Ficha de partido
RCD Espanyol
0 - 0
Valencia CF
Equipos titulares
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Roberto Fernández
10'
Moj
31'
Descanso
45'
Lubo Penev
46'
Toni Gomes
63'
Eloy OlayaToni Gomes
71'
Pizo Gómez
79'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: RCD Espanyol
Records vs RCD Espanyol
Máximo goleador: Mundo Suárez (21 goles)
Goleador rival: Prat (9 goles)
Más partidos: Juan Ramón Santiago (28 partidos)
Mayor victoria: 4 - 0 (19.10.2003)
Mayor derrota: 0 - 7 (10.06.1928)
Más repetido: 2-1 (25 veces)
Crónica
El Español se había conjurado para ganar, el único resultado favorable a sus intereses, pero tuvo que conformarse con conquistar sólo un punto tras la visita del Valencia a Sarriá. El cuadro blanquiazul se dejó la piel sobre el campo, alentado por sus más fieles seguidores, pero el reto quedó en tablas y la posición de colista se complica un poco más. El partido nos recordó al vivido en la matinal con el Burgos, que sirvió de debut al desembarco de los refuerzos soviéticos como última esperanza de salvación. El Español no da la imagen de un futuro Segunda, pero la responsabilidad de los puntos en litigio parece pesar demasiado en sus hombres, especialmente en el momento de concretar el remate vencedor sobre el marco contrario.
El equipo de Clemente saliÓ por uvas y deparó un cuarto de hora inicial magnífico en cuanto a entrega, garra y velocidad. La suerte le dio la espalda en esa fase de patente superioridad, en sendas coladas de Urbano por la derecha que se plantó solo ante Sempere. En el primer remate (minuto 12) estrelló su disparo en el cuerpo del guardameta Sempere y en el segundo, un minuto más tarde, lo envió a la misma base del poste ante la desesperación de las gradas.
Ahí pudo estar la decisión del encuentro, pero la suerte fue esquiva. Luego, en la segunda parte, el Español siguió achuchando aunque sin la claridad de ideas de antes. Entrando en la recta final del choque, el lateral Moj cayó dentro del área valencianista, pero sólo arrancó del árbitro una tarjeta amarilla por simulación en un lance en que muchos creyeron ver un claro penalty. Sobre esa porción de oportunidades se forjaron anoche las frustraciones blanquiazules al ver vetada una victoria que precisaban imperiosamente. Sobre esos lances y la gran actuación del meta Sempere, muy seguro en todo momento, que también se lució en un tiro por bajo de Mino al comenzar el segundo tiempo.
El Español llevó toda la iniciativa del juego, todo el peso del partido y fue el único que buscó la victoria, pero el marcador premió únicamente la gran labor defensiva de un Valencia, que se mostró como una fortaleza en su área aunque, de medio campo hacia adelante, actuase lento, como aplatanado, quizá pagando tributo a su esfuerzo copero del pasado martes. Los hombres de Clemente lo quisieron explotar con un fútbol rápido y vibrante, pero les faltó precisión y sangre fría a la horade llegar y, muy especialmente, en el instante decisivo de encontrar el hueco adecuado en medio de la bien organizada retaguardia valencianista.
El Español hizo muchas cosas buenas anoche menos conseguir goles. Su gran pecado fue el atolondramiento, la precipitación y confundir la codicia con la imprecisión. Su líder natural comienza a ser Pizo Gómez y el equipo es un fiel reflejo del jugador vasco: generosidad de esfuerzo y poca culminación. Por lo demás, resultó impecable el marcaje de Galliamin sobre Penev, su compatriota Moj mostró el lado ofensivo de su juego con varias incursiones peligrosas, Kutnesov estuvo menos brillante, pero dejando notas de calidad y buena técnica. Francisco anduvo intermitente, pero con algunos pases de buena escuela, Lluís se dejó la piel y Urbano, al menos, esta vez lo intentó. En fin, ningún reproche ni a escala individual ni colectiva, pero falta ese punto de seguridad y eficacia que posiblemente no llegará hasta que abandonen el "farolillo rojo", si es que algún día acaban con ese calvario.
Del Valencia no nos sorprendió nada. Ni que Roberto actuara como un defensa central más, ni que Penev permanezca náufrago en punta, toda vez que el brasileño Toni no mejora el rendimiento del pequeño Eloy, que tampoco está en forma. Su defensa, insistimos, fue buena, pero el resto no respondió a la imagen ofrecida, por ejemplo, en su eliminatoria copera frente al Barça. Es posible que acuse la capacidad de desdoblamiento que Quique Flores, ausente por lesión, depara por la banda derecha. Lo que es seguro es que Leonardo, por la izquierda, no fue el de las grandes ocasiones y que el liderato de Tomás se hace cada vez más lento y parsimonioso. Prácticamente no existió en el contragolpe y sus únicas amenazas para Biurrun fueron a balón parado. Dos faltas al borde del área que Tomás lanzó con veneno. En el primer tiempo, Biurrún repelió con apuros, en el segundo, el balón rozó el poste. Y nada más.
Ahora viene aquello tan socorrido de explicar que si el fútbol fuera boxeo, el Español hubiera ganado a los puntos, pero como se precisa el KO del gol para la victoria, tuvo que conformarse con las tablas. La auténtica lectura es que los blanquiazules no tienen la pólvora suficiente como para perdonar oportunidades y las que dejaron escapar en el primer cuarto de hora, les pasaron factura. Desde la lesión de Korneiev se notan problemas de creatividad ofensiva y de oportunismo en el área. Hoy por hoy todo se, fía al empuje del voluntarioso Lluis ya la inagotable capacidad de pelea de Pizo Gómez. Más bien poco ante un Valencia atrincherado especialmente cuando se perdieron ocasiones claras en momentos determinantes.
El equipo de Clemente saliÓ por uvas y deparó un cuarto de hora inicial magnífico en cuanto a entrega, garra y velocidad. La suerte le dio la espalda en esa fase de patente superioridad, en sendas coladas de Urbano por la derecha que se plantó solo ante Sempere. En el primer remate (minuto 12) estrelló su disparo en el cuerpo del guardameta Sempere y en el segundo, un minuto más tarde, lo envió a la misma base del poste ante la desesperación de las gradas.
Ahí pudo estar la decisión del encuentro, pero la suerte fue esquiva. Luego, en la segunda parte, el Español siguió achuchando aunque sin la claridad de ideas de antes. Entrando en la recta final del choque, el lateral Moj cayó dentro del área valencianista, pero sólo arrancó del árbitro una tarjeta amarilla por simulación en un lance en que muchos creyeron ver un claro penalty. Sobre esa porción de oportunidades se forjaron anoche las frustraciones blanquiazules al ver vetada una victoria que precisaban imperiosamente. Sobre esos lances y la gran actuación del meta Sempere, muy seguro en todo momento, que también se lució en un tiro por bajo de Mino al comenzar el segundo tiempo.
El Español llevó toda la iniciativa del juego, todo el peso del partido y fue el único que buscó la victoria, pero el marcador premió únicamente la gran labor defensiva de un Valencia, que se mostró como una fortaleza en su área aunque, de medio campo hacia adelante, actuase lento, como aplatanado, quizá pagando tributo a su esfuerzo copero del pasado martes. Los hombres de Clemente lo quisieron explotar con un fútbol rápido y vibrante, pero les faltó precisión y sangre fría a la horade llegar y, muy especialmente, en el instante decisivo de encontrar el hueco adecuado en medio de la bien organizada retaguardia valencianista.
El Español hizo muchas cosas buenas anoche menos conseguir goles. Su gran pecado fue el atolondramiento, la precipitación y confundir la codicia con la imprecisión. Su líder natural comienza a ser Pizo Gómez y el equipo es un fiel reflejo del jugador vasco: generosidad de esfuerzo y poca culminación. Por lo demás, resultó impecable el marcaje de Galliamin sobre Penev, su compatriota Moj mostró el lado ofensivo de su juego con varias incursiones peligrosas, Kutnesov estuvo menos brillante, pero dejando notas de calidad y buena técnica. Francisco anduvo intermitente, pero con algunos pases de buena escuela, Lluís se dejó la piel y Urbano, al menos, esta vez lo intentó. En fin, ningún reproche ni a escala individual ni colectiva, pero falta ese punto de seguridad y eficacia que posiblemente no llegará hasta que abandonen el "farolillo rojo", si es que algún día acaban con ese calvario.
Del Valencia no nos sorprendió nada. Ni que Roberto actuara como un defensa central más, ni que Penev permanezca náufrago en punta, toda vez que el brasileño Toni no mejora el rendimiento del pequeño Eloy, que tampoco está en forma. Su defensa, insistimos, fue buena, pero el resto no respondió a la imagen ofrecida, por ejemplo, en su eliminatoria copera frente al Barça. Es posible que acuse la capacidad de desdoblamiento que Quique Flores, ausente por lesión, depara por la banda derecha. Lo que es seguro es que Leonardo, por la izquierda, no fue el de las grandes ocasiones y que el liderato de Tomás se hace cada vez más lento y parsimonioso. Prácticamente no existió en el contragolpe y sus únicas amenazas para Biurrun fueron a balón parado. Dos faltas al borde del área que Tomás lanzó con veneno. En el primer tiempo, Biurrún repelió con apuros, en el segundo, el balón rozó el poste. Y nada más.
Ahora viene aquello tan socorrido de explicar que si el fútbol fuera boxeo, el Español hubiera ganado a los puntos, pero como se precisa el KO del gol para la victoria, tuvo que conformarse con las tablas. La auténtica lectura es que los blanquiazules no tienen la pólvora suficiente como para perdonar oportunidades y las que dejaron escapar en el primer cuarto de hora, les pasaron factura. Desde la lesión de Korneiev se notan problemas de creatividad ofensiva y de oportunismo en el área. Hoy por hoy todo se, fía al empuje del voluntarioso Lluis ya la inagotable capacidad de pelea de Pizo Gómez. Más bien poco ante un Valencia atrincherado especialmente cuando se perdieron ocasiones claras en momentos determinantes.