Ficha de partido
FC Nantes
2 - 1
Valencia CF
Equipos titulares
3
10
11
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Baronchelli
25'
Pepe Carrete
40'
Descanso
45'
Mario KempesAsist: Rainer Bonhof
55'
ToureRampillon
71'
TrosseroMuller
76'
Baronchelli
79'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: FC Nantes
Records vs FC Nantes
Máximo goleador: Mario Kempes (3 goles)
Goleador rival: Baronchelli (2 goles)
Más partidos: Fernando Gómez (2 partidos)
Mayor victoria: 4 - 0 (23.04.1980)
Mayor derrota: 1 - 2 (09.04.1980)
Más repetido: 1-1 (1 veces)
Crónica
Buen resultado el que ha conseguido el Valencia en este primer encuentro de las semifinales de la Recopa. Un 2-1 en contra pero con la siempre agradable perspectiva de tener que disputar el segundo partido en el «Luis Casanova», donde con un 1-0 a su favor sería suficiente para plantarse en la final de Bruselas frente al vencedor de la otra eliminatoria, el Arsenal inglés o la Juventus italiana.
Goles: 25 minutos. Falta al borde del área que lanza Michel, toca Baronchelli de cabeza y cuando Pereira parece que va a blocar se le cuela a las mallas, 10 minutos de la segunda parte. En pleno acoso del Nantes, Bonhof roba un balón, pasa a Saura, que cabecea hacia Kempes, quien se escapa solo, burla la salida del portero y marca el 1-1. 14 minutos. Colada de Bossis por la banda llegando hasta la línea de fondo, centra matemáticamente a la cabeza de Baronchelli, que conecta el balón a la red. 2-1.
Eran de esperar dos cosas, una que el Nantes saldría en tromba intentando resolver lo más pronto posible el encuentro y buscando el gol que ya les diera la tranquilidad para el resto del partido; dos, que el Valencia iba a jugar atrás, amarrando bien en la defensa y en el centro del campo y dejando a Kempes la misión de incordiar a la defensa gala e intentar alguna de sus fulgurantes escapadas.
Dos cosas que se cumplieron tal y como se pensaba. Porque el Nantes atacó en tromba y el Valencia se defenció como pudo, aunque sin pasar demasiados apuros. Los pupilos de Di Stéfano dejaron voluntariamente el dominio del centro del campo al rival para replegarse en torno a su área y esperar la ocasión propicia para contratacar, lo que hicieron con alguna frecuencia, aunque sin disponer en toda la primera mitad más que de una ocasión de gol, cuando en el minuto 14 Solsona lanzó una falta con su habitual maestría y Bertrand Demanes tuvo que emplearse a fondo para enviar el balón a córner.
Claro que el Nantes, además del gol que marcó Baronchelli y que inexplicablemente no atrapó Pereira, también dispuso de sus ocasiones. Como por ejemplo, el propio Baronchelli, Amisse, Pecouy y Michel pusieron a prueba al portero valencianista que realizó una buena labor con la única excepción del primer gol galo, en el que un tanto inexplicablemente, no sujetó el balón.
Y es que el Valencia ya se conformaba con ese momentáneo 1-0 siempre a la espera de que el contragolpe tan magistralmente sabe llevar Kempes pudiera dar sus frutos. Y, de todas formas, un gol en contra siempre es remontable en el partido de vuelta.
Cuando a los 10 minutos de la segunda parte Kempes consiguió en su clásico y maestro contragolpe el tanto que significaba el empate, el Valencia vio el cielo abierto. Porque todos sus planes se estaban cumpliendo a la perfección, como si lo hubiese ensayado una y mil veces. Tanto acosaba el Nantes y tan encogido parecía el Valencia, que los galos olvidaron que el hispano-argentino es mortal en un 90 por cien de sus contraataques y cuando quisieron caer en la cuenta ya el balón estaba alojado en las mallas de Bertrand Demanes.
¿Justo? Probablemente no, porque el Nantes merecía más por su mejor juego de conjunto, por su entrega total, por su brega y por su dominio y ocasiones. Pero ya se sabe cómo es el fútbol y a veces vale más llegar a tiempo como Kempes que rondar un año que es lo que le estaba sucediendo al equipo francés. Y aunque otra vez Baronchelli colocó el balón en las mallas de Pereira, el 2-1 también sigue siendo un excelente resultado para las apetencias valencianistas de plantarse en la final de Bruselas e intentar bisar el éxito del Barcelóna en Basilea el pasado año.
Decir que el Valencia realizó un buen encuentro no sería la verdad. Hizo «su» partido y le salió bien. Pero fálló bastante en conjunto, y sólo algunas cosas aisladas de Solsona, el buen hacer de Arias atrás y la seguridad de Pereira bajo los palos (sólo enturbiada por el primer tanto del Nantes) destacaron en un Valencia, gris y sin que ni Kempes, pese a su gol, ni Bonhof brillaran a la altura que podía esperarse de su fama y categoría. Por lo que se refiere al Nantes, todo entusiasmo y brega, pero sin demasiadas ideas. Bien es cierto que mereció algún o algunos goles, más, pero no supo sacar partido de la velocidad de Amisse, que desbordaba una y otra vez a Carrete por la banda, ni de lo gris del equipo valencianista. Además, descuidó en una sola ocasión a Kempes y a la postre eso les, resultó mortal.
En suma, un excelente resultado para las alforjas del Valencia, que deberá refrendar el próximo día 23 en el Luis Casanova, donde se jugará el poder estar en la final de Bruselas. De momento el primer paso está ya dado. Porque hoy, pese a no jugar bien y a ser un equipo gris y vulgar, todo le salió de ara y lo supo aprovechar.
Goles: 25 minutos. Falta al borde del área que lanza Michel, toca Baronchelli de cabeza y cuando Pereira parece que va a blocar se le cuela a las mallas, 10 minutos de la segunda parte. En pleno acoso del Nantes, Bonhof roba un balón, pasa a Saura, que cabecea hacia Kempes, quien se escapa solo, burla la salida del portero y marca el 1-1. 14 minutos. Colada de Bossis por la banda llegando hasta la línea de fondo, centra matemáticamente a la cabeza de Baronchelli, que conecta el balón a la red. 2-1.
Eran de esperar dos cosas, una que el Nantes saldría en tromba intentando resolver lo más pronto posible el encuentro y buscando el gol que ya les diera la tranquilidad para el resto del partido; dos, que el Valencia iba a jugar atrás, amarrando bien en la defensa y en el centro del campo y dejando a Kempes la misión de incordiar a la defensa gala e intentar alguna de sus fulgurantes escapadas.
Dos cosas que se cumplieron tal y como se pensaba. Porque el Nantes atacó en tromba y el Valencia se defenció como pudo, aunque sin pasar demasiados apuros. Los pupilos de Di Stéfano dejaron voluntariamente el dominio del centro del campo al rival para replegarse en torno a su área y esperar la ocasión propicia para contratacar, lo que hicieron con alguna frecuencia, aunque sin disponer en toda la primera mitad más que de una ocasión de gol, cuando en el minuto 14 Solsona lanzó una falta con su habitual maestría y Bertrand Demanes tuvo que emplearse a fondo para enviar el balón a córner.
Claro que el Nantes, además del gol que marcó Baronchelli y que inexplicablemente no atrapó Pereira, también dispuso de sus ocasiones. Como por ejemplo, el propio Baronchelli, Amisse, Pecouy y Michel pusieron a prueba al portero valencianista que realizó una buena labor con la única excepción del primer gol galo, en el que un tanto inexplicablemente, no sujetó el balón.
Y es que el Valencia ya se conformaba con ese momentáneo 1-0 siempre a la espera de que el contragolpe tan magistralmente sabe llevar Kempes pudiera dar sus frutos. Y, de todas formas, un gol en contra siempre es remontable en el partido de vuelta.
Cuando a los 10 minutos de la segunda parte Kempes consiguió en su clásico y maestro contragolpe el tanto que significaba el empate, el Valencia vio el cielo abierto. Porque todos sus planes se estaban cumpliendo a la perfección, como si lo hubiese ensayado una y mil veces. Tanto acosaba el Nantes y tan encogido parecía el Valencia, que los galos olvidaron que el hispano-argentino es mortal en un 90 por cien de sus contraataques y cuando quisieron caer en la cuenta ya el balón estaba alojado en las mallas de Bertrand Demanes.
¿Justo? Probablemente no, porque el Nantes merecía más por su mejor juego de conjunto, por su entrega total, por su brega y por su dominio y ocasiones. Pero ya se sabe cómo es el fútbol y a veces vale más llegar a tiempo como Kempes que rondar un año que es lo que le estaba sucediendo al equipo francés. Y aunque otra vez Baronchelli colocó el balón en las mallas de Pereira, el 2-1 también sigue siendo un excelente resultado para las apetencias valencianistas de plantarse en la final de Bruselas e intentar bisar el éxito del Barcelóna en Basilea el pasado año.
Decir que el Valencia realizó un buen encuentro no sería la verdad. Hizo «su» partido y le salió bien. Pero fálló bastante en conjunto, y sólo algunas cosas aisladas de Solsona, el buen hacer de Arias atrás y la seguridad de Pereira bajo los palos (sólo enturbiada por el primer tanto del Nantes) destacaron en un Valencia, gris y sin que ni Kempes, pese a su gol, ni Bonhof brillaran a la altura que podía esperarse de su fama y categoría. Por lo que se refiere al Nantes, todo entusiasmo y brega, pero sin demasiadas ideas. Bien es cierto que mereció algún o algunos goles, más, pero no supo sacar partido de la velocidad de Amisse, que desbordaba una y otra vez a Carrete por la banda, ni de lo gris del equipo valencianista. Además, descuidó en una sola ocasión a Kempes y a la postre eso les, resultó mortal.
En suma, un excelente resultado para las alforjas del Valencia, que deberá refrendar el próximo día 23 en el Luis Casanova, donde se jugará el poder estar en la final de Bruselas. De momento el primer paso está ya dado. Porque hoy, pese a no jugar bien y a ser un equipo gris y vulgar, todo le salió de ara y lo supo aprovechar.