Ficha de partido: 15.10.1967: Valencia CF 1 - 2 FC Barcelona

Ficha de partido

Valencia CF
Valencia CF
1 - 2
FC Barcelona
FC Barcelona

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Fuste
35'
Mendoça
40'
Descanso
45'
Vicente Guillot (Pen.)
61'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Mestalla
Aforo: 55.000 espectadores
Ubicación: Valencia (Valencia) 
Inauguración: 20/05/1923

Rival: FC Barcelona

Records vs FC Barcelona

Máximo goleador: Mundo Suárez (18 goles)
Goleador rival: Messi (31 goles)
Mayor victoria: 4 - 0 (18.04.1979)
Mayor derrota: 0 - 7 (03.02.2016)
Más repetido: 1-1 (36 veces)

Crónica

Si la victoria que ha conse guido el Barcelona en Mestalla ha sido indudablemente la victoria de once voluntades dominadas por un afán insaciable de lucha, no es menos cierto que se apoyó en la maravillosa línea que formaron en la zona central del campo Muller, Zaldúa y Fusté. Tres jugadores que lucharon y jugaron una barbaridad. Lucharon siempre por la posesión del balón. Por eso, rara vez el defensa, el medio o el delantero del Valencia llegaba a la zona de tiro azulgrana con el balón controlado, suelto y sin agobios.

Los jugadores locales eran acosados, molestados casi siempre, no podían serenar su juego y cuando llegaban al área azulgrana lo hacían a trompicones. Por el contrario, el Barcelona, por la labor ordenada, serena y ardorosa al mismo tiempo de sus tres centrocampistas, llegaba fácil y dando plena sensación de peligro al portal contrario. Artigas había planeado el partido de hombre a hombre. El juego de pares lo había establecido así: Borrás, vigilaba a Jara; Zabalza, al otro extremo, Guillot; Gallego, jugaba sobre Ansola, mientras Torres, cuidaba de la vigilancia del moreno Waldo.

Los laterales siguieron a sus pares en todo el partido, mientras que en la zona central del campo Mundo, sólo colocaba a dos hombres, Paquito y Claramunt, y en los primeros minutos de partido Mestre era el hombre libre atrás, al marcar Roberto a Mendoza. Rectificó luego el entrenador valenciano y ya Mestre jugó sobre el moreno azulgrana, pero a nuestro juicio cometió el error estratégico de no adelantar entonces a su capitán Roberto sobre Zaldúa, para emparejar con éste, que jugaba con entera libertad de acción en el centro del campo. Roberto, por el contrario, se constituyó en un segundo defensa central, sin otra misión que recoger el relevo de Zaldúa, cuando éste profundizaba sobre su zona.

Con idéntico planteamiento ha ganado el Valencia, a buen seguro, muchos partidos. El de esta tarde no lo podía ganar... ni aún con la ayuda que le prestó el colegiado de turno. Y es porque a caballo de la actuación de Zaldúa, Muller y Fusté el Barcelona encontró en el primer tiempo la senda de un juego de sensación. Era una realidad incontrovertible la que se desarrollaba en el terreno de juego y, sin embargo, uno dudaba de lo que veía. Era aquel un Barcelona sereno, tranquilo, que casi no le recordábamos.

Sí, hoy el Barcelona ha vuelto a encontrarse a sí mismo. Ha corrido, ha luchado, ha demostrado fuerza, pero también ha sacado un fútbol de calidad, el mejor que le hemos visto de muchísimo tiempo a esta parte. Su primer tiempo puede pasar a las antologías del fútbol perfecto, en particular desde el mismo momento en que pudo atenazar firmemente al Valencia en sus primaras arremetidas. Fueron muy pocos minutos los de angustia azulgrana. A fuerza de se sinceros diremos que en esta fase quizá la suerte le ayudó un poco. Pero después...

El público de Mestalla se le entregó y le aplaudió. Marcó dos goles, los dos sensacionales. Pero pudo marcar más, que oportunidades se les presentaron a sus delanteros. Y de no manifestarse Bueno, por un criterio, tan benevolente en las falsas que cometieron los defensas valencianos a Zaldúa y Rexach, a nuestro juicio dos penaltys como dos casas les hubieran representado otras dos grandes oportunidades de marcar. Y contrastó esta benevolencia de Bueno en la apreciación de las faltas dentro del área valenciana, con la rigidez y decisión con que señaló el penalty al Barcelona.

Anduvo rápido Bueno en señalar las manos de Gallego. La protesta azulgrana surgió espontánea. Contemporizó con los jugadores, pero se mantuvo en su decisión. Guillot transformó la falta en gol. El gol espoieó a los valencianistas. Fue el clásico balón de óxígeno. Pero la reacción de los mestalleros fue timida, balbuceante. Y no porque los jugadores del Valencia no pretendieran beneficiarse de la cuenta del gol, que todos como galgos se lanzaron sobre la liebre del segundo tanto. Fueron otros momentos de agobio para el Barcelona, pero que pronto se salvaron, porque pronto también los tres centrocampistas volvían a hacerse dueños de la situación.