Ficha de partido
Valencia CF
1 - 3
FC Barcelona
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
John Carew
43'
Mendieta (Pen.)
44'
Descanso
45'
Juan SánchezFrancisco Rufete
55'
SorínSaviola
65'
Borja CriadoGonzalo De los Santos
68'
Puyol
69'
Amedeo Carboni
71'
Kluivert (Pen.)
73'
David AlbeldaKily González
78'
Overmars
78'
RiquelmeOvermars
79'
GerardMendieta
82'
Juan Sánchez (Pen.)
83'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: FC Barcelona
Records vs FC Barcelona
Máximo goleador: Mundo Suárez (18 goles)
Goleador rival: Messi (31 goles)
Más partidos: Juan Ramón Santiago (36 partidos)
Mayor victoria: 4 - 0 (18.04.1979)
Mayor derrota: 0 - 7 (03.02.2016)
Más repetido: 1-1 (36 veces)
Crónica
El Valencia queda condenado a jugar la Copa de la UEFA tras perder ante un Barça superior. Puentes Leira pitó dos penaltis en contra y expulsó a Carew y Carboni con roja directa.
El Valencia cerró la temporada en Mestalla de la peor manera posible. Lo perdió todo. El partido ante el Barça y sus últimas opciones de jugar la Liga de campeones. La derrota condena al equipo a jugar la Copa de la UEFA la próxima temporada. Lo de ayer fue una pesadilla. Dos penaltis en contra, dos expulsiones, y la venganza deportiva del futbolista más odiado del momento: Mendieta. En su regreso a Mestalla, el murciélago del escudo -¡que gran partido el suyo!- jugó todo lo que no lo hizo en Italia y recordó al de antaño. Pero lo hizo con la camiseta del Barça. El Valencia perdió el partido en el último minuto de la primera mitad. Cuando Mendi marcó de penalti y Puentes Leira mandó a la ducha a Carew por protestar. Y eso que hasta entonces, tampoco el Valencia hizo ningún alarde. Es más, siempre fue a remolque y bailó al ritmo que marcó un Barça muy superior. Fue mejor en todo. El equipo de Rafa Benítez corrió mucho, pero siempre detrás de la pelota. Sin tocarla ni con la mano. El control, el dominio, y las ocasiones fueron para el conjunto azulgrana. Con un centro del campo que impuso la velocidad que más le convenía, el Barça hizo lo que quiso con un Valencia que sufrió demasiado.
Sin la presión necesaria para quitarle el balón a un equipo como el Barça que vive de ello, ni la organización ni el criterio adecuado para atacar por los muchos espacios que dejaba la defensa azulgrana, el Valencia se salvó de encajar un gol hasta el minuto 45 porque encontró en Cañizares a su salvador. El portero, ayer brillante, sacó un par de manos impecables a remates que ya se colaban. También Kily tuvo que achicar desde la línea otro de los remates que ya estaban dentro. Pero el castigo a una primera mitad horribilis llegó en el último minuto con el penalti de Marchena a Mendieta, clarísimo, y la vengativa ejecución del murciélago, frio como el hielo pese a la pitada, por el centro de la portería. Como casi siempre.
Con el uno a cero en contra, y sin Carew, expulsado, el Valencia lo tenía demasiado cuesta arriba. Pero Benítez movió el banquillo. Metió a Sánchez en el campo para darle mayor profundidad a su equipo. En el primer balón que tocó, sirvió en bandeja el tanto del empate a Aimar pero el argentino no supo resolver el uno contra uno ante Valdés. El Valencia se había animado. Un espejismo. Porque la segunda cruz, la que mató al Valencia, llegó mediada la segunda parte. Cuando el equipo de Benítez le había tomado el aire al partido. Un contragolpe de Luis Enrique acabó en penalti, marcado por Kluivert, y con la expulsión de Carboni. Con 0-2 en el marcador, y nueve futbolistas , la afición decidió abandonar Mestalla.Todavía faltaban veinte minutos. Porque se temía lo peor. Y eso fue el tercer gol, de Overmars. A partir de ese momento, y con el grito de «penalti, penalti» en la grada, Sánchez maquilló el resultado desde el punto de penalti, claro.
El Valencia cerró la temporada en Mestalla de la peor manera posible. Lo perdió todo. El partido ante el Barça y sus últimas opciones de jugar la Liga de campeones. La derrota condena al equipo a jugar la Copa de la UEFA la próxima temporada. Lo de ayer fue una pesadilla. Dos penaltis en contra, dos expulsiones, y la venganza deportiva del futbolista más odiado del momento: Mendieta. En su regreso a Mestalla, el murciélago del escudo -¡que gran partido el suyo!- jugó todo lo que no lo hizo en Italia y recordó al de antaño. Pero lo hizo con la camiseta del Barça. El Valencia perdió el partido en el último minuto de la primera mitad. Cuando Mendi marcó de penalti y Puentes Leira mandó a la ducha a Carew por protestar. Y eso que hasta entonces, tampoco el Valencia hizo ningún alarde. Es más, siempre fue a remolque y bailó al ritmo que marcó un Barça muy superior. Fue mejor en todo. El equipo de Rafa Benítez corrió mucho, pero siempre detrás de la pelota. Sin tocarla ni con la mano. El control, el dominio, y las ocasiones fueron para el conjunto azulgrana. Con un centro del campo que impuso la velocidad que más le convenía, el Barça hizo lo que quiso con un Valencia que sufrió demasiado.
Sin la presión necesaria para quitarle el balón a un equipo como el Barça que vive de ello, ni la organización ni el criterio adecuado para atacar por los muchos espacios que dejaba la defensa azulgrana, el Valencia se salvó de encajar un gol hasta el minuto 45 porque encontró en Cañizares a su salvador. El portero, ayer brillante, sacó un par de manos impecables a remates que ya se colaban. También Kily tuvo que achicar desde la línea otro de los remates que ya estaban dentro. Pero el castigo a una primera mitad horribilis llegó en el último minuto con el penalti de Marchena a Mendieta, clarísimo, y la vengativa ejecución del murciélago, frio como el hielo pese a la pitada, por el centro de la portería. Como casi siempre.
Con el uno a cero en contra, y sin Carew, expulsado, el Valencia lo tenía demasiado cuesta arriba. Pero Benítez movió el banquillo. Metió a Sánchez en el campo para darle mayor profundidad a su equipo. En el primer balón que tocó, sirvió en bandeja el tanto del empate a Aimar pero el argentino no supo resolver el uno contra uno ante Valdés. El Valencia se había animado. Un espejismo. Porque la segunda cruz, la que mató al Valencia, llegó mediada la segunda parte. Cuando el equipo de Benítez le había tomado el aire al partido. Un contragolpe de Luis Enrique acabó en penalti, marcado por Kluivert, y con la expulsión de Carboni. Con 0-2 en el marcador, y nueve futbolistas , la afición decidió abandonar Mestalla.Todavía faltaban veinte minutos. Porque se temía lo peor. Y eso fue el tercer gol, de Overmars. A partir de ese momento, y con el grito de «penalti, penalti» en la grada, Sánchez maquilló el resultado desde el punto de penalti, claro.