Ficha de partido
Real Sociedad
3 - 1
Valencia CF
Equipos titulares
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Olivares
16'
Gaspar RubioAsist: Santi Zubieta
20'
Descanso
45'
Cholín
54'
Olivares
58'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Real Sociedad
Records vs Real Sociedad
Máximo goleador: Mundo Suárez (21 goles)
Goleador rival: Satrústegui (10 goles)
Más partidos: Vicente Seguí (24 partidos)
Mayor victoria: 7 - 0 (15.09.1940)
Mayor derrota: 0 - 7 (06.05.1928)
Más repetido: 0-1 (20 veces)
Crónica
En el campo de Atocha y asistiendo bastante público, se celebró el partido de campeonato de Liga, primera división, entre los equipos del Donostia y del Valencia. El tiempo malísimo lloviendo sin cesar. El campo imposible para jugar, siendo él un verdadero barrizal. Los equipos se alinearon a las órdenes del colegiado vizcaíno Valles.
El dominio donostiarra es completo, absoluto, y sus avances hacen presagiar la llegada del goal. A los veinticinco minutos, Amadeo se hace con el balón y envía un centro soberbio, que Olivares remata de cabeza, marcando el primer goal para los locales. Los valencianos, que están jugando bastante feamente, después de este tanto se exceden y hacen toda clase de fouls. Los empujones, las zancadillas y el sistema de agarrar al jugador cuando marcha con el balón, se suceden sin cesar, permitiendo el árbitro que los blancos campen por sus respetos. Las broncas son frecuentísimas, y la tragedia se masca. Castigos hay muy pocos, y aquellos en el centro del campo. Sólo anotamos algún que otro golpe franco.
A los treinta y cinco minutos, en una escapada valenciana, Santi envía un centro superior que trata de blocar Beristain, no pudiendo hacerlo y dando lugar a que Rubio entre rápido de cabeza, logrando el empate. Termina el primer tanto con empate a un tanto.
A la salida del campo aumenta la bronca, y el árbitro es insultado, teniendo que ser protegido por los guardias de asalto. Salen los jugadores al campo con uniformes nuevos, porque de otra manera no había forma de distinguirlos por el barro. A la salida, los del Valencia reciben una pita formidable, y el referee un broncazo. A los diez minutos, Olivares avanza y pasa a Ortega. Este se interna algo y centra magníficamente, recogiendo la pelota Cholín, quien de cabeza marca el segundo tanto.
Más dominio y más suciedades. Los valencianos son castigados con más de uno y de dos golpes francos cerca del área que no se convierten en tanto de milagro. También los donostiarras son castigados. El terreno de juego se convierte en un campo de rugby, menudeando los empujones a ciencia y paciencia del árbitro. A los catorce minutos, Olivares, después de una magnífica jugada marca el tercer tanto.
Los valencianos se enfurecen y convierten Atocha en un campo de batalla. A causa del estado del campo, ninguno de los jugadores puede con el balón ni con los pantalones. Los donostiarras consiguen varios corners, y los valencianos, dos.
Cuando faltan unos diez minutos para terminar el encuentro, se promueve un broncazo fenomenal. En un avance de Ortega, éste va a chutar, interviniento Juan Ramón, quien zancadillea y empuja al jugador donostiarra, derribándole a tierra y allí le da una patada alevosa. Ortega se levanta indignado, y pronto intervienen otros jugadores. Se teme que surja la reyerta que está a punto de saltar. Algunos jugadores de los dos bandos y el árbitro intentan poner paz entre los contendientes, no consiguiéndolo. El público interviene y amenaza con invadir el campo, en vista de lo cual y ante el temor de que sobrevenga un conflicto, saltan los guardias de asalto, que logran pacificar los ánimos. El árbitro expulsa a Juan Ramón por su actitud y por la agresión de que hizo objeto a Ortega.
Momentos después se reproduce la bronca entre los jugadores, y los Miqueletes vuelven a intervenir. Al fin se reanuda el juego, y sin que haya nada más de particular, termina el encuentro con el triunfo de los donostiarras por tres tantos a uno. A la salida los guardias protegieron a jugadores y árbitro, no surgiendo más incidentes.
El dominio donostiarra es completo, absoluto, y sus avances hacen presagiar la llegada del goal. A los veinticinco minutos, Amadeo se hace con el balón y envía un centro soberbio, que Olivares remata de cabeza, marcando el primer goal para los locales. Los valencianos, que están jugando bastante feamente, después de este tanto se exceden y hacen toda clase de fouls. Los empujones, las zancadillas y el sistema de agarrar al jugador cuando marcha con el balón, se suceden sin cesar, permitiendo el árbitro que los blancos campen por sus respetos. Las broncas son frecuentísimas, y la tragedia se masca. Castigos hay muy pocos, y aquellos en el centro del campo. Sólo anotamos algún que otro golpe franco.
A los treinta y cinco minutos, en una escapada valenciana, Santi envía un centro superior que trata de blocar Beristain, no pudiendo hacerlo y dando lugar a que Rubio entre rápido de cabeza, logrando el empate. Termina el primer tanto con empate a un tanto.
A la salida del campo aumenta la bronca, y el árbitro es insultado, teniendo que ser protegido por los guardias de asalto. Salen los jugadores al campo con uniformes nuevos, porque de otra manera no había forma de distinguirlos por el barro. A la salida, los del Valencia reciben una pita formidable, y el referee un broncazo. A los diez minutos, Olivares avanza y pasa a Ortega. Este se interna algo y centra magníficamente, recogiendo la pelota Cholín, quien de cabeza marca el segundo tanto.
Más dominio y más suciedades. Los valencianos son castigados con más de uno y de dos golpes francos cerca del área que no se convierten en tanto de milagro. También los donostiarras son castigados. El terreno de juego se convierte en un campo de rugby, menudeando los empujones a ciencia y paciencia del árbitro. A los catorce minutos, Olivares, después de una magnífica jugada marca el tercer tanto.
Los valencianos se enfurecen y convierten Atocha en un campo de batalla. A causa del estado del campo, ninguno de los jugadores puede con el balón ni con los pantalones. Los donostiarras consiguen varios corners, y los valencianos, dos.
Cuando faltan unos diez minutos para terminar el encuentro, se promueve un broncazo fenomenal. En un avance de Ortega, éste va a chutar, interviniento Juan Ramón, quien zancadillea y empuja al jugador donostiarra, derribándole a tierra y allí le da una patada alevosa. Ortega se levanta indignado, y pronto intervienen otros jugadores. Se teme que surja la reyerta que está a punto de saltar. Algunos jugadores de los dos bandos y el árbitro intentan poner paz entre los contendientes, no consiguiéndolo. El público interviene y amenaza con invadir el campo, en vista de lo cual y ante el temor de que sobrevenga un conflicto, saltan los guardias de asalto, que logran pacificar los ánimos. El árbitro expulsa a Juan Ramón por su actitud y por la agresión de que hizo objeto a Ortega.
Momentos después se reproduce la bronca entre los jugadores, y los Miqueletes vuelven a intervenir. Al fin se reanuda el juego, y sin que haya nada más de particular, termina el encuentro con el triunfo de los donostiarras por tres tantos a uno. A la salida los guardias protegieron a jugadores y árbitro, no surgiendo más incidentes.