Ficha de partido
Fluminense FC
2 - 0
Valencia CF
Equipos titulares
9
Sustituciones
Ninguno
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Descanso
45'
Didi
48'
Lula (Pen.)
80'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Fluminense FC
Records vs Fluminense FC
Máximo goleador: Faas Wilkes (2 goles)
Goleador rival: Waldo (2 goles)
Más partidos: Francisco Sendra (3 partidos)
Mayor victoria: 1 - 0 (17.06.1975)
Mayor derrota: 0 - 2 (20.08.1972)
Más repetido: 1-0 (1 veces)
Crónica
En el Estadio Municipal onubense, partido de consolación entre el Valencia y el Fluminense, de Río de Janeiro, terminó con el resultado de 2-0 favorable al equipo brasileño. El Valencia defraudó. Ha defraudado una vez más, ahora en su segundo partido del Colombino. Su fútbol, poco práctico, carente de profundidad, no ha podido vulnerar esa barrera de centrocampistas que forman los tres morenos Denilson, Marco Antonio y Jair, arropados por el internacional Gerson, y eso que los cariocas fueron lentos. Lentos en ideas y en realización, porque de lo contrario los ches hubieran salido hoy del Estadio Municipal con otros cuatro goles como el día anterior.
Construyendo el juego el equipo carioca en el centro del terreno con estos hombres que hemos nombrado, envolvieron a los valencianos en la tupida tela de araña de su lentitud y técnica. El Valencia no tiene profundidad y ni Claramunt, ni Lico, ni Adorno podían en ningún momento imponerse a los otros hombres brasileños. Por ende, el Valencia adolecía de fuerza en su defensa, donde Sol fallaba en repetidas ocasiones, Barrachina no cogía nunca su sitio en el marcaje al difícilísimo Jair, y Arango se convertía -precisamente un chico que ha pasado de Tercera a Primera División— en la auténtica figura de su equipo.
En la delantera, el Valencia pecaba de un preciosismo que no llegaba a ningún lado, puesto que se perdía en pases cortos e ineficaces. Fuertes jamás podía salir del marcaje tremendo a que lo sometía Denilson, cuando su misión de armar el juego carioca se lo permitían, mientras que Lico —ya lo hemos dicho— se diluía en el centro del terreno. Pepín, otro de los chicos nuevos del Valencia, bullía, pero sin hombres que le acompañaran, y Valdez, el peligroso extremo valenciano, intentaba las penetraciones, pero también eran contenidas una y otra vez.
A pesar, repito, de, la lentitud del equipo carioca, porque el primer gol no se conseguía hasta el minuto 3 de la segunda parte, cuando Didí aprovechó un rechace de Meléndez y envió el balón al fondo de la red. Había sido una penetración de Marco Antonio, el internacional brasileño, que, cambiando el juego de forma espectacular hacia la izquierda, había mandado a Lula, éste a su vez a Sergio Roberto, el cual remató en plancha, se tiró Meléndez, la pelota se le fue y Didí mandó al fondo de las mallas. El segundo gol llegaría en el minuto 35, cómo consecuencia de un penalty. Penalty claro y justo que le hicieron a Didí, porque Videgany no había tenido otra opción que derribar al peligroso y pequeño interior brasileño. Tiró Lula y gol. Dos a cero definitivo. Cuarto puesto para el Valencia, tercera caravela de plata para el equipo de Río de Janeiro y el público, que aplaude cariñosamente a los brasileños cuando saludan, despide con algunos pitos al conjunto valenciano.
Se dice que era falta de rodaje, al menos así explicaban los técnicos, la abultada derrota Frente al Slovan. Sin embargo, si ustedes recuerdan la fecha en que terminó la Copa de S. E. el Generalísimo y cuando iniciaron los entrenamientos para el Trofeo Naranja, esa falta de rodaje sólo puede existir en la mente de los técnicos. Destacaron por el equipo valenciano, como hemos dicho, Arango, que a nuestro juicio fue el mejor. En el cuadro carioca, Denilson, Marco Antonio y Jair, que ya hemos nombrado, conjuntamente con el veterano Gerson. Arbitró el colegiado francés Frausier, ayudado en las bandas por los onubenses Carlos Lozano y Santos Narváez.
Construyendo el juego el equipo carioca en el centro del terreno con estos hombres que hemos nombrado, envolvieron a los valencianos en la tupida tela de araña de su lentitud y técnica. El Valencia no tiene profundidad y ni Claramunt, ni Lico, ni Adorno podían en ningún momento imponerse a los otros hombres brasileños. Por ende, el Valencia adolecía de fuerza en su defensa, donde Sol fallaba en repetidas ocasiones, Barrachina no cogía nunca su sitio en el marcaje al difícilísimo Jair, y Arango se convertía -precisamente un chico que ha pasado de Tercera a Primera División— en la auténtica figura de su equipo.
En la delantera, el Valencia pecaba de un preciosismo que no llegaba a ningún lado, puesto que se perdía en pases cortos e ineficaces. Fuertes jamás podía salir del marcaje tremendo a que lo sometía Denilson, cuando su misión de armar el juego carioca se lo permitían, mientras que Lico —ya lo hemos dicho— se diluía en el centro del terreno. Pepín, otro de los chicos nuevos del Valencia, bullía, pero sin hombres que le acompañaran, y Valdez, el peligroso extremo valenciano, intentaba las penetraciones, pero también eran contenidas una y otra vez.
A pesar, repito, de, la lentitud del equipo carioca, porque el primer gol no se conseguía hasta el minuto 3 de la segunda parte, cuando Didí aprovechó un rechace de Meléndez y envió el balón al fondo de la red. Había sido una penetración de Marco Antonio, el internacional brasileño, que, cambiando el juego de forma espectacular hacia la izquierda, había mandado a Lula, éste a su vez a Sergio Roberto, el cual remató en plancha, se tiró Meléndez, la pelota se le fue y Didí mandó al fondo de las mallas. El segundo gol llegaría en el minuto 35, cómo consecuencia de un penalty. Penalty claro y justo que le hicieron a Didí, porque Videgany no había tenido otra opción que derribar al peligroso y pequeño interior brasileño. Tiró Lula y gol. Dos a cero definitivo. Cuarto puesto para el Valencia, tercera caravela de plata para el equipo de Río de Janeiro y el público, que aplaude cariñosamente a los brasileños cuando saludan, despide con algunos pitos al conjunto valenciano.
Se dice que era falta de rodaje, al menos así explicaban los técnicos, la abultada derrota Frente al Slovan. Sin embargo, si ustedes recuerdan la fecha en que terminó la Copa de S. E. el Generalísimo y cuando iniciaron los entrenamientos para el Trofeo Naranja, esa falta de rodaje sólo puede existir en la mente de los técnicos. Destacaron por el equipo valenciano, como hemos dicho, Arango, que a nuestro juicio fue el mejor. En el cuadro carioca, Denilson, Marco Antonio y Jair, que ya hemos nombrado, conjuntamente con el veterano Gerson. Arbitró el colegiado francés Frausier, ayudado en las bandas por los onubenses Carlos Lozano y Santos Narváez.