Ficha de partido
Cult. Leonesa
3 - 0
Valencia CF
Equipos titulares
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Chas
16'
Vallejo
44'
Descanso
45'
Vallejo
62'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Cult. Leonesa
Records vs Cult. Leonesa
Máximo goleador: Enrique Molina (2 goles)
Goleador rival: Vallejo (2 goles)
Más partidos: Antonio Timor (2 partidos)
Mayor victoria: 3 - 0 (09.02.1930)
Mayor derrota: 0 - 3 (09.10.1955)
Más repetido: 0-3 (1 veces)
Crónica
La gran ovación con que que fué recibida la Cultural por su actuación hace ocho dias en Chamartin contra el Madrid, sólo fué un anticipo a las que después habían de seguir, premio al brillante encuentro del conjunto local. Ha sido éste un partido, el reverso de la medalla del día del Sevilla. Al contrario que en aquella ocasión, fueron los leoneses quienes arrollaron a sus contrarios en un encuentro tanto de juego como de entusiasmo magnifico.
Las causas de la victoria, creemos radican principalmente, en dos hechos fundamentales, dentro de la voluntad del conjunto. Una, la reaparición de Chas en el eje del ataque, supliéndo a César. Su presencia ha sido un formidable acierto para la delantera leonesa, a la que ha dado una alegría y una velocidad, que hacia tiempo no conocíamos. Superó en todos los terrenos a su oponente Sendra, y dando una peligrosidad al ataque, como hacía tiempo no veíamos. Tan pronto estaba en un extremo recogiendo la entrega de un compañero, como ante la puerta, rematando con esa facilidad propia en él. No obstante, no ha tenido suerte como realizador. En cuantas ocasiones intentó alcanzar el tanto, la falta de puntería, o la actuación magnífica de un Timor, providencial, frustraron sus intentos. El segundo gol fué de una gran jugada suya, después de haber driblado a sus dos contrarios en un espacio inverosímil, entregando a continuación el balón a Vallejo. También la mejor combinación de toda la tarde, ocurrida en la postrimerías de la contienda, tuvo en él su iniciador y rematador, impidiendo nuevamente Timor el gol, y enviando el balón a córner. A su lado. brillando asímismo como astro de primera magnitud, Rabadán, en su puesto teórico de medio centro antiguo, que dueño y señor del centro del campo. Jugando en este sitio, se conseguian a un tiempo dos obetivos, a cuál más importante, impedir en todo momento la entrada en Juego de Puchades, que en este partido no ha hecho honor a su fama, y enlazar con los medios locales. Además, en los contados momentos de agobio para la meta local, estaba entre los defensas sacando balones y haciendo de «secante» de cualquier elemento valenciano. Fué, en suma, el canalizador del juego defensivo hacia el ataque. Todo su juego, que nacía en Calo, pese a su lesión a la media hora de comenzar el juego, se concentraba en Nino, a quien sobraban muchos momentos para marcar a Wilkes en su posición retrasada.
Para colmar la desgracia, el cuarteto defensivo, reforzado con la inclusión de Cosme, fue pese a estar integrado por los mismos hombres que en otros encuentros, otro muy difícil. Ya no era un hombre solo, Calo, emergiendo entre un cúmulo de errores, sino un central perfectamente arropado por la velocidad de Chuiqui y la veteranía de Foces. Y si acabamos diciendo que Cosme no tuvo más que una salida en falso y en cambio lució su sobria seguridad en todo el encuentro, tendremos el retrato de un equipo que superó, hombre por hombre, línea por línea, a un veterano y famoso Valencia, un tanto desviado y sin espíritu de lucha en muchos momentos.
Falló, desde un primer momento, Fuertes en su función creadora, no enlazando en ningún momento con la línea medular, y al fallar el tanto Wilkes, como Buqué, retrasados, hacia la ineficaz delantera, con un Seguí que dio la impresión de no estar aún en forma y un Antó que en unión de Timor fue lo más destacado del conjunto, uniendo a su velocidad unas soberbias facultades para el remate. La línea de volantes no pudo con el partido, anulado Puchades por el juego de Rabadán e impotente Pasieguito ante Vallejo, dejaban una amplia zona que era dominada por los medios blancos (hoy el Valencia lucía elástica y pantalón azules) y del fallo de aquellsos venía la descolocación de la defensa y su embarullamiento en muchos momentos debido a la tupida red de pases de los atacantes locales. Solamente Quincoces brilló a buena altura y por encontrarse a un Pinilla aún no hecho en este puesto, pese a lo cual le dio algún disgusto. Timor, magnífico toda la tarde ayudado, en algunos momentos, por la suerte.
Comenzó el encuentro con dominio alterno, más acentuado por la parte local. En este periodo, ambos conjuntos pierden claras ocasiones de marcar. A los 16 minutos, en plena ofensiva blanca, un centro chut de Pinilla, desde casi la banda, entra a gol sin que el portero levantino pueda impedirlo. En los graderíos, repletos de público, se espera con temor la reacción valenciana, que sin embargo no llega. Tini y Rabadán se convierten en dueños del centro del campo, creando sus pases numerosas acciones de peligro. Tres de ellas, a remates sucesivos de Chas, Vallejo y Miche, a puerta batida, son salvadas in-extremis por Timor.
A los 44 minutos, en un pase de Rabadán a Chas, dribla este en un palmo de terreno a Sendra y cede a Vallejo, quien sobre la marcha empalma un durísimo disparo desde dos metros que convierte en el segundo gol local. Contra lo que se espera, la velocidad del juego local aumenta, y la reacción valenciana continúa sin llegar. A los 72 minutos, después de un barullo ante la meta valenciana, Miche entrega la pelota a Vallejo, que se halla en la misma posición que cuando marcó el segundo gol, y de idéntica manera cierra el marcador. Hasta la terminación del encuentro el juego es alterno, con más peligro de los avances locales y faltando escasos minutos y después de una brillante jugada de toda la delantera, está a punto de conseguir el equipo local el tanteo, pero Timor desbarata esta última ocasión. El arbitraje del catalán Sanz fue discreto.
Las causas de la victoria, creemos radican principalmente, en dos hechos fundamentales, dentro de la voluntad del conjunto. Una, la reaparición de Chas en el eje del ataque, supliéndo a César. Su presencia ha sido un formidable acierto para la delantera leonesa, a la que ha dado una alegría y una velocidad, que hacia tiempo no conocíamos. Superó en todos los terrenos a su oponente Sendra, y dando una peligrosidad al ataque, como hacía tiempo no veíamos. Tan pronto estaba en un extremo recogiendo la entrega de un compañero, como ante la puerta, rematando con esa facilidad propia en él. No obstante, no ha tenido suerte como realizador. En cuantas ocasiones intentó alcanzar el tanto, la falta de puntería, o la actuación magnífica de un Timor, providencial, frustraron sus intentos. El segundo gol fué de una gran jugada suya, después de haber driblado a sus dos contrarios en un espacio inverosímil, entregando a continuación el balón a Vallejo. También la mejor combinación de toda la tarde, ocurrida en la postrimerías de la contienda, tuvo en él su iniciador y rematador, impidiendo nuevamente Timor el gol, y enviando el balón a córner. A su lado. brillando asímismo como astro de primera magnitud, Rabadán, en su puesto teórico de medio centro antiguo, que dueño y señor del centro del campo. Jugando en este sitio, se conseguian a un tiempo dos obetivos, a cuál más importante, impedir en todo momento la entrada en Juego de Puchades, que en este partido no ha hecho honor a su fama, y enlazar con los medios locales. Además, en los contados momentos de agobio para la meta local, estaba entre los defensas sacando balones y haciendo de «secante» de cualquier elemento valenciano. Fué, en suma, el canalizador del juego defensivo hacia el ataque. Todo su juego, que nacía en Calo, pese a su lesión a la media hora de comenzar el juego, se concentraba en Nino, a quien sobraban muchos momentos para marcar a Wilkes en su posición retrasada.
Para colmar la desgracia, el cuarteto defensivo, reforzado con la inclusión de Cosme, fue pese a estar integrado por los mismos hombres que en otros encuentros, otro muy difícil. Ya no era un hombre solo, Calo, emergiendo entre un cúmulo de errores, sino un central perfectamente arropado por la velocidad de Chuiqui y la veteranía de Foces. Y si acabamos diciendo que Cosme no tuvo más que una salida en falso y en cambio lució su sobria seguridad en todo el encuentro, tendremos el retrato de un equipo que superó, hombre por hombre, línea por línea, a un veterano y famoso Valencia, un tanto desviado y sin espíritu de lucha en muchos momentos.
Falló, desde un primer momento, Fuertes en su función creadora, no enlazando en ningún momento con la línea medular, y al fallar el tanto Wilkes, como Buqué, retrasados, hacia la ineficaz delantera, con un Seguí que dio la impresión de no estar aún en forma y un Antó que en unión de Timor fue lo más destacado del conjunto, uniendo a su velocidad unas soberbias facultades para el remate. La línea de volantes no pudo con el partido, anulado Puchades por el juego de Rabadán e impotente Pasieguito ante Vallejo, dejaban una amplia zona que era dominada por los medios blancos (hoy el Valencia lucía elástica y pantalón azules) y del fallo de aquellsos venía la descolocación de la defensa y su embarullamiento en muchos momentos debido a la tupida red de pases de los atacantes locales. Solamente Quincoces brilló a buena altura y por encontrarse a un Pinilla aún no hecho en este puesto, pese a lo cual le dio algún disgusto. Timor, magnífico toda la tarde ayudado, en algunos momentos, por la suerte.
Comenzó el encuentro con dominio alterno, más acentuado por la parte local. En este periodo, ambos conjuntos pierden claras ocasiones de marcar. A los 16 minutos, en plena ofensiva blanca, un centro chut de Pinilla, desde casi la banda, entra a gol sin que el portero levantino pueda impedirlo. En los graderíos, repletos de público, se espera con temor la reacción valenciana, que sin embargo no llega. Tini y Rabadán se convierten en dueños del centro del campo, creando sus pases numerosas acciones de peligro. Tres de ellas, a remates sucesivos de Chas, Vallejo y Miche, a puerta batida, son salvadas in-extremis por Timor.
A los 44 minutos, en un pase de Rabadán a Chas, dribla este en un palmo de terreno a Sendra y cede a Vallejo, quien sobre la marcha empalma un durísimo disparo desde dos metros que convierte en el segundo gol local. Contra lo que se espera, la velocidad del juego local aumenta, y la reacción valenciana continúa sin llegar. A los 72 minutos, después de un barullo ante la meta valenciana, Miche entrega la pelota a Vallejo, que se halla en la misma posición que cuando marcó el segundo gol, y de idéntica manera cierra el marcador. Hasta la terminación del encuentro el juego es alterno, con más peligro de los avances locales y faltando escasos minutos y después de una brillante jugada de toda la delantera, está a punto de conseguir el equipo local el tanteo, pero Timor desbarata esta última ocasión. El arbitraje del catalán Sanz fue discreto.