Ficha de partido: 07.06.1928: Valencia CF 1 - 2 Racing de Santander

Ficha de partido

Valencia CF
Valencia CF
1 - 2
Rac. Santander
Rac. Santander

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Óscar
25'
Picolín ReigAsist: Arturo Montes
34'
Descanso
45'
Santi (Pen.)
78'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Mestalla
Aforo: 55.000 espectadores
Ubicación: Valencia (Valencia) 
Inauguración: 20/05/1923

Rival: Rac. Santander

Records vs Rac. Santander

Máximo goleador: José Vilanova (7 goles)
Goleador rival: Cisco (9 goles)
Mayor victoria: 8 - 1 (03.10.1954)
Mayor derrota: 0 - 5 (31.03.1935)
Más repetido: 1-2 (13 veces)

Crónica

Ayer por la tarde le correspondió al Racing jugar contra el Valencia, cumpliendo así el programa trazado por la Liga. Buen once el Montañés, que en su primera actuación frente al Español hizo un partido excelente, y el anuncio de que en el cuadro valenciano figurarían elementos nuevos, atrajo un contingente considerable de espectadores. Y no será necesario que digamos que, sobre este último, versaron todos los comentarios antes del encuentro.

Debutaron en la zaga valencianista dos muchachos, según noticias procedentes de Pasajes, y en el ataque el interior izquierda, madrileño. Aquéllos, así nos lo dijeron, del Pasayako, y el de la villa, lo ignoramos. Debutó también, no recordamos haberle visto actuar en Valencia, un árbitro del centro, el señor Rodríguez. Y adelantamos, porque el tiempo apremia y el espacio es poco, que árbitro y jugadores anduvieron por el estilo, pero un estilo de los peores... Tan sólo Garay, el interior izquierda debutante, se puede salvar del juicio, pues este muchacho, cediendo balones, pasándolos a los compañeros, borró un tanto su clase, bastante fina. Así lo vimos y por el match que jugó ayer no le creemos, ni mucho menos, jugador de clase para el Valencia.

Que en cuanto a los otros jugadores, decepcionaron desde el principio. Uno de ellos, Zozaya, hubo de retirarse apenas iniciado el juego, y a juicio nuestro Olalla debió imitarle. No cabe la disculpa del azoramiento natural ni causas parecidas. Esto puede apreciarse en todos los debutantes, pero también destellos de buen jugador, de dominio de juego. Y especialmente en Zozaya y Olalla, no existió nada de ésto. En fin, por lo que respecta a estos debutantes, hay que creer que imperará esta vez el buen juicio. A menos que esos muchachos, más serenos, tal vez con un poco de entrene, demuestren ser otra cosa.

Comenzó el partido, atacando bien el Racing, que supo aprovechar la débil defensa valencianista, y a los pocos minutos de juego marcó el primer tanto a su favor. Fue el chutador Óscar, que remató así un avance superiormente combinado. Siguió el primer tiempo jugando ambos onces con tesón e interés, pero en el Valencia, a medida que transcurrieron los minutos iba en aumento el desacierto. Mal los medios, en los que únicamente tuvo una actuación completa Hernández, destacando el juego pobre que desplegó Amorós.

Y el ataque se exhibió a tono con el resto del once, en el que Reyes y Pedret se mostraron los jugadores de siempre. Pobre conjunto el Valencia, peor sus individualidades de ayer, excepto los mentados, al once montañés le hubiera sido fácil el batirle a no ser Pedret y Reyes. Jugaron bien, corroborando la impresión que causaron el domingo anterior, tanto en el conjunto como el puerta Raba, Loredo y Óscar, que anduvo voluntarioso y chutador.

El empate se produjo a los 34 minutos de juego. Fue un buen avance del Valencia. Amorós sirvió un pase medido a la cabeza de Montes, quien lo desvió lentamente hacia Picolín. Este metió su testa al mismo tiempo que salía Raba y evitando la acometida de éste, envió el esférico a las mallas. El empate lo deshizo Amorós ocasionando un penalty que Santi convirtió en goal. Y así, con dos tantos a uno a favor del Racing, terminó el encuentro, que en conjunto fue pobre de calidad, abundando las suciedades. El árbitro Rodríguez debió aprender en las mismas fuentes que su colega, el holandés, del match Italia-España, el de los siete a uno. ¡Señores, y cuántos desaciertos!