Ficha de partido: 22.12.1940: Valencia CF 3 - 1 FC Barcelona

Ficha de partido

Valencia CF
Valencia CF
3 - 1
FC Barcelona
FC Barcelona

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Mundo SuárezAsist: Epi Fernández
5'
Mundo SuárezAsist: Amadeo Ibáñez
10'
Gracia
36'
Descanso
45'
Epi Fernández
81'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Mestalla
Aforo: 55.000 espectadores
Ubicación: Valencia (Valencia) 
Inauguración: 20/05/1923

Rival: FC Barcelona

Records vs FC Barcelona

Máximo goleador: Mundo Suárez (18 goles)
Goleador rival: Messi (31 goles)
Mayor victoria: 4 - 0 (18.04.1979)
Mayor derrota: 0 - 7 (03.02.2016)
Más repetido: 1-1 (36 veces)

Crónica

Grandioso escenario el de Mestalla para recibir a un Barcelona recuperado. Atestado el graderío, repleta la gran tribuna con sus pasillos de acceso completamente intransitables. Un gentío comentando apasionadamente las posibilidades de su equipo y mirando reiteradamente a un marcador enigmático que ostenta los cinco anillos simbólicos, artísticamente combinados con las casillas esfinge... El todo Valencia se hallaba interesado en el pleito sensacional y se hacía solidario de la angustia de jugadores y dirigentes valencianistas. Se iba a echar la suerte de los suyos.

Los preparativos de la gran gala, se cortan bruscamente por el estallido de una galante ovación. El Barcelona había hecho su aparición. Y casi inmediatamente el estruendo airado de una silba fenomenal. Unos aplasos tímidos de la comprensiva minoría que no rompe el carnet, luchaba denodada e inútilmente para contrarrestar la protesta. El número uno, don Pedro Escartín, no se hace esperar. Y tampoco el sorteo, que pierde el Valencia. Y ya tenemos a los blancos ofreciéndonos lo más sensacional de la tarde: un ataque en tromba, desenfrenado, premeditado en Buñol durante toda una semana de reclusión y meditación. Lo esperaba el Barcelona y quiere anularlo con la precisión del pase corto, pero aquello lleva el cuño de lo irresistible y los peligros se suceden ante el portal catalán, donde Nogués y sus zagueros se multiplican sin dudas ni desmayos.

Lo inevitable se consigna en el marcador a los cinco minutos: un centraje genial, de indiscutible internacional, obra de Epi, coge a Mundo estupendamente colocado, para que pueda fusilar el primer tanto de la tarde. Mestalla se hunde de entusiasmo; se enardecen los blancos con la primera sonrisa del éxito y vuelven a la carga derrochando el gas y entusiasmo de vértigo. Vuelve a repetirse el disco de la defensa homérica del trío barcelonista, mientras el cuadro azulgrana emplea el pase largo a los exteriores, probando prematuramente fortuna, porque aun tienen los valencianos carburante para sostener su ataque de vértigo. Cinco minutos más y el segundo tanto valenciano queda fichado en el tanteador, volviendo a fusilar Mundo, un pase de Amadeo. Pocos, muy pocos minutos después, el Valencia se entrega a las huestes catalanas y sale a relucir el juego que venció al Madrid y aplastó al Sevilla, pero no la delantera con acierto y eficacia que vimos en dichos lances ligueros.

Los blancos buscan refugio en la dureza excesiva, y pese a ello, los barcelonistas ponen cátedra de juego raso, preciso, desconcertante, de la escuela catalana, que brilló en tiempos de grato recuerdo. Y el marcador no podía menos que hacer justicia a los visitantes, otorgándoles su primera y única sonrisa por obra de un tiro sesgado de Gracia, que se cuela por la base del poste. Pero estaba escrito que el meta valenciano pasaría el resto del partido viendo jugar placenteramente en su zona con escasas intervenciones. Nos sorprendió el descanso esperando la ocasión aislada, la jugada de fugaz inspiración que anulara el leve desnivel del marcador.

En el segundo tiempo dominaron los azulgranas, pero ya no tuvo su juego la brillantez de la primera mitad. Chispazos de una suciedad innecesaria, delantera invisible, el Valencia sin línea media... mal humor. Escartín es la víctima propiciatoria y escucha lo que no se merece. Diez minutos finales. El Valencia totalmente acorralado, tira pelotas fuera, remolonea en los saques y Escartín descuenta cronómetro en mano. Se masca el dos a dos por una chispa de acierto final, y he aquí que llega la sorpresa de la tarde. En un despeje de la zaga levantina, que recoge Epi en el centro del campo, falla al quite la zaga catalana, escapa si persecución el donostiarra y fusila a placer a Nogués, que intentaba lanzarse inútilmente a sus pies.

Ha ganado el Valencia los dos puntos que tanta falta le hacían con poco juego, mucha suerte y diez minutos de auténtica furia española, que humanamente no podían prorrogarse más. Era lo que se trataba de demostrar: la posibilidad de puntuar teniendo la moral débil, el público de uñas y un visitante de máximo peligro. De momento, el Valencia ha salvado un trance de compromiso.