Inicio del partido

0'

José Carlos Granero

17'

Zamora

31'

Ricardo Arias

40'

Descanso

45'

BeguiristainOrbegozo

70'

César FerrandoFernando Gómez

71'

José Carlos Granero

77'

Salvador RevertJesús García Pitarch

77'

López Ufarte

87'

Final del partido

90'

Más de tres cuartos de entrada en Atocha, en tarde desapacible. Llovió durante prácticamente todo el encuentro. El terreno de juego se encontraba muy pesado y hubo luz artificial en las postrimerías del encuentro. Arbitró el colegiado andaluz señor Martín Navarrete, mal. Comenzó bien, pero acabó complicándose él mismo las cosas como si el partido le fuera grande. Sus mayores desaciertos fueron a la hora de amonestar jugadores. Mostró tarjetas amarillas a Arias, Granero, Zamora y una segunda amarilla a Granero que le costó la roja.

El único gol del encuentro llegó en las postrimerías del choque, concretamente en el minuto 86, al resolver López Ufarte un barullo en el área valencianista al rematar, entre una nube de jugadores, un servicio de Celayeta.

Partido al que ya comienza a estar acostumbrada la «parroquia» de Atocha. Dominio abrumador de la Real, defensa a ultranza de los visitantes y solitario gol, providencial del «pequeño diablo» cuando, quien más quien menos, ya veía inamovible el 0-0 en el marcador. No fue, pues, un choque de calidad y su único aliciente estuvo en la incertidumbre del marcador. La victoria, claro, fue para el que más se lo mereció aunque ciertamente hay que reconocer que el Valencia trabajó mucho, y bien, en pos de su propósito y no hubiera sido ninguna injusticia que se hubiera llevado un punto.

Hubo un exceso de fútbol aéreo sobre el área de Sempere y si bien es cierto que Arconada quedó prácticamente inédito, también hay que reconocer que el meta valencianista no pasó apuro. Sólo una genialidad de López Ufarte pudo vulnerar el buen planteamiento defensivo del Valencia, que se vio handicapado por la expulsión, un tanto rigurosa, de su defensa Granero, al que el árbitro amonestó con dos tarjetas amarillas.

La verdad es que las mejores oportunidades fueron donostiarras y que Baquero desperdició sendas ocasiones propicias, pero el técnico Roberto sabe bien que el gol está muy caro en esta Liga y explotó inteligentemente las debilidades realizadoras de una Real que va a más en la clasificación, pero con triunfos de infarto. Como el de esta tarde.