Ficha de partido
FC Barcelona
2 - 2
Valencia CF
Equipos titulares
5
8
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Gabri
6'
Santi Cañizares
16'
Salva BallestaAsist: Juan Sánchez
25'
Andrés PalopSanti Cañizares
28'
Xavi
35'
Saviola
41'
Descanso
45'
Geovanni
64'
Carlos Marchena
72'
Gabri
73'
ReizigerGeovanni
73'
Adrian IlieSalva Ballesta
75'
Vicente RodríguezFrancisco Rufete
84'
MottaKluivert
89'
Luis Enrique
92'
Final del partido
93'
Estadio
Rival: FC Barcelona
Records vs FC Barcelona
Máximo goleador: Mundo Suárez (18 goles)
Goleador rival: Messi (31 goles)
Más partidos: Juan Ramón Santiago (36 partidos)
Mayor victoria: 4 - 0 (18.04.1979)
Mayor derrota: 0 - 7 (03.02.2016)
Más repetido: 1-1 (36 veces)
Crónica
El Valencia fue mucho mejor y más serio que el Barça, pero no aprovechó sus ventajas. Deberá reflexionar el Valencia CF un aspecto del juego que se le está escapando de las manos. En Bilbao, en Vigo y ayer en Barcelona dejó escapar la ventaja en el marcador. En el Nou Camp fue mucho más equipo, dio sensación de tener las ideas claras y exhibió su generoso derroche de fuerzas habitual. Como que en los últimos minutos embotelló al todopoderoso rival. Pero algo falla cuando las cosas parecen resolverse a favor y se desaprovechan. De repente entra el tembleque y lo que prometía ser muy bueno acabó con un éxito -siguen invictos, siguen arriba-, pero sólo a medias. Hay que valorar este nuevo empate, en otro campo dificilísimo, pero con ese regustillo que repite por indigesto.
Desaprovechó el Valencia CF en la primera el excelente trabajo que había desarrollado. Hasta los últimos diez minutos había sido el más serio y el justo merecer de la ventaja. El Barça se había presentado con Rivaldo descartado, con los jugadores haciéndose fotos con sus hijos, con Van Gaal y Josep Pique en el palco -qué a pecho se lo tomaba el ministro-, sin banquillo... mucho circo previo. Y a la hora de jugar, los de Benítez le dieron por todos los lados. El nuevo doble pivote había hecho justicia a las buenas actuaciones de Marchena y la presión constante acabó con la paciencia azulgrana. Y delante, con velocidad también se era el mejor.
Los de Rexach vagaban como almas en pena, teniendo que retrasar sus balones hasta la portería propia. Al Valencia ni siquiera le destempló la lesión de Cañizares, pues mientras éste pedía el cambio, Curro, Sánchez y Salva protagonizaban, en un visto y no visto, el primer gol del partido. El naufragio azulgrana duró hasta los últimos instantes. ¿Perdió la concentración el Valencia? ¿Se reencontró con su identidad el Barça? Un poco de todo, porque Palop vio rondar a su alrededor mucho peligro. A base de constancia empató Saviola, en una jugada sin sorpresa: superando en la acción al contrario. Nada que objetar. Y suerte que acabó el primer tiempo, porque el Barça quería más y daba la sensación de poder. Una lástima con todo lo bien que había respondido el equipo valencianista.
La segunda parte se hundió en la mediocridad. Al Barça se le escapó la inspiración y volvió a sumirse en las tinieblas. Sin maravillar y sin la fluidez de la primera mitad, el Valencia aguantaba bien y, lo más importante, no era arrinconado. Lo que pasa es que su modelo, pensando en la victoria, parecía agotado. No surgían nuevas alternativas para batir a Bonano: la única fue una internada de Kily que se quedó en el «¡uy!». Porque no es científico lo que pasó en el minuto 73. Marchena la tenía en su poder ¿Qué hago con ella? Pues nada, zapatazo y a la escuadra. Un golazo excepcional, que presagiaba, por fin, un triunfo fuera de casa.
Pero, claro... si al minuto después te empatan, es como si no hubieras hecho nada. Con lo complicada que parecía la victoria, el regalo del andaluz, el guirigay defensivo previo al gol de Gabri escuece más. Y prueba de la falta de confianza azulgrana fue la entrada fulminante de Reiziger por Geovanni. Y luego Kluivert. No pasaría nada. Estaba asustado. El Barça. Ayer volvió a triunfar la firmeza de un equipo que, salvo las sustituciones de no comunitarios y las ventajas en el marcador, se toma todo muy en serio.
Desaprovechó el Valencia CF en la primera el excelente trabajo que había desarrollado. Hasta los últimos diez minutos había sido el más serio y el justo merecer de la ventaja. El Barça se había presentado con Rivaldo descartado, con los jugadores haciéndose fotos con sus hijos, con Van Gaal y Josep Pique en el palco -qué a pecho se lo tomaba el ministro-, sin banquillo... mucho circo previo. Y a la hora de jugar, los de Benítez le dieron por todos los lados. El nuevo doble pivote había hecho justicia a las buenas actuaciones de Marchena y la presión constante acabó con la paciencia azulgrana. Y delante, con velocidad también se era el mejor.
Los de Rexach vagaban como almas en pena, teniendo que retrasar sus balones hasta la portería propia. Al Valencia ni siquiera le destempló la lesión de Cañizares, pues mientras éste pedía el cambio, Curro, Sánchez y Salva protagonizaban, en un visto y no visto, el primer gol del partido. El naufragio azulgrana duró hasta los últimos instantes. ¿Perdió la concentración el Valencia? ¿Se reencontró con su identidad el Barça? Un poco de todo, porque Palop vio rondar a su alrededor mucho peligro. A base de constancia empató Saviola, en una jugada sin sorpresa: superando en la acción al contrario. Nada que objetar. Y suerte que acabó el primer tiempo, porque el Barça quería más y daba la sensación de poder. Una lástima con todo lo bien que había respondido el equipo valencianista.
La segunda parte se hundió en la mediocridad. Al Barça se le escapó la inspiración y volvió a sumirse en las tinieblas. Sin maravillar y sin la fluidez de la primera mitad, el Valencia aguantaba bien y, lo más importante, no era arrinconado. Lo que pasa es que su modelo, pensando en la victoria, parecía agotado. No surgían nuevas alternativas para batir a Bonano: la única fue una internada de Kily que se quedó en el «¡uy!». Porque no es científico lo que pasó en el minuto 73. Marchena la tenía en su poder ¿Qué hago con ella? Pues nada, zapatazo y a la escuadra. Un golazo excepcional, que presagiaba, por fin, un triunfo fuera de casa.
Pero, claro... si al minuto después te empatan, es como si no hubieras hecho nada. Con lo complicada que parecía la victoria, el regalo del andaluz, el guirigay defensivo previo al gol de Gabri escuece más. Y prueba de la falta de confianza azulgrana fue la entrada fulminante de Reiziger por Geovanni. Y luego Kluivert. No pasaría nada. Estaba asustado. El Barça. Ayer volvió a triunfar la firmeza de un equipo que, salvo las sustituciones de no comunitarios y las ventajas en el marcador, se toma todo muy en serio.