Ficha de partido
Valencia CF
0 - 0
FC Barcelona
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Descanso
45'
David Silva
52'
Éver Banega
62'
David Albelda
68'
Miku FedorJérémy Mathieu
71'
David Navarro
73'
BojanPedro
78'
Piqué
79'
BusquetsXavi
80'
Miguel Brito
86'
Hedwiges MaduroDavid Albelda
88'
Rubén BarajaDavid Silva
89'
Dani Alves
90'
Final del partido
91'
Estadio
Rival: FC Barcelona
Records vs FC Barcelona
Máximo goleador: Mundo Suárez (18 goles)
Goleador rival: Messi (31 goles)
Más partidos: Juan Ramón Santiago (36 partidos)
Mayor victoria: 4 - 0 (18.04.1979)
Mayor derrota: 0 - 7 (03.02.2016)
Más repetido: 1-1 (36 veces)
Crónica
El Barcelona de los récords se escapó vivo de Mestalla ante un Valencia ambicioso y con personalidad, dirigido por un excepcional Silva, apoyado por un gran trabajo colectivo, plantó cara al conjunto de Guardiola y gozó de claras ocasiones para llevarse los tres puntos. La ausencia de Villa sólo se notó en la falta de acierto final en el remate. Pero no quita mérito al sobresaliente papel de los locales en un clásico de altura, que no registraba un empate sin goles desde hace 40 años.
Emery dominó la partida de ajedrez a Guardiola durante la primera mitad. Los dos equipos jugaron sin una referencia clara en ataque —Villa fue descartado finalmente e Ibrahimovic fue suplente—, pero fue el Valencia, atento en la presión y preciso en ataque, quien mejor se desenvolvió. Durante más de media hora mantuvo al Barça contra las cuerdas, negándole la pelota y el protagonismo. Apenas se había disputado un minuto cuando, después de un robo de pelota en el centro del campo, Pablo se plantó sólo ante Víctor Valdés, quién le adivinó el remate. La actuación del meta barcelonista también sería decisiva para atajar una escapada de Mata. Los tres «bajitos» valencianistas amargaron a la zaga «culé», desorientada en el marcaje ante la falta de un ariete clásico en las filas locales. Todos los ataques pasaban por los pies de Silva, amo y señor, y que incluso apretó los dientes para seguir jugando pese a un doloroso golpe en el costado.
Sólo rebasada la media hora, en la que el Valencia rebajó mínimamente su intensidad, el Barcelona restableció el equilibrio, pero sin sentirse nunca cómodo. Iniesta sólo ofrecía destellos, a Xavi le costaba maniobrar y Messi no encontraba su sitio por el centro.
En la reanudación el partido se abrió y el desgaste físico propició que los dos conjuntos pisaran mucha área. Sobre todo el Barça, que despertó y empezó a triangular la pelota con mucho peligro por las inmediaciones de César. Messi probó al meta extremeño con un fuerte chut desde el vértice del área y Miguel desvió milagrosamente un disparo a bocajarro de Pedro. Cuando peor pintaban las cosas, Pablo se inventó un disparo desde 50 metros que casi sorprende a Valdés. Casi a continuación, Valdés volvía a salvar al Barcelona al taponar un chut de Silva. La afición aumentaba sus decibelios contagiada por las artes cancheras de Dani Alves, un fenomenal futbolista enemistado con la grada de Mestalla desde que militara en el Sevilla. Emery tampoco lanzaba otro mensaje ambicioso desde el banquillo al colocar a Miku. No hubo tregua ni en los minutos de añadido, pero no llegó el ansiado gol valencianista. Aunque no se ganó, Mestalla tributó a los suyos —especialmente a Albelda cuando se retiró lesionado— la ovación de las grandes noches.
Emery dominó la partida de ajedrez a Guardiola durante la primera mitad. Los dos equipos jugaron sin una referencia clara en ataque —Villa fue descartado finalmente e Ibrahimovic fue suplente—, pero fue el Valencia, atento en la presión y preciso en ataque, quien mejor se desenvolvió. Durante más de media hora mantuvo al Barça contra las cuerdas, negándole la pelota y el protagonismo. Apenas se había disputado un minuto cuando, después de un robo de pelota en el centro del campo, Pablo se plantó sólo ante Víctor Valdés, quién le adivinó el remate. La actuación del meta barcelonista también sería decisiva para atajar una escapada de Mata. Los tres «bajitos» valencianistas amargaron a la zaga «culé», desorientada en el marcaje ante la falta de un ariete clásico en las filas locales. Todos los ataques pasaban por los pies de Silva, amo y señor, y que incluso apretó los dientes para seguir jugando pese a un doloroso golpe en el costado.
Sólo rebasada la media hora, en la que el Valencia rebajó mínimamente su intensidad, el Barcelona restableció el equilibrio, pero sin sentirse nunca cómodo. Iniesta sólo ofrecía destellos, a Xavi le costaba maniobrar y Messi no encontraba su sitio por el centro.
En la reanudación el partido se abrió y el desgaste físico propició que los dos conjuntos pisaran mucha área. Sobre todo el Barça, que despertó y empezó a triangular la pelota con mucho peligro por las inmediaciones de César. Messi probó al meta extremeño con un fuerte chut desde el vértice del área y Miguel desvió milagrosamente un disparo a bocajarro de Pedro. Cuando peor pintaban las cosas, Pablo se inventó un disparo desde 50 metros que casi sorprende a Valdés. Casi a continuación, Valdés volvía a salvar al Barcelona al taponar un chut de Silva. La afición aumentaba sus decibelios contagiada por las artes cancheras de Dani Alves, un fenomenal futbolista enemistado con la grada de Mestalla desde que militara en el Sevilla. Emery tampoco lanzaba otro mensaje ambicioso desde el banquillo al colocar a Miku. No hubo tregua ni en los minutos de añadido, pero no llegó el ansiado gol valencianista. Aunque no se ganó, Mestalla tributó a los suyos —especialmente a Albelda cuando se retiró lesionado— la ovación de las grandes noches.