Ficha de partido
Real Betis
2 - 0
Valencia CF
Equipos titulares
2
3
10
Sustituciones
Ninguno
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Descanso
45'
Lasa
73'
Xanín
89'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Real Betis
Records vs Real Betis
Máximo goleador: Arturo Montes (10 goles)
Goleador rival: Unamuno (6 goles)
Más partidos: Ricardo Arias (22 partidos)
Mayor victoria: 6 - 0 (05.04.1931)
Mayor derrota: 0 - 4 (05.05.1985)
Más repetido: 2-1 (17 veces)
Crónica
El Betis resolvió el encuentro a su favor en el último cuarto de hora. Hasta entonces, la situación se mantuvo igualada y un tanto peligrosa para los locales, porque si bien el mayor empuje y la velocidad fueron las tónicas predominantes béticas, los levantinos se mostraron más eficientes en su labor general. En dos palabras, que si es cierto que el Betis tuvo mayor garra, el Valencia lució por su mejor ciencia. A última hora, y cuando el pesimismo empezaba a invadir las tribunas, el esfuerzo y el amor propio andaluz se tradujo en dos afortunados remates que inclinaron la balanza a su favor por un halagüeño margen.
Hasta entonces, la zozobra y la emoción comprendieron las características de la partida, pues el empeño que pusieron en la lucha ambos bandos, no permitían a ninguno hacerse con la iniciativa y menos estabilizar el dominio.
El once de Mestalla sacó a Tercero de "insider", con el propósito de frenar a Bosch, el juego constructivo del medio ala catalán, consiguiéndolo en cierto modo. No obstante, Bosch, con su peculiar habilidad, pudo coordinar con Del Sol, ligeramente retrasado, y merced a esa colaboración, del volante derecho y del interior izquierda, el conjunto andaluz neutralizó la mejor clase del antagonista.
Los valencianos han actuado apoyados sobre las continuadas penetraciones de los extremos Joel y Domínguez, en constante permuta con Mañó. Juego dislocado, pero espectacularmente resuelto, que permitió a los forasteros sobresalir, como decimos, por su mejor ciencia. Una ciencia que habría cuajado triunfalmente si la delantera roja, la valenciana, en este caso, prodiga el remate. Sin embargo, el amor propio, el entusiasmo y la combatividad, la noble combatividad, es tan fundamental en el fútbol, como la clase. Virtudes que permitieron a los de Heliópolis alzarse con una victoria a contrapelo.
Si exceptuamos las cualidades técnicas y tácticas valencianistas, y tenemos en cuenta los factores apuntados por el Betis, hay que reconocer que no puede objetarse en modo alguno la victoria de las huestes de Fernández. La desafortunada labor de Rojas y la lentitud de Vila en la delantera, restaron eficacia al equipo, que por tales causas, no brilló con las cualidades del grupo mestallero. E insistimos, tan sólo cabe destacar en este aspecto la trabazón Bosch-Del Sol, que sirvió para ordenar y para orientar por derroteros provechosos el empuje de que hicieron gala los restantes compañeros a lo largo del partido. En ellos, en Bosch y Del Sol, se asentó la victoria. En ellos y en las actuaciones de Ríos y Grau en la defensa, puntales muy firmes también del éxito.
Ya esbozamos que los dos goles fueron obtenidos en el último cuarto de hora. El primero, a los 73 minutos, y fue como consecuencia de un saque de esquina lanzado por Vila, que Lasa remató a bocajarro, materiamente cercado por jugadores contrarios. El segundo sobrevino a los 89 minutos, y fue obra de Xanin, de nuevo cabezazo, al lanzarse un balón sacado por Grau, de falta cerca del área valenciana.
Existió un tercer gol andaluz, intercalado entre los que subieron al marcador, pero fue anulado porque Vila, el autor, empujó previamente a Goyo. Las lesiones padecidas por Baldera y Sócrates, en el primer tiempo y en la continuación, respectivamente, no influyeron en la marcha de los acontecimientos. Ambos, después de ser atendidos en el botiquín, continuaron jugando. Balderas, de extremo izquierda, mientras que Lasa le suplía en la media y Sócrates en el lugar habitual, en el centro de la zaga. El arbitraje de Mendívil, irregular. Sufrió algunos errores de apreciación.
Hasta entonces, la zozobra y la emoción comprendieron las características de la partida, pues el empeño que pusieron en la lucha ambos bandos, no permitían a ninguno hacerse con la iniciativa y menos estabilizar el dominio.
El once de Mestalla sacó a Tercero de "insider", con el propósito de frenar a Bosch, el juego constructivo del medio ala catalán, consiguiéndolo en cierto modo. No obstante, Bosch, con su peculiar habilidad, pudo coordinar con Del Sol, ligeramente retrasado, y merced a esa colaboración, del volante derecho y del interior izquierda, el conjunto andaluz neutralizó la mejor clase del antagonista.
Los valencianos han actuado apoyados sobre las continuadas penetraciones de los extremos Joel y Domínguez, en constante permuta con Mañó. Juego dislocado, pero espectacularmente resuelto, que permitió a los forasteros sobresalir, como decimos, por su mejor ciencia. Una ciencia que habría cuajado triunfalmente si la delantera roja, la valenciana, en este caso, prodiga el remate. Sin embargo, el amor propio, el entusiasmo y la combatividad, la noble combatividad, es tan fundamental en el fútbol, como la clase. Virtudes que permitieron a los de Heliópolis alzarse con una victoria a contrapelo.
Si exceptuamos las cualidades técnicas y tácticas valencianistas, y tenemos en cuenta los factores apuntados por el Betis, hay que reconocer que no puede objetarse en modo alguno la victoria de las huestes de Fernández. La desafortunada labor de Rojas y la lentitud de Vila en la delantera, restaron eficacia al equipo, que por tales causas, no brilló con las cualidades del grupo mestallero. E insistimos, tan sólo cabe destacar en este aspecto la trabazón Bosch-Del Sol, que sirvió para ordenar y para orientar por derroteros provechosos el empuje de que hicieron gala los restantes compañeros a lo largo del partido. En ellos, en Bosch y Del Sol, se asentó la victoria. En ellos y en las actuaciones de Ríos y Grau en la defensa, puntales muy firmes también del éxito.
Ya esbozamos que los dos goles fueron obtenidos en el último cuarto de hora. El primero, a los 73 minutos, y fue como consecuencia de un saque de esquina lanzado por Vila, que Lasa remató a bocajarro, materiamente cercado por jugadores contrarios. El segundo sobrevino a los 89 minutos, y fue obra de Xanin, de nuevo cabezazo, al lanzarse un balón sacado por Grau, de falta cerca del área valenciana.
Existió un tercer gol andaluz, intercalado entre los que subieron al marcador, pero fue anulado porque Vila, el autor, empujó previamente a Goyo. Las lesiones padecidas por Baldera y Sócrates, en el primer tiempo y en la continuación, respectivamente, no influyeron en la marcha de los acontecimientos. Ambos, después de ser atendidos en el botiquín, continuaron jugando. Balderas, de extremo izquierda, mientras que Lasa le suplía en la media y Sócrates en el lugar habitual, en el centro de la zaga. El arbitraje de Mendívil, irregular. Sufrió algunos errores de apreciación.