Ficha de partido
Valencia CF
1 - 1
Real Madrid
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Fernando Giner
23'
Eloy OlayaAsist: Quique Flores
30'
Descanso
45'
AldanaEsteban
63'
Aldana
64'
Emilio FenollEloy Olaya
73'
Ricardo Arias
75'
Pedro AlcañizLucho Flores
78'
Salvador Revert
78'
SolanaButragueño
78'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Real Madrid
Records vs Real Madrid
Máximo goleador: Mundo Suárez (13 goles)
Goleador rival: Raúl (17 goles)
Más partidos: Vicente Asensi (28 partidos)
Mayor victoria: 6 - 0 (09.06.1999)
Mayor derrota: 1 - 7 (23.08.1990)
Más repetido: 1-2 (27 veces)
Crónica
Tres cuartos de entrada en el Luis Casanova, con una recaudación de sesenta y seis millones de pesetas por todos los conceptos, a pesar de que el partido se retransmitía por la segunda cadena de TVE. Terreno de juego en buenas condiciones y unos 12 grados de temperatura. El público lanzó naranjas al terreno de juego en señal de protesta y celebró el tanto de Eloy con tracas. El Madrid cambió su habitual uniforme blanco por el azul. Revert y Gallego actuaron como capitanes. El Valencia botó cuatro saques de esquina por tan sólo dos, ambos en la primera mitad, el Real. Arbitró Raúl García de Loza, del Colegio Gallego. Su actuación fue muy protestada, especialmente a raíz de la anulación de un gol al conjunto valenciano por fuera de juego. Después invalidaría dos tantos a los madridistas. Mostró tarjetas amarillas a Giner, po una entrada a Hugo Sánchez, a Arias, por protestar y a Revert por un agarrón a Aldana.
Goles: 1-0, minuto 30. Falta en corto sobre Arias quien envía el balón en profundidad dentro del área a Eloy y éste dispara a puerta engañando a un adelantado Buyo que esperaba el centro. 1-1, minuto 64. Falta que lanza Gordillo sobre el punto de penalty donde Aldana, anticipándose a la defensa, cabecea a la red.
Esta vez, no hubo último minuto milagroso. Pero la suerte se volvió a aliar con un Madrid que arañó un positivo del Luis Casanova después de estar contra las cuerdas durante la mayor parte de los noventa minutos. Leo Beenhakker no podía ni imaginar que su decisión de sustituir a Esteban por Aldana iba a cambiar el
signo del partido. García de Loza detuvo el juego cuando Gordillo se disponía a lanzar una falta. Aldana entró en el campo y llegó al área valenciana con el tiempo justo para enviar el balón a la red y empatar un encuentro que, hasta ese momento, tenían muy cuesta arriba.
El Realísimo se mantiene así imbatido y conquista, además, el título de campeón de invierno, aunque ayer volvió a sudar de lo lindo. El Valencia, en un encuentro excepcional, especialmente en el primer tiempo, puso en evidencia el mal momento de un equipo que, pese a ello, no suelta el liderato. El conjunto local, que pudo aumentar su ventaja en un excelente primer tiempo, llegó incluso a pasar algunos apuros al final. Precisamente cuando el síndrome del último minuto planeaba por el estadio, los hombres de Víctor Espárrago vivieron momentos de angustia con un Madrid volcado en busca de otro milagro. En esta ocasión no llegó. Pero la fortuna ya les había sonreido antes.
La polémica saltó pronto en el Luis Casanova. Bastaron ocho minutos para que se oyera aquello de "asi, asi, así gana el Madrid". Un gol de Arroyo, que García de Loza anuló por fuera de juego previo de Eloy, caldeó muy pronto el ambiente ya bastante enrarecido. Tan sólo diez minutos más tarde, el colegiado invalidaría un tanto a los madridistas, conseguido por Revert en propia puerta, al estimar que Paco Llorente había cometido falta sobre Quique en la jugada anterior. Pero la compensación no contentó a un público que recibió a los blancos de uñas, especialemente a un Buyo que volvía al equipo tras la batalla del Calderón y su posterior sanción.
El Valencia rozó la perfección en los primeros cuarenta y cinco minutos, pero volvió a adolecer de esa falta de eficacia de cara al marco contrario que le persigue desde el inicio del campeonato. Ese fue el único y decisivo lunar de los hombres de Espárrago. Pese a ello, su nivel de juego fue excelente, sobre todo en el centro del campo, donde además de cortar las tímidas acciones del rival se vertebraba el esquema de un equipo que, una y otra vez, trataba de profundizar sobre los hombres punta. Por contra, el Madrid se veía incapaz de contrarrestar el completo dominio de los locales, que se adelantarían en el marcador merced a un habilidoso gol de Eloy que sorprendió a Buyo. Pese a alinear a tres puntas, Llorente, Butragueño y Hugo Sánchez, apenas crearon ocasiones de peligro como lo prueba el hecho de que su primer disparo a puerta llegó en el minuto 35. Diez minutos después, Butragueño dispondría de la oportunidad más clara al peinar un centro de Martín Vázquez que rozaría el larguero. Ese fue todo su bagaje en esta primera mitad.
Los merengues nunca cogieron el ritmo del partido. La ausencia de Míchel se dejaba notar. No había forma de sacudirse la presión de los valencianos. Por su parte, el conjunto che, con un Nando inconmensurable, controlaba perfectamente la situación gracias a un perfecto dominio del balón. Un desconcido Buyo se lanzaba, sin su ímpetu habitual, a los pies de Fernando y, al filo del descanso, Eloy empalmaba una volea que rozó el poste.
Tras el descanso, el pequeño delantero dispuso de otras dos ocasiones, aunque la victoria estuvo en manos de Nando, cuando, tras robarle un balón de oro a Chendo, se plantó solo ante Buyo y resbaló en el momento decisivo. Esta jugada pudo decidir el partido. Pero, tras este fallo, llegó la afortunada salida de Aldana y ese cabezazo que vale un punto y el título de campeón de invierno. A partir de ese momento, el panorama varió sustancialmente. Mientras el Valencia se vino abajo, los madridistas pasaron a dominar el encuentro, espoleados por un empate que no esperaban.
El fatídico último minuto se acercaba y los hombres de Leo resurgieron, seguramente, esperanzados en que la historia se repitiera. No fue así.
Goles: 1-0, minuto 30. Falta en corto sobre Arias quien envía el balón en profundidad dentro del área a Eloy y éste dispara a puerta engañando a un adelantado Buyo que esperaba el centro. 1-1, minuto 64. Falta que lanza Gordillo sobre el punto de penalty donde Aldana, anticipándose a la defensa, cabecea a la red.
Esta vez, no hubo último minuto milagroso. Pero la suerte se volvió a aliar con un Madrid que arañó un positivo del Luis Casanova después de estar contra las cuerdas durante la mayor parte de los noventa minutos. Leo Beenhakker no podía ni imaginar que su decisión de sustituir a Esteban por Aldana iba a cambiar el
signo del partido. García de Loza detuvo el juego cuando Gordillo se disponía a lanzar una falta. Aldana entró en el campo y llegó al área valenciana con el tiempo justo para enviar el balón a la red y empatar un encuentro que, hasta ese momento, tenían muy cuesta arriba.
El Realísimo se mantiene así imbatido y conquista, además, el título de campeón de invierno, aunque ayer volvió a sudar de lo lindo. El Valencia, en un encuentro excepcional, especialmente en el primer tiempo, puso en evidencia el mal momento de un equipo que, pese a ello, no suelta el liderato. El conjunto local, que pudo aumentar su ventaja en un excelente primer tiempo, llegó incluso a pasar algunos apuros al final. Precisamente cuando el síndrome del último minuto planeaba por el estadio, los hombres de Víctor Espárrago vivieron momentos de angustia con un Madrid volcado en busca de otro milagro. En esta ocasión no llegó. Pero la fortuna ya les había sonreido antes.
La polémica saltó pronto en el Luis Casanova. Bastaron ocho minutos para que se oyera aquello de "asi, asi, así gana el Madrid". Un gol de Arroyo, que García de Loza anuló por fuera de juego previo de Eloy, caldeó muy pronto el ambiente ya bastante enrarecido. Tan sólo diez minutos más tarde, el colegiado invalidaría un tanto a los madridistas, conseguido por Revert en propia puerta, al estimar que Paco Llorente había cometido falta sobre Quique en la jugada anterior. Pero la compensación no contentó a un público que recibió a los blancos de uñas, especialemente a un Buyo que volvía al equipo tras la batalla del Calderón y su posterior sanción.
El Valencia rozó la perfección en los primeros cuarenta y cinco minutos, pero volvió a adolecer de esa falta de eficacia de cara al marco contrario que le persigue desde el inicio del campeonato. Ese fue el único y decisivo lunar de los hombres de Espárrago. Pese a ello, su nivel de juego fue excelente, sobre todo en el centro del campo, donde además de cortar las tímidas acciones del rival se vertebraba el esquema de un equipo que, una y otra vez, trataba de profundizar sobre los hombres punta. Por contra, el Madrid se veía incapaz de contrarrestar el completo dominio de los locales, que se adelantarían en el marcador merced a un habilidoso gol de Eloy que sorprendió a Buyo. Pese a alinear a tres puntas, Llorente, Butragueño y Hugo Sánchez, apenas crearon ocasiones de peligro como lo prueba el hecho de que su primer disparo a puerta llegó en el minuto 35. Diez minutos después, Butragueño dispondría de la oportunidad más clara al peinar un centro de Martín Vázquez que rozaría el larguero. Ese fue todo su bagaje en esta primera mitad.
Los merengues nunca cogieron el ritmo del partido. La ausencia de Míchel se dejaba notar. No había forma de sacudirse la presión de los valencianos. Por su parte, el conjunto che, con un Nando inconmensurable, controlaba perfectamente la situación gracias a un perfecto dominio del balón. Un desconcido Buyo se lanzaba, sin su ímpetu habitual, a los pies de Fernando y, al filo del descanso, Eloy empalmaba una volea que rozó el poste.
Tras el descanso, el pequeño delantero dispuso de otras dos ocasiones, aunque la victoria estuvo en manos de Nando, cuando, tras robarle un balón de oro a Chendo, se plantó solo ante Buyo y resbaló en el momento decisivo. Esta jugada pudo decidir el partido. Pero, tras este fallo, llegó la afortunada salida de Aldana y ese cabezazo que vale un punto y el título de campeón de invierno. A partir de ese momento, el panorama varió sustancialmente. Mientras el Valencia se vino abajo, los madridistas pasaron a dominar el encuentro, espoleados por un empate que no esperaban.
El fatídico último minuto se acercaba y los hombres de Leo resurgieron, seguramente, esperanzados en que la historia se repitiera. No fue así.