Ficha de partido
Valencia CF
0 - 1
Real Sociedad
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Descanso
45'
Górriz
50'
FuentesLoren
69'
Beguiristain
71'
Antonio MontesJosé Miguel Torres
80'
Paco CamarasaJon García
85'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Real Sociedad
Records vs Real Sociedad
Máximo goleador: Mundo Suárez (21 goles)
Goleador rival: Satrústegui (10 goles)
Más partidos: Vicente Seguí (24 partidos)
Mayor victoria: 7 - 0 (15.09.1940)
Mayor derrota: 0 - 7 (06.05.1928)
Más repetido: 0-1 (20 veces)
Crónica
En un partido claramente marcado por la presión de las líneas del centro del campo, la Real Sociedad prosiguió su impresionante escalada, sumando dos nuevos puntos y dejando al Valencia en incómoda situación, con números rojos. Pero hay que aceptar que esta Real Sociedad practica un juego dinámico, fuerte y que hace daño. No perdona, y así lo demostró en el estadio Luis Casanova a través de un partido que quizás el Valencia no mereció perder pero que una vez consumado el resultado no puede ponérsele grandes peros.
Arbitró el colegiado andaluz, Alfonso Álvarez, debutante en Primera, que lo hizo francamente bien. El partido transcurrió por cauces deportivos y no tuvo necesidad de sacar genio. Mostro la catulina amarilla a Górriz. El único gol del partido llegó en el minuto 26 de la segunda parte. En pleno acoso de la Real Sociedad, Zamora lanza un disparo que Sempere despeja apuradamente, vuelve a disparar contra el marco Bakero II, intercepta la trayectoria un defensa valencianista y, finalmente, Beguiristain acaba llevando el balón a las mallas.
También hay que tener presente que las bajas que arrastra el Valencia son de grueso calibre: Bossio, Quique y Madjer conllevan, en el terreno de juego, gran parte del peso de todo el equipo. Esto lo acusa Di Stéfano a la hora de lanzar una alineación a la guerra y aunque quienes actuaron en la tarde de este domingo lo hicieron con dignidad, la calidad de los tres hombres mencionados es incuestionable.
Así las cosas, el Valencia intentó sujetar a las piezas clace de la Real pero el dinamismo de José Mari Bakero, Larrañaga, López Rekarte y Beguiristáin podían con todo. Uría utitizaba el carril izquierdo para proyectarse en ataque cuantas veces podía, en relevos con López Rekarte y en general, todo el cuadro donostiarra daba sensación de bloque homogéneo. Si a todo ello, añadimos que Ricardo Arias arrastraba una sanción federativa, se entiende más que ese fútbol práctico, insistente de los vascos obtuviera su premio y la muestra es cómo dispararon tres veces seguidas, tras los consiguientes rechaces, hasta acabar derrumbando el muro blanco que guarnecía a Sempere.
Lógico, por tanto, que John Toshack insistiera en la superioridad de su equipo cuando al término del encuentro una avalancha de informadores le preguntara por la imparable ascensión de la Real, pero también hay que darle su parte de razón a Di Stéfano, que hizo hincapié en la mayor justicia de un empate. Porque el Valencia no mereció perder. Lo que pasa es que esta Real, no perdona.
Arbitró el colegiado andaluz, Alfonso Álvarez, debutante en Primera, que lo hizo francamente bien. El partido transcurrió por cauces deportivos y no tuvo necesidad de sacar genio. Mostro la catulina amarilla a Górriz. El único gol del partido llegó en el minuto 26 de la segunda parte. En pleno acoso de la Real Sociedad, Zamora lanza un disparo que Sempere despeja apuradamente, vuelve a disparar contra el marco Bakero II, intercepta la trayectoria un defensa valencianista y, finalmente, Beguiristain acaba llevando el balón a las mallas.
También hay que tener presente que las bajas que arrastra el Valencia son de grueso calibre: Bossio, Quique y Madjer conllevan, en el terreno de juego, gran parte del peso de todo el equipo. Esto lo acusa Di Stéfano a la hora de lanzar una alineación a la guerra y aunque quienes actuaron en la tarde de este domingo lo hicieron con dignidad, la calidad de los tres hombres mencionados es incuestionable.
Así las cosas, el Valencia intentó sujetar a las piezas clace de la Real pero el dinamismo de José Mari Bakero, Larrañaga, López Rekarte y Beguiristáin podían con todo. Uría utitizaba el carril izquierdo para proyectarse en ataque cuantas veces podía, en relevos con López Rekarte y en general, todo el cuadro donostiarra daba sensación de bloque homogéneo. Si a todo ello, añadimos que Ricardo Arias arrastraba una sanción federativa, se entiende más que ese fútbol práctico, insistente de los vascos obtuviera su premio y la muestra es cómo dispararon tres veces seguidas, tras los consiguientes rechaces, hasta acabar derrumbando el muro blanco que guarnecía a Sempere.
Lógico, por tanto, que John Toshack insistiera en la superioridad de su equipo cuando al término del encuentro una avalancha de informadores le preguntara por la imparable ascensión de la Real, pero también hay que darle su parte de razón a Di Stéfano, que hizo hincapié en la mayor justicia de un empate. Porque el Valencia no mereció perder. Lo que pasa es que esta Real, no perdona.