Inicio del partido

0'

Roberto Fernández

17'

Manuel Botubot

21'

Cabral

25'

Cabral

40'

Descanso

45'

Javier SubiratsSalvador Ribes

45'

Frank Arnesen (Pen.)

51'

Aracil

62'

Churruca

75'

Javier Subirats

80'

Final del partido

90'

En Alicante se presagiaba el «consumatum est» y por eso ni los aficionados alicantinos acudieron al Rico Pérez a despedir a su equipo en su retorno a Segunda División, ni los seguidores valencianistas acompañaron a los suyos, que nada ventilaban en este choque de rivalidad regional totalmente sin interés.

Dirigió el encuentro el colegiado andaluz señor Alvarez Margüenda que tuvo una actuación deficiente. Dejó sin sancionar faltas cometidas en el área valencianista y anuló un gol a Reces. Mostró tarjetas amarillas a Aracil, Botubot, Cabral y Subirats.

Goles: 0-1 Minuto 17. Como consecuencia de un tiro de Roberto desde 40 metros entrando el balón por una escuadra. 1-1. Minuto 35. Ejecutó Churruca un saque de esquina, el balón fue a los pies de Cabral que remató a las mallas desde fuera del área. 1-2. Minuto 52 Churruca derribó a Saura dentro del área, el correspondiente penalty lo transformó Arnesen en el segundo gol valencianista. 2-2. Minuto 74. Centro desde la derecha de Aracil y Churruca empalmó un trallazo con la izquierda batiendo a Sempere.

La suerte estaba echada desde semanas antes cuando el Hércules, jugando en su propio campo, dejó escapar oportunidades para asegurar la permanencia. Hoy sólo cabía confiaren un milagro y el milagro no se produjo. Los herculanos jugaban en tres frentes y su salvación exigía no sólo su victoria sobre el Valencia sino que el Sporting de Gijón no ganara a Las Palmas en El Molinón y que le ocurriera lo propio al Cádiz en Castalia frente al Castellón.

El Valencia no se jugaba nada en este lance sólo el prurito de su superioridad y el Hércules lo tenía todo prácticamente perdido de antemano. Por eso no se vieron valencianos en el Estadio Rico Pérez. Las banderas valencianistas brillaron por su ausencia y el encuentro no tuvo el ambiente de ocasiones anteriores en las que los puntos en litigio tenían un valor contrastado y se luchaba por ellos con la máxima ilusión y el mayor esfuerzo.

El partido fue de guante blanco en todos los sentidos. El marcador simultáneo ayudó a enfriar el ambiente y el entusiasmo de los jugadores. El Valencia vino a cumplir el expediente, jugó a su aire, consintió que el Hércules ejerciera mayor dominio territorial y como tampoco los aciertos acompañaron a las acciones de los alicantinos los minutos discurrieron sin mayores sobresaltos yendo el Hércules a remolque de la mayor eficacia de sus adversarios.