Ficha de partido
Valencia CF
2 - 1
Athletic Club
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Roberto Ayala
8'
Oscar Vales
11'
Miguel Ángel MistaAsist: Salva Ballesta
13'
Rubén Baraja
15'
Felipe
26'
Yeste
41'
Descanso
45'
TikoUrrutia
46'
Del Horno
58'
Pablo AimarSalva Ballesta
60'
Javi GonzálezFelipe
62'
Francisco RufeteAsist: Kily González
64'
Vicente RodríguezFrancisco Rufete
71'
Etxeberría
72'
EzquerroGuerrero
72'
Curro Torres
81'
Juan SánchezMiguel Ángel Mista
81'
Pablo Aimar
84'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Athletic Club
Records vs Athletic Club
Máximo goleador: Mundo Suárez (19 goles)
Goleador rival: Zarra (20 goles)
Más partidos: Vicente Asensi (30 partidos)
Mayor victoria: 5 - 0 (03.04.1949)
Mayor derrota: 0 - 7 (10.10.1954)
Más repetido: 1-1 (23 veces)
Crónica
El Valencia no dejó escapar la oportunidad que se le presentó de subirse al tren del éxito, donde el equipo de Benítez quiere ser uno de los que más empujen. Los tres puntos logrados son de vital importancia porque se consiguieron ante un rival directo, ante un conjunto que posee las mismas ambiciones.
Y todo ello sucedió a pesar de que en los últimos 15 minutos se estuvo a un paso de tirar por la borda todo el trabajo. El Athletic presionaba, buscaba el empate, mientras el Valencia se refugiaba en defensa, sin ideas y con una postura excesivamente acomodada para desesperación del público, que no quería volver a ser testigo de como se desperdiciaba poder participar en el gran banquete. Afortunadamente no se falló, aunque se hizo sufrir más de lo necesario y, curiosamente, el Valencia empezó a dar signos de flaqueza coincidiendo con los cambios que su entrenador iba introduciendo.
Aimar, Vicente y Sánchez no pudieron mejorar el rendimiento que ya habían ofrecido Salva, Rufete y Mista, y ello trajo consigo que repercutiera de un modo desalentador en el desarrollo final del partido, con momentos de angustia. Además de la suma de los tres puntos, el Valencia puede sacar una positiva lección de este encuentro en cuanto al buen momento del equipo en líneas generales y al excepcional trabajo de Baraja en el centro del campo y de Salva en la línea de ataque. Se trata de un equipo que se siente seguro, que empieza a disfrutar con lo que hace y de ahí que se superasen los malos momentos vividos cuando el gol del empate se asomaba en Mestalla ante la desesperación del público, que en todo momento dio muestras de nerviosismo al comprobar que su propio equipo era incapaz de salir de su área.
La prueba de que el Valencia quiso ganar este partido quedó demostrada desde los primeros compases, cuando se salió con un fuerte ritmo, dispuestos a resolver cuanto antes el compromiso que representaba la visita del Athletic. Mista aprovechó la primera oportunidad y a partir de ahí se supo dosificar el encuentro y rentabilizar la ventaja. El Valencia se sentía superior y argumentos tenía para ello, a pesar del sufrimiento del final. Las dos ocasiones más claras de gol las disfrutaron los jugadores del Athletic en el último suspiro del primer tiempo, cuando un remate de Urzaiz fue despejado por Cañizares a córner y, a renglón seguido, Etxeberría se encontró con el balón y no supo qué hacer con el mismo.
De haber aprovechado alguna de estas dos opciones, se hubiesen retirado al descanso con una igualada en el marcador, que a todas luces hubiese sido injusta, ya que sólo hubo un equipo que asumió la responsabilidad de tomar la iniciativa y de poner más empeño y ganas en todas sus acciones. Este equipo fue el Valencia de Rafa Benítez, a pesar de que en su confección inicial optó por dejar en el banquillo a su jugador más valioso, como es Pablo Aimar, pero se trata de una decisión que ya viene siendo habitual y de ahí que no sorprenda. De este modo privaba de creatividad a su equipo, al mismo tiempo que regresaba a sus convicciones para situar en el centro del campo a Albelda y Baraja, dos jugadores con mucha voluntad, capacidad de destruir, pero con pocas cualidades a la hora de crear juego.
En esta primera fase destacó la actitud positiva de Kily González, que se convirtió en un revulsivo para su equipo, dado que luchó por todas las posesiones del balón, estando muy bien acompañado por Salva, que no sólo buscó el remate sino también el mejor modo de desmarcarse para dar opciones a otros compañeros. Fue un primer tiempo marcado por la iniciativa local, con un alto ritmo que supo conectar con el público, que estaba entregado en el apoyo a sus jugadores.
Y todo ello sucedió a pesar de que en los últimos 15 minutos se estuvo a un paso de tirar por la borda todo el trabajo. El Athletic presionaba, buscaba el empate, mientras el Valencia se refugiaba en defensa, sin ideas y con una postura excesivamente acomodada para desesperación del público, que no quería volver a ser testigo de como se desperdiciaba poder participar en el gran banquete. Afortunadamente no se falló, aunque se hizo sufrir más de lo necesario y, curiosamente, el Valencia empezó a dar signos de flaqueza coincidiendo con los cambios que su entrenador iba introduciendo.
Aimar, Vicente y Sánchez no pudieron mejorar el rendimiento que ya habían ofrecido Salva, Rufete y Mista, y ello trajo consigo que repercutiera de un modo desalentador en el desarrollo final del partido, con momentos de angustia. Además de la suma de los tres puntos, el Valencia puede sacar una positiva lección de este encuentro en cuanto al buen momento del equipo en líneas generales y al excepcional trabajo de Baraja en el centro del campo y de Salva en la línea de ataque. Se trata de un equipo que se siente seguro, que empieza a disfrutar con lo que hace y de ahí que se superasen los malos momentos vividos cuando el gol del empate se asomaba en Mestalla ante la desesperación del público, que en todo momento dio muestras de nerviosismo al comprobar que su propio equipo era incapaz de salir de su área.
La prueba de que el Valencia quiso ganar este partido quedó demostrada desde los primeros compases, cuando se salió con un fuerte ritmo, dispuestos a resolver cuanto antes el compromiso que representaba la visita del Athletic. Mista aprovechó la primera oportunidad y a partir de ahí se supo dosificar el encuentro y rentabilizar la ventaja. El Valencia se sentía superior y argumentos tenía para ello, a pesar del sufrimiento del final. Las dos ocasiones más claras de gol las disfrutaron los jugadores del Athletic en el último suspiro del primer tiempo, cuando un remate de Urzaiz fue despejado por Cañizares a córner y, a renglón seguido, Etxeberría se encontró con el balón y no supo qué hacer con el mismo.
De haber aprovechado alguna de estas dos opciones, se hubiesen retirado al descanso con una igualada en el marcador, que a todas luces hubiese sido injusta, ya que sólo hubo un equipo que asumió la responsabilidad de tomar la iniciativa y de poner más empeño y ganas en todas sus acciones. Este equipo fue el Valencia de Rafa Benítez, a pesar de que en su confección inicial optó por dejar en el banquillo a su jugador más valioso, como es Pablo Aimar, pero se trata de una decisión que ya viene siendo habitual y de ahí que no sorprenda. De este modo privaba de creatividad a su equipo, al mismo tiempo que regresaba a sus convicciones para situar en el centro del campo a Albelda y Baraja, dos jugadores con mucha voluntad, capacidad de destruir, pero con pocas cualidades a la hora de crear juego.
En esta primera fase destacó la actitud positiva de Kily González, que se convirtió en un revulsivo para su equipo, dado que luchó por todas las posesiones del balón, estando muy bien acompañado por Salva, que no sólo buscó el remate sino también el mejor modo de desmarcarse para dar opciones a otros compañeros. Fue un primer tiempo marcado por la iniciativa local, con un alto ritmo que supo conectar con el público, que estaba entregado en el apoyo a sus jugadores.