Ficha de partido
Valencia CF
0 - 1
Celta de Vigo
Equipos titulares
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Andrés
4'
Mario Kempes
21'
Atilano
40'
Descanso
45'
Javier SubiratsCésar Ferrando
45'
Kurt WelzlDarío Felman
45'
Javier Subirats
59'
Del Cura
73'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Celta de Vigo
Records vs Celta de Vigo
Máximo goleador: Mundo Suárez (23 goles)
Goleador rival: Hermida (9 goles)
Más partidos: Vicente Asensi (25 partidos)
Mayor victoria: 7 - 0 (28.04.1946)
Mayor derrota: 1 - 5 (17.12.1950)
Más repetido: 1-1 (21 veces)
Crónica
Partido jugado en el estadio Luis Casanova con una pobre asistencia. Tan sólo, aproximadamente, unos 25.000 espectadores. Arbitró el colegiado andaluz Martín Navarrete que estuvo mal. Le dio un matiz casero a su arbitraje en jugadas sin trascendencia y el caso es que el partido no tuvo complicaciones para él, ni siquiera abundaron las faltas pero estuvo en un tono ligeramente casero y poco acertado. Enseñó tarjetas de amonestación a Kempes a los 21 minutos por protestar y en la segunda parte a Subirats, a los 14, por adelantarse al lanzamiento de un castigo, a Atilano por falta a Kempes y a Del Cura por protestar.
Goles: 0-1, minuto 3. Origina la jugada una rapidísima escapada de Pedro, extremo derecho del Celta, que por velocidad se adelanta a la defensa y entretiene un poco el balón pero consigue centrar. Lo coge Andrés, que tras un breve regate, consigue batir a Bermell en un tiro desde cerca.
El Celta ha ganado en buena lid al Valencia en l Estadio Luis Casanova, dando el gran aldabonazo de la jornada y sumiendo al equipo merengue como colista absoluto de la clasificación y con siete negativos. De una lucha entre colitas en la que se esperaba que el Valencia hiciera acreditar su mejor condición de equipo grande y proporcionara a sus hinchas la satisfacción de una victoria y los síntomás de una recuperación, ha ocurrido todo lo contrario, suponiendo la segunda derrota en casa y dos nuevos negativos que le hacen elevar a siete el lastre de su cuenta en este aspecto.
Una derrota que puede ser peligrosísima a la vista del calendario que le aguarda al equipo merengue en la segunda vuelta, después de que concluya la primera con la visita al líder Real Madrid. Una derrota a la que no puede ponérsele paliativos, ya que en realidad, y aun habiendo dominado de una manera total y absoluta el equipo merengue en un embotellamiento constante del Celta en su área, han sido, por curiosa contradicción, los gallegos quienes pudieron haberse alzado con un triunfo mucho mayor. Con un triunfo ue pudo haber sido perfectamente por dos o tres goles dado el juego de contraataque que de vez en cuando practicó el Celta (cuando conseguía el liberarse algo de la presión axfisiante que en su área le sometía el Valencia). No contragolpeó más allá de cuatro o cinco veces en todo el partido, pero en cada una de estas ocasiones fue un peligro de gol inminente para el Valencia que en dos salvó prodigiosamente Bermell. Naturalmente, el Celta jugaba con la ventaja y la tranquilidad que le proporcionaba el rápido gol que marcó Andrés a los 8 minutos y por el contrario, el Valencia con el nerviosismo y la incertidumbre de ir desde los comienzos del encuentro con un marcador en contra. Así el partido fue malo de solemnidad y tuvo más parecido con el que practican los escolares en un patio de colegio que dos equipos de Primera División.
Fue un dominio avasallador pero desacertado del Valencia y una defensa a ultranza del Celta que con un portero en tarde especialmente afortunada impidió todas las ocasiones de gol, que algunas tuvo el Valencia como una de Felman a los 23 minutos en que solo ante la puerta y sin portero, lanzó la pelota fuera, y otra de Kempes en situción parecida en que remató alto. Además, se tirarían a lo largo de todo el partido nada menos que 16 córners contra la puerta del Celta por sólo dos contra el del Valencia. Esto da idea del volumen de juego (más primitivo que otra cosa) que hubo en el área de penalty gallega sin que se sacara el menor producto. El tiempo trabajaba en favor del Celta y en contra de este Valencia que ya acusa una evidente desmoralización por la situación a la que ha llegado y en la que, sus hombres vitales: Saura, Tendillo, Kempes, están en muy baja forma y no consiguen enderezar el juego.
Hoy era Kempes la última esperanza y sus compañeros confiaban en él, cediéndole los balones y aunque puso una enorme voluntad, el argentino no estuvo en absoluto acertado y acabó sumiéndose en el desconcierto general y en esta derrota que deja a Valencia en una situación peligrosísima, con la angustia de un descenso a Segunda División que ya le amenaza. El partido se desarrolló, en general, con bastante normalidad y sólo en los últimos tres minutos hubo incidentes. Una escapada de Andrés, con salida alocada del portero que le hizo falta en el borde del área, no se llegó a ejecutar faltando un minuto y veinte segundos a causa del lanzamiento masivo de almohadillas por parte de los aficionados que profirieron gritos de fuera contra el palco presidencial y contra el presidente valencianista y que obligaron a detener el juego que estuvo durante tres o cuatro minutos parado hasta que se limpiara el campo. Finalmente el árbitro Martín Navarrete decidió no reanudarlo cuando quedaba pendiente la jugada del lanzamiento de una falta contra la puerta valencianista a un metro del área de penalty.
Total, un desastre completo para el Valencia y esa amenaza del descenso que sobre él se abate y el disgusto tremendo de una hinchada que poco confía en el equipo y mucho menos en sus dirigentes.
Goles: 0-1, minuto 3. Origina la jugada una rapidísima escapada de Pedro, extremo derecho del Celta, que por velocidad se adelanta a la defensa y entretiene un poco el balón pero consigue centrar. Lo coge Andrés, que tras un breve regate, consigue batir a Bermell en un tiro desde cerca.
El Celta ha ganado en buena lid al Valencia en l Estadio Luis Casanova, dando el gran aldabonazo de la jornada y sumiendo al equipo merengue como colista absoluto de la clasificación y con siete negativos. De una lucha entre colitas en la que se esperaba que el Valencia hiciera acreditar su mejor condición de equipo grande y proporcionara a sus hinchas la satisfacción de una victoria y los síntomás de una recuperación, ha ocurrido todo lo contrario, suponiendo la segunda derrota en casa y dos nuevos negativos que le hacen elevar a siete el lastre de su cuenta en este aspecto.
Una derrota que puede ser peligrosísima a la vista del calendario que le aguarda al equipo merengue en la segunda vuelta, después de que concluya la primera con la visita al líder Real Madrid. Una derrota a la que no puede ponérsele paliativos, ya que en realidad, y aun habiendo dominado de una manera total y absoluta el equipo merengue en un embotellamiento constante del Celta en su área, han sido, por curiosa contradicción, los gallegos quienes pudieron haberse alzado con un triunfo mucho mayor. Con un triunfo ue pudo haber sido perfectamente por dos o tres goles dado el juego de contraataque que de vez en cuando practicó el Celta (cuando conseguía el liberarse algo de la presión axfisiante que en su área le sometía el Valencia). No contragolpeó más allá de cuatro o cinco veces en todo el partido, pero en cada una de estas ocasiones fue un peligro de gol inminente para el Valencia que en dos salvó prodigiosamente Bermell. Naturalmente, el Celta jugaba con la ventaja y la tranquilidad que le proporcionaba el rápido gol que marcó Andrés a los 8 minutos y por el contrario, el Valencia con el nerviosismo y la incertidumbre de ir desde los comienzos del encuentro con un marcador en contra. Así el partido fue malo de solemnidad y tuvo más parecido con el que practican los escolares en un patio de colegio que dos equipos de Primera División.
Fue un dominio avasallador pero desacertado del Valencia y una defensa a ultranza del Celta que con un portero en tarde especialmente afortunada impidió todas las ocasiones de gol, que algunas tuvo el Valencia como una de Felman a los 23 minutos en que solo ante la puerta y sin portero, lanzó la pelota fuera, y otra de Kempes en situción parecida en que remató alto. Además, se tirarían a lo largo de todo el partido nada menos que 16 córners contra la puerta del Celta por sólo dos contra el del Valencia. Esto da idea del volumen de juego (más primitivo que otra cosa) que hubo en el área de penalty gallega sin que se sacara el menor producto. El tiempo trabajaba en favor del Celta y en contra de este Valencia que ya acusa una evidente desmoralización por la situación a la que ha llegado y en la que, sus hombres vitales: Saura, Tendillo, Kempes, están en muy baja forma y no consiguen enderezar el juego.
Hoy era Kempes la última esperanza y sus compañeros confiaban en él, cediéndole los balones y aunque puso una enorme voluntad, el argentino no estuvo en absoluto acertado y acabó sumiéndose en el desconcierto general y en esta derrota que deja a Valencia en una situación peligrosísima, con la angustia de un descenso a Segunda División que ya le amenaza. El partido se desarrolló, en general, con bastante normalidad y sólo en los últimos tres minutos hubo incidentes. Una escapada de Andrés, con salida alocada del portero que le hizo falta en el borde del área, no se llegó a ejecutar faltando un minuto y veinte segundos a causa del lanzamiento masivo de almohadillas por parte de los aficionados que profirieron gritos de fuera contra el palco presidencial y contra el presidente valencianista y que obligaron a detener el juego que estuvo durante tres o cuatro minutos parado hasta que se limpiara el campo. Finalmente el árbitro Martín Navarrete decidió no reanudarlo cuando quedaba pendiente la jugada del lanzamiento de una falta contra la puerta valencianista a un metro del área de penalty.
Total, un desastre completo para el Valencia y esa amenaza del descenso que sobre él se abate y el disgusto tremendo de una hinchada que poco confía en el equipo y mucho menos en sus dirigentes.