Ficha de partido: 15.02.2004: Real Madrid 1 - 1 Valencia CF

Ficha de partido

Real Madrid
Real Madrid
1 - 1
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Carlos Marchena
31'
Guti
35'
Míchel Salgado
37'
David Albelda
43'
Beckham
45'
Descanso
45'
Javier Garrido
60'
Ricardo OliveiraMiguel Ángel Mista
66'
Figo
69'
Roberto AyalaAsist: Miguel Ángel Angulo
74'
Francisco RufeteMiguel Ángel Angulo
78'
PortilloSolari
78'
Curro TorresPablo Aimar
90'
Amedeo Carboni
92'
Figo (Pen.)
92'
Vicente Rodríguez
93'
Final del partido
94'

Estadio



Nombre: Santiago Bernabéu
Aforo: 85.454 espectadores
Ubicación: Madrid (Madrid) 
Inauguración: 14/12/1947

Rival: Real Madrid

Records vs Real Madrid

Máximo goleador: Mundo Suárez (13 goles)
Goleador rival: Raúl (17 goles)
Mayor victoria: 6 - 0 (09.06.1999)
Mayor derrota: 1 - 7 (23.08.1990)
Más repetido: 1-2 (27 veces)

Crónica

Inevitable. La sensación de robo, una vez más, vuelve a planear sobre los corazones de los valencianistas tras empatar el encuentro que tenían ganado.

Cuando el partido ya se encontraba en los minutos de prolongación una caída de Raúl ante la presencia de Marchena trajo consigo que el árbitro Tristante Oliva señalase como penalti –a instancias de su ayudante–, algo que nadie había visto. De nada sirvieron las protestas de los valencianistas. Así fue como a través de Figo el Madrid salvaba la cara en el último segundo de un modo totalmente inmerecido. El Valencia, por méritos propios, tenía ganado el partido. Tristante Oliva había acumulado durante los noventa minutos errores y virtudes, pero sus decisiones no habían sido decisivas. Sin embargo, se convirtió en protagonista.

El Santiago Bernabéu, con el privilegiado palco que posee, ha vuelto a ser el escenario sobre el que el pez grande se come al chico sin miramiento alguno. La indignación colectiva de los valencianistas estaba a todas luces justificadas en función de lo que sucedió sobre el terreno de juego. Tristante Oliva y su ayudante impidieron que el Valencia diese en el Bernabéu el golpe de autoridad que llevaba años deseando. Le privaron de conseguir una victoria que le hubiera servido para recuperar la posición de líder y, precisamente, a costa del Madrid, al que superó con absoluta claridad en los últimos treinta minutos de partido. El Valencia reunió méritos y argumentos suficientes para haber conseguido una clara victoria que, de haberla podido materializar, hubiese dejado al Madrid en delicada posición.

Pese a todo, el Valencia sale del recinto madridista con la vitola de ser un claro candidato al título de Liga siempre y cuando las decisiones arbitrales le respeten en los encuentros que faltan hasta la conclusión del campeonato. Anoche supo jugarle al Madrid en todo momento, no sufrió cuando el balón estaba en poder del adversdario y su planteamiento y situación en el campo impidieron que Raúl y Ronaldo tuvieran protagonismo. El primero apareció lo justo, mientras el segundo estuvo completamente desaparecido. Pese a todo el Valencia le gana al Madrid en el gol average, pero la semana estará marcada por la indignación que produce ver como un partido que está ganado, donde se ha demostrado superioridad, un denominado error humano vuelve a favorecer al Madrid, cuya leyenda sigue aumentando en el sentido de que su trayectoria siempre estuvo favorecida por el poder establecido. El equilibrio marcó el desarrollo del primer tiempo. Dos equipos que sabían lo que se jugaban y ninguno quiso conceder ventaja al otro. Esta circunstancia trajo consigo que la emoción y la intensidad en el partido dejase en segundo plano la calidad y las jugadas vistosas.

El equilibrio, no obstante, no quedó reflejado en cuanto a las ocasiones de gol, por cuanto sucedió lo mismo que en el pasado encuentro de Copa. El Valencia dispuso de las opciones más claras, sobre todo por medio de Vicente que al llegar al minuto 22 recibió en buenas condiciones un pase de Aimar que no pudo finalizar al salir el balón excesivamente cruzado. Fue la oportunidad más clara de las tres que dispuso el equipo valencianista en esta primera fase. El Madrid recurrió a su peculiar estilo de juego, que no es otro que disponer de la posesión del balón y pasárselo de un jugador a otro en infinidad de ocasiones buscando en último término el pase en profundidad a Raúl o Ronaldo, pero en esta ocasión no surtió efecto por el sentido de la anticipación de Ayala y Marchena, que dejaron sin oxígeno y metros a ambos delanteros.

El Valencia ofrecía su mejor imagen cuando el balón pasaba por los pies de Aimar y este construía la jugada. Así fue como se crearon la mayoría de los peligros. Aimar desde el inicio se mostró muy participativo, dejando entrever sus ganas de liderar al equipo. La pared que hizo con Mista y que dejó a este solo ante Casillas cuando apenas habian transcurrido sesenta segundos mereció mejor suerte, pero el árbitro, a instancias de su ayudante, señaló un ajustadísimo fuera de juego. El poder ofensivo madridista estuvo concentrado en los primeros minutos en la capacidad que tuvo Figo para desequilibrar a Carboni. Pero a renglón seguido la mayoría de los disparos realizados a la portería de Cañizares fueron como consecuencia de faltas al borde del área. En este aspecto, cuatro fueron las que sufrió el equipo valenciano, no siempre ajustadas a la realidad. En cambio, sólo dispuso de una falta a favor en parecidos términos, que Baraja envió por encima del larguero de la meta de Casillas.

Tras el descanso el Real Madrid jugó con el corazón, pero sin la claridad de ideas necesaria como para encontrar el gol, mientras que el Valencia estuvo más fluído en el desarrollo del juego y, encima, Ayala acertó en el remate al saque de esquina. En los de Benítez se vio mayor frescura física, lo cual le sirvió para impedir verse superado por unos jugadores que pusieron empeño, pero cuyas ideas no se vieron realizadas por la pesadez de sus piernas.