación hasta ese fatídico momento. De hecho estaba siendo uno de los mejores del equipo, pero su tremendo error se pagará muy caro: supone el descarte de un Valencia que reflejó en esa jugada la poca casta y ambición por la que discurre en el campeonato.
Villarrroya se ayudó en Llorente para hacer la pared, y éste le envió el balón al fondo de la línea. Quique corrió para protegerlo, y en la espera de que saliera por la línea, el carrilero del Madrid puso el pie lo justo para centrarlo y para que llegara a Zamorano, que no perdonó a Sempere. Así se escribió el desastre de los locales, en una jornada con ironía que vio cómo el Deportivo perdía un punto también en el último minuto, en su estadio de Riazor, ante el Tenerife de Valdano.
El Valencia fue incapaz de ganar jugando durante 36 minutos con superioridad numérica por la expulsión, por doble amonestación, de Sanchís. Ahí comenzó a perder el partido el equipo de Guus Hiddink, falto de conviccción y de orgullo acaso propiciado por el gol que a los cinco minutos marcó Penev tras otro error de Chendo y al rematar el rechace de un disparo de Leonardo. Ese gol restó tensión al Valencia ante un rival que, con seis bajas en sus filas, correteó por el campo sin excesiva dirección hasta que Michel, en la segunda parte, dijo que estaba ahí.
Michel tomó las decisiones más arriesgadas ante el cariz que tomaban los acontecimientos en la segunda mitad. Huidizo y recién enfermo Prosinecki y confundido Milla, el Madrid tuvo muchos problemas en el centro del campo para conectar con Butragueño y Zamorano. Sin embargo, Lasa (m. 28) y Zamorano (m. 29) dispusieron de ocasiones para abrir el marcador antes del descanso.
Michel estableció la igualada en el primer minuto de la reanudación. Fue una jugada personal, con su sello, en la que rompió por la derecha a Camarasa y Giner y, con la izquierda, batió a Sempere. Tres minutos después el Valencia dispuso de la oportunidad para adelantarse en un servicio genial de Fernando sobre Leonardo. El brasileño, solo ante Buyo, falló estrepitosamente el remate.
El Valencia acusó un exceso de resposabilidad. Sus hombres clave no estuvieron nunca a la altura. Ni Fernando, bien sujetado, ni Roberto, retrasado, ni Penev, desasistido, dieron a su equipo el tono necesario para llevar adelante el partido. Antes de que Sanchís fuera expulsado, el árbitro Brito Arceo ignoró una mano de Nando, con agarrón a Penev, que pudo cambiar el rumbo del partido.
La acción de Quique Sánchez Flores en el minuto 91 fue la de un principiante. Había tenido el lateral valencianista una notable actuación hasta ese fatídico momento. De hecho estaba siendo uno de los mejores del equipo, pero su tremendo error se pagará muy caro: supone el descarte de un Valencia que reflejó en esa jugada la poca casta y ambición por la que discurre en el campeonato.
Villarrroya se ayudó en Llorente para hacer la pared, y éste le envió el balón al fondo de la línea. Quique corrió para protegerlo, y en la espera de que saliera por la línea, el carrilero del Madrid puso el pie lo justo para centrarlo y para que llegara a Zamorano, que no perdonó a Sempere. Así se escribió el desastre de los locales, en una jornada con ironía que vio cómo el Deportivo perdía un punto también en el último minuto, en su estadio de Riazor, ante el Tenerife de Valdano.
El Valencia fue incapaz de ganar jugando durante 36 minutos con superioridad numérica por la expulsión, por doble amonestación, de Sanchís. Ahí comenzó a perder el partido el equipo de Guus Hiddink, falto de conviccción y de orgullo acaso propiciado por el gol que a los cinco minutos marcó Penev tras otro error de Chendo y al rematar el rechace de un disparo de Leonardo. Ese gol restó tensión al Valencia ante un rival que, con seis bajas en sus filas, correteó por el campo sin excesiva dirección hasta que Michel, en la segunda parte, dijo que estaba ahí.
Michel tomó las decisiones más arriesgadas ante el cariz que tomaban los acontecimientos en la segunda mitad. Huidizo y recién enfermo Prosinecki y confundido Milla, el Madrid tuvo muchos problemas en el centro del campo para conectar con Butragueño y Zamorano. Sin embargo, Lasa (m. 28) y Zamorano (m. 29) dispusieron de ocasiones para abrir el marcador antes del descanso.
Michel estableció la igualada en el primer minuto de la reanudación. Fue una jugada personal, con su sello, en la que rompió por la derecha a Camarasa y Giner y, con la izquierda, batió a Sempere. Tres minutos después el Valencia dispuso de la oportunidad para adelantarse en un servicio genial de Fernando sobre Leonardo. El brasileño, solo ante Buyo, falló estrepitosamente el remate.
El Valencia acusó un exceso de resposabilidad. Sus hombres clave no estuvieron nunca a la altura. Ni Fernando, bien sujetado, ni Roberto, retrasado, ni Penev, desasistido, dieron a su equipo el tono necesario para llevar adelante el partido. Antes de que Sanchís fuera expulsado, el árbitro Brito Arceo ignoró una mano de Nando, con agarrón a Penev, que pudo cambiar el rumbo del partido.