Ficha de partido
Valencia CF
0 - 1
CD Logroñés
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Aguila
11'
Emilio FenollFernando Gómez
21'
Quique Flores
28'
Martín
38'
Gilson
42'
Descanso
45'
Tomás GonzálezToni Gomes
45'
Roberto Fernández
51'
Aguila
60'
RosagroGilson
70'
Quique Setién
71'
Moreno
82'
DulceAbadía
89'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: CD Logroñés
Records vs CD Logroñés
Máximo goleador: Pedja Mijatovic (3 goles)
Goleador rival: Poyatos (3 goles)
Más partidos: Fernando Gómez (18 partidos)
Mayor victoria: 4 - 0 (06.05.1990)
Mayor derrota: 0 - 2 (14.12.1986)
Más repetido: 0-1 (5 veces)
Crónica
Tres cuartos de entrada en el Luis Casanova en tarde agradable. Césped irregular. Dirigió la contienda Brito Arceo, magnífico. Amonestó a Quique, Roberto, Martín, Moreno y Setién y expulsó a Aguila por doble amonestación. Mediante la cartulina impidió que valencianos y riojanos llegaran a sacudirse hasta en la ducha... ¡porque mira que se pegaron! El público lo despidió con una cerrada ovación. El gol del Logroñés llegó en el minuto 42, al colocar Gilson en la escuadra izquierda de Ochotorena el lanzamiento de una falta. Un golazo.
El equipo de Espárrago jugó uno de los peores partidos que se le recuerda, perdió y su afición le dedicó una sonora pita. Es posible que la lesión de Fernando, tan pronto, trastocara los planes e ideas de los blancos, pero tampoco es de recibo centrar en el percance del capitán el quid de todos los males. A un Logroñés en alza se las pusieron los che como dicen que se las ponían a Fernando VII. Y ganaron, claro que ganaron: no tenían más remedio.
Un remate de Arroyo que neutralizó Canales fue todo el bagaje ofensivo local durante la primera mitad, poquísimo para el niño que el Real Madrid tiene cedido a Las Gaunas y juego de ídem para Gutiérrez, un uruguayo que le amargó la vida a la artillería de su paisano Espárrago. Si Spasic no vale y pensando que Ruggeri salió del Logroñés, quede apuntada ahí una idea de futuro para don Ramón Mendoza. Eguizábal se puede morir de risa si le paga otros 150 kilos...
Gutiérrez, decía, con la ayuda de Setién, se bastaron para canalizar el partido a su favor en base a una maraña en defensa y centrocampo que asifisió al Valéncia. Cuando el descanso se anunciaba en los carteles, salió Gilson y armó el táco con un gol de los de antes de la guerra. El Valencia ya era una blanca caricatura.
No cambió la decoración después y los visitantes fueron creyendo en su triunfo a medida que avanzaba el reloj. El 0-2 lo tuvo Cristóbal, que se está acostumbrando a armar más de un taco cuando se incorpora a misiones ofensivas. No lo logró, pero la parroquia lo ovacionó con fuerza. Se acababa el partido y era la manera de ponerle a su Valencia unas banderillas de fuego.
Un Valencia que intentó achuchar a base de corazón, pero que no tiró a puerta hasta... el minuto 28 de ese segundo tiempo. Así no se gana ni al Mestalla que resucitara.
El equipo de Espárrago jugó uno de los peores partidos que se le recuerda, perdió y su afición le dedicó una sonora pita. Es posible que la lesión de Fernando, tan pronto, trastocara los planes e ideas de los blancos, pero tampoco es de recibo centrar en el percance del capitán el quid de todos los males. A un Logroñés en alza se las pusieron los che como dicen que se las ponían a Fernando VII. Y ganaron, claro que ganaron: no tenían más remedio.
Un remate de Arroyo que neutralizó Canales fue todo el bagaje ofensivo local durante la primera mitad, poquísimo para el niño que el Real Madrid tiene cedido a Las Gaunas y juego de ídem para Gutiérrez, un uruguayo que le amargó la vida a la artillería de su paisano Espárrago. Si Spasic no vale y pensando que Ruggeri salió del Logroñés, quede apuntada ahí una idea de futuro para don Ramón Mendoza. Eguizábal se puede morir de risa si le paga otros 150 kilos...
Gutiérrez, decía, con la ayuda de Setién, se bastaron para canalizar el partido a su favor en base a una maraña en defensa y centrocampo que asifisió al Valéncia. Cuando el descanso se anunciaba en los carteles, salió Gilson y armó el táco con un gol de los de antes de la guerra. El Valencia ya era una blanca caricatura.
No cambió la decoración después y los visitantes fueron creyendo en su triunfo a medida que avanzaba el reloj. El 0-2 lo tuvo Cristóbal, que se está acostumbrando a armar más de un taco cuando se incorpora a misiones ofensivas. No lo logró, pero la parroquia lo ovacionó con fuerza. Se acababa el partido y era la manera de ponerle a su Valencia unas banderillas de fuego.
Un Valencia que intentó achuchar a base de corazón, pero que no tiró a puerta hasta... el minuto 28 de ese segundo tiempo. Así no se gana ni al Mestalla que resucitara.