Ficha de partido: 18.05.1986: RCD Espanyol 1 - 1 Valencia CF

Ficha de partido

RCD Espanyol
RCD Espanyol
1 - 1
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Descanso
45'
Emilio FenollSixto Casabona
45'
ForcadellJiménez
45'
Juanjo JuárezAntonio Montes
45'
ZúñigaLauridsen
45'
Pineda
48'
Maldonado
51'
Salvador Revert
54'
Salvador Revert
60'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Sarriá
Aforo: 44.000 espectadores
Ubicación: Barcelona (Barcelona) 
Inauguración: 18/02/1923 (Demolido en 1997)

Rival: RCD Espanyol

Records vs RCD Espanyol

Máximo goleador: Mundo Suárez (21 goles)
Goleador rival: Prat (9 goles)
Mayor victoria: 4 - 0 (19.10.2003)
Mayor derrota: 0 - 7 (10.06.1928)
Más repetido: 2-1 (25 veces)

Crónica

Partido de vuelta de la segunda eliminatoria de la Copa de la Liga disputado en el Estadio de Sarriá. Apenas 10.000 espectadores, con millón y medio de recaudación. Un minuto de silencio en memoria de Joan Roca, presidente de la Penya Blanc Blava de Mataró. La supuesta fobia antivalencianista se quedó en tenues protestas al aparecer los jugadores y en algún momento del partido. El árbitro retrasó el comienzo del segundo tiempo y detuvo el juego en el minuto 58 porque se habían lanzado algunos objetos sobre el área de Bermell. Arbitró Lamo Castillo, del colegio castellano. No tuvo grandes problemas en su último partido en Sarriá, pues deja el arbitraje, por lo que recibió una placa. La dureza no tuvo continuidad. Le bastaron unas advertencias verbales y dos tarjetas, por desconsideración con un contrario, a Maldonado y Revert.

Goles: 1-0, 48 minutos. En el descuento del primer tiempo, Lauridsen centra desde la izquierda, toca Giménez y marca Pineda también de cabeza. 1-1, 57 minutos. Tras un par de regates, Revert sorprende a N'Kono colándole el balón con la izquierda desde unos 35 metros.

Corría el minuto 12 del segundo tiempo. Revert cruzaba la línea central del campo con el balón, no muy lejos de la banda izquierda y rodeado de varios contrarios que no se atrevían a entrarle disparó a puerta desde unos 35 metros como mínimo de la línea de gol. En teoría el lanzamiento no debía llevar peligro, pero N'Kono estaba no sólo adelantado, Sino además mal centrado respecto a su portería, y cuando corrió hacia atrás para rectificar era tarde. El balón se había colado a su derecha. Era el gol del que sería definitivo empate a uno y, más que eso, el que convencía todos los blanquiazules, jugadores y aficionados, de que era misión imposible eliminar al Valencia.

Pero lo cierto es que los jugadores del Valencia venían con las ideas muy claras y los intentos de sorprender en lejanos lanzamientos a un N'Kono ya no muy inspirado en Valencia y permanentemente adelantado en los noventa minutos de ayer eran uno de sus claros objetivos. Ya estuvo a punto de conseguirlo Subirats, en falta directa, también desde unos 35 metros, cuando llevábamos sólo 8 minutos. En esa ocasión, su agilidad salvó al camerunés, que pudo desviar el balón por encima del travesaño. Al margen del anterior, las otras tres consignas de Di Stéfano a los suyos fueron éstas: no acumular muchos hombres atrás, perder la mayor cantidad de tiempo posible y acudir siempre a tapar los saques de banda lanzados por Orejuela, que han venido siendo uno de los grandes sistemas de ataque del Español, al que han proporcionado no pocos goles a lo largo de la temporada.

Menudearon esos saques de banda, igual que los lanzamientos largos (de setenta metros o más) de N'Kono y, en menor medida, de Gallart. En este sentido, las características del partido no podían engañar a nadie. Ya en el saque inicial, el Español dejó el balón atrás para que su defensa libre lo despidiera de un fuerte patadón hasta el área visitante hacia la que se habían lanzado ya, nada más silbar el árbitro, muchos de sus compañeros.

Pese a tan buenos deseos ofensivos, para que el Español consiguiera un gol (que a la postre sería el único) fue necesario que Lamo Castillo esperara casi cinco minutOs más allá de los 45 (casi cinco minutos) antes de señalar el fiñal del primer período, sin causa aparente que justificara tanta tardanza, aunque el árbitro miraba ostensiblemente su cronómetro cada vez que el Valencia quería perder tiempo. Estábamos así en el minuto 48 cuando un cabezazo de Pineda, trastocar el balán Orejuela, también de cabeza, batía a Bermell.

No era la primera vez que Pineda llevaba el balón a las redes visitantes. Pero en la primera (minuto 25) lo había hecho con la mano. Cucamente, eso sí, pero no lo suficiente para engañar al árbitro. El vuelo que habría necesitado para llegar al balón con la cabeza resultaba a todas luces inhumano. A los 21 minutos el propio Pineda había desaprovechadu ona buena oportunidad, cabeceando muy lejos del marco un balón que habría podido parar con el pecho y rematar con el pie, porque estaba sólo, igual que Orejuela a los 5 minutos. Un cañonazo de Giménez, en falta directa, con balón fuera junto al poste, cerraba en el minuto 28 la lista de remates blanquiazules cercanos al gol, que se reanudaría tras el descanso, a los 2 minutos, en otra falta sacada en corto sobre Orejuela, cuyo fuerte disparo atajó Bermell.

Le quedaban dos goles de ventaja al Valencia, pero el Español atacaba con cierto peligro y quien más quien menos todo el mundo confiaba en que si llegaba el segundo tanto local saldrían a relucir los nervios de un equipo marcado aún por su reciente descenso a Segunda podría venir el tercero y en la prórroga. Era el cuento de la lechera y el sorprendente gol de Revert vino a enmudecer al público. La eliminatoria se terminó cuando quedaban aún 33 minutos de partido. Más lo que el árbitro quisiera descontar, que esta vez sería dos minutos. Con el 1-1, el Español se convenció de que todo estaba perdido. Su juego perdió fluidez ha falta de convicción menguó mucho también la agresividad general, con excepciones como la de Mauri. También Azcargorta se hizo esperar más de la cuenta en su última decisión como entrenador blanquiazul y Zúñiga y Forcadell estuvieron mucho más tiempo calentando en la banda que jugando en el campo.