Ficha de partido
Valencia CF
0 - 1
UD Las Palmas
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
M. Ángel
5'
Páez
40'
Descanso
45'
Enrique SauraPep Claramunt
65'
Quino SierraRafael Barrero
65'
MeliánJuani
84'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: UD Las Palmas
Records vs UD Las Palmas
Máximo goleador: Manuel Badenes (7 goles)
Goleador rival: Germán (8 goles)
Más partidos: Pep Claramunt (20 partidos)
Mayor victoria: 5 - 1 (01.10.2000)
Mayor derrota: 0 - 3 (28.02.1982)
Más repetido: 1-2 (8 veces)
Crónica
La televisión ha vuelto a serle negativa al Valencia. Esto podría creerse dado que este encuentro, el que cerraba la jornada de hoy, televisado en directo para todos los aficionados de España, lo ha perdido el Valencia ante el Las Palmas por 0 a 1. Pero la verdad es que no hay que buscar las culpas en hechos externos, sino en el propio Valencia que ha jugado mal, que no ha conseguido enderezar nunca el partido y, en definitiva, ha perdido con toda justicia. Mejor decir que el ganador en justicia ha sido Las Palmas, que es el equipo que mejor fútbol ha practicado, que mejor se ha situado en el campo y que mejor explotó todas sus oportunidades.
El partido se le torció pronto al Valencia cuando a los 6 minutos de juego un fallo garrafal de la defensa y el portero que encadenaba en este aspecto negativo a Barrero, Cordero y Marro, dio ocasión a que Miguel Angel, el rápido extremo izquierda canario, que había de ser la pesadilla de los merengues toda la noche, batiera a Marro y marcara el que había de ser único gol del partido. A partir de aquí, Las Palmas jugó con tranquilidad, cada vez con más aplomo y seguridad y en el Valencia, que al principio trató de digerir el percance, fue produciéndose el proceso contrario, cada vez más nervioso más impreciso y con peor juego. Tuvo lances ocasionales a su favor, pero en general su juego fue dirigido por los canarios de Las Palmas, exprtamente conducidos por su capitán Germán quien pilotaba muy bien esta nave dando ocasión a que penetraran sus compañeros en el área defensiva contraria con toda facilidad.
Por el contrario, el juego impreciso y torpe del Valencia, rara vez le daba la iniciativa en el aspecto ofensivo. Hubo, sin embargo, lances favorables, como un remate de Tirapu que se estrelló en un poste a los 31 minutos y el rechace lo recogió Planelles interviniendo entonces Carnevalli en una formidable parada. Hubo también otra oportunidad de los canarios a los 35 minutos, pero en general no abundaron las ocasiones de gol ni el buen juego valencianista, siendo el canario el que imperó.
Se llegó al descanso con ese resultado que había de ser definitivo y la esperanza de que en la segunda mitad el Valencia se enderezara. Lamentablemente para él no fue así, ya en el primer minuto de juego Miguel Angel sacó un golpe franco directo a puerta que detuvo Marro mostrando la peligrosidad con que al extremo canario se empleaba siempre. Hubo un intento de reacción valencianista que no prosperó, el Valencia jugaba apagado, desmayado, sin arranque. A los 13 minutos, Miguel Angel dio un nuevo susto cuando Barrero no consiguió marcarle pero le jugada no prosperó. Hubo un golpe franco lanzado por Claramunt, que detuvo bien Carnevalli. Las Palmas jugaba con aplomo y con seguridad, buscando más que la posibilidad de un nuevo gol el proteger el que ya tenía.
A los 17 minutos Sancayetano falló un gol hecho en una jugada bien llevada por Claramunt, con remate del extremo izquierda valencianista que salió ligeramente desviado. Y a los 21 se produjo una incidencia considerable: se señaló en una parada de juego que iban a ser sustituidos dos jugadores del Valencia, entrando Domingo y Quino, sin embargo, Claramunt se aproximó a la banda y con gesto destemplado se quitó el brazalete de capitán y lo arrojó al suelo retirándose inmediatamente por el túnel de vestuarios. Hubo un momento de desconcirto y entonces los cambios que se originaron en el Valencia no fueron los que en un principio parecía que eran Quino y Domingo, sino Quino y Saura. Dio la impresión de que Claramunt aprovechó la oportunidad para dejar el partido. Entraron pues Quino y Saura, situándose Saura en medio campo en el lugar que había dejado vacante el capitán y Quino trató de dar movilidad a una delantera que en realidad la tuvo en los últimos instantes, pero sin la necesaria penetración y peligrosidad para inquietar a la fuerte defensa canaria que mantuvo su puerta imbatible hasta el final. El despiste en el sistema táctico del Valencia y en la misma acción de los hombres fue considerable. El Valencia no se enderezó y si llegó a dominar y a atacar con cierta insistencia, fue más que nada por la voluntad que sus jugadores pusieron, pero en modo alguno por el juego que fueron capaces da organizar. Así hubo tres remates casi seguidos de Barrachina que abandonaba su lugar en la defensa para llegarse hasta el ataque buscando el gol que al menos aminorara el descalabro blanco. No se produjo ésta y se consumó una derrota valencianista que ha dejado fríos a los espectadores que en número de unos veinticinco mil habían acudido al campo de Mestalla.
Una deficiente actuación valencianista que culmina casi ese proceso regresivo que viene experimentando el equipo de un tiempo a esta parte. No se salva ninguna línea ni casi ningún hombre de este descalabro colectivo que hoy ha sufrido el Valencia.
El partido se le torció pronto al Valencia cuando a los 6 minutos de juego un fallo garrafal de la defensa y el portero que encadenaba en este aspecto negativo a Barrero, Cordero y Marro, dio ocasión a que Miguel Angel, el rápido extremo izquierda canario, que había de ser la pesadilla de los merengues toda la noche, batiera a Marro y marcara el que había de ser único gol del partido. A partir de aquí, Las Palmas jugó con tranquilidad, cada vez con más aplomo y seguridad y en el Valencia, que al principio trató de digerir el percance, fue produciéndose el proceso contrario, cada vez más nervioso más impreciso y con peor juego. Tuvo lances ocasionales a su favor, pero en general su juego fue dirigido por los canarios de Las Palmas, exprtamente conducidos por su capitán Germán quien pilotaba muy bien esta nave dando ocasión a que penetraran sus compañeros en el área defensiva contraria con toda facilidad.
Por el contrario, el juego impreciso y torpe del Valencia, rara vez le daba la iniciativa en el aspecto ofensivo. Hubo, sin embargo, lances favorables, como un remate de Tirapu que se estrelló en un poste a los 31 minutos y el rechace lo recogió Planelles interviniendo entonces Carnevalli en una formidable parada. Hubo también otra oportunidad de los canarios a los 35 minutos, pero en general no abundaron las ocasiones de gol ni el buen juego valencianista, siendo el canario el que imperó.
Se llegó al descanso con ese resultado que había de ser definitivo y la esperanza de que en la segunda mitad el Valencia se enderezara. Lamentablemente para él no fue así, ya en el primer minuto de juego Miguel Angel sacó un golpe franco directo a puerta que detuvo Marro mostrando la peligrosidad con que al extremo canario se empleaba siempre. Hubo un intento de reacción valencianista que no prosperó, el Valencia jugaba apagado, desmayado, sin arranque. A los 13 minutos, Miguel Angel dio un nuevo susto cuando Barrero no consiguió marcarle pero le jugada no prosperó. Hubo un golpe franco lanzado por Claramunt, que detuvo bien Carnevalli. Las Palmas jugaba con aplomo y con seguridad, buscando más que la posibilidad de un nuevo gol el proteger el que ya tenía.
A los 17 minutos Sancayetano falló un gol hecho en una jugada bien llevada por Claramunt, con remate del extremo izquierda valencianista que salió ligeramente desviado. Y a los 21 se produjo una incidencia considerable: se señaló en una parada de juego que iban a ser sustituidos dos jugadores del Valencia, entrando Domingo y Quino, sin embargo, Claramunt se aproximó a la banda y con gesto destemplado se quitó el brazalete de capitán y lo arrojó al suelo retirándose inmediatamente por el túnel de vestuarios. Hubo un momento de desconcirto y entonces los cambios que se originaron en el Valencia no fueron los que en un principio parecía que eran Quino y Domingo, sino Quino y Saura. Dio la impresión de que Claramunt aprovechó la oportunidad para dejar el partido. Entraron pues Quino y Saura, situándose Saura en medio campo en el lugar que había dejado vacante el capitán y Quino trató de dar movilidad a una delantera que en realidad la tuvo en los últimos instantes, pero sin la necesaria penetración y peligrosidad para inquietar a la fuerte defensa canaria que mantuvo su puerta imbatible hasta el final. El despiste en el sistema táctico del Valencia y en la misma acción de los hombres fue considerable. El Valencia no se enderezó y si llegó a dominar y a atacar con cierta insistencia, fue más que nada por la voluntad que sus jugadores pusieron, pero en modo alguno por el juego que fueron capaces da organizar. Así hubo tres remates casi seguidos de Barrachina que abandonaba su lugar en la defensa para llegarse hasta el ataque buscando el gol que al menos aminorara el descalabro blanco. No se produjo ésta y se consumó una derrota valencianista que ha dejado fríos a los espectadores que en número de unos veinticinco mil habían acudido al campo de Mestalla.
Una deficiente actuación valencianista que culmina casi ese proceso regresivo que viene experimentando el equipo de un tiempo a esta parte. No se salva ninguna línea ni casi ningún hombre de este descalabro colectivo que hoy ha sufrido el Valencia.